Un carro de bomberos por dentro (+Fotos)

“Los bomberos tienen que ser tipos guapos”, me dice Roybel Milián, un recio jefe de Compañías del Comando 1 de La Habana, mientras deja que su mirada se pierda entre los edificios de la ciudad como tratando de encontrar en las grietas de las paredes algún fragmento de su memoria.

“Desde que empecé en esto nunca he conocido un bombero cobarde”, afirma con la seguridad que le confieren sus siete años de experiencia en la primera línea de combate del Cuerpo de Bomberos de la República de Cuba.

A Milián lo abordamos en el epílogo de un acto celebrado en la zona exterior del Museo de la Revolución como parte de la Semana Nacional de Protección Contra Incendios, en el que también participaron dirigentes del PCC, el Gobierno de la provincia y del Ministerio del Interior.

A pesar de todo su conocimiento, el oficial admite que en su profesión el arrojo no puede confundirse con la imprudencia. “Para salvar la vida de los demás primero hay que conservar la propia, por eso es necesario seguir cada una de las reglas de seguridad establecidas”, asegura mientras comenzamos la demostración que nos ofrecerá, al foto reportero Fernando Medina y a mí, por una de las técnicas fundamentales con que cuenta su unidad.

Los grandes vehículos son estrellas del show. Desde que llegamos no pudimos quitarles la vista de encima, y no éramos los únicos, pues también eran el delirio de los pioneros que aguardaban ansiosos el momento de montarlos. Según Milián, en los cuarteles también son una especie de punto de referencia pues funcionan como brújulas, (para ubicar a un desconocido que llega al barrio nada hay más efectivo que indicarle que su destino queda cerca, lejos, a una o dos cuadras de donde están los auto-cisternas rojos).

Sin dudas el carro de las mangueras, también conocido por la abreviatura M, es el rey de los  camiones. Estas moles de varias toneladas son el arma fundamental de una dotación, pues en su interior se trasladan los hombres hasta los servicios y en su estructura se guardan importantes herramientas como las hachas, los bicheros, las escaleras y las motosierras.

El Cuerpo de Bomberos de la República de Cuba cuenta con varias marcas y modelos de vehículos que se reconocen según el número de la unidad que representan. El M1, en este caso, es un poderoso KAMAZ con capacidad para seis bomberos, el típico camión que todo chofer temerario quiere manejar, con el que todos los reclutas sueñan desde que empiezan las preparaciones y al que terminan amando todos los Jefes de Compañía.

A pesar de que puede alcanzar una velocidad superior a los 100 km/h nunca es llevado hasta el límite. “La norma establecida es de 30 km/h – comenta el jefe de compañía- está demostrado que un par de minutos casi nunca son trascendentales para el control de un incendio y mucho menos cuando se atiende un apartamento cerrado o un escape de gas. Es preferible evitar un accidente que ir corriendo por las avenidas sin respetar las leyes del tránsito”.

Otra de las técnicas que formaron parte de la demostración fueron los vehículos de salvamento y rescate de marca Iveco, un Cisterna (C-1) marca Sinotruk y un moderno extractor de agua perteneciente también al Comando 1, la unidad más activa del país pues atiende a los municipios de Centro Habana y Habana Vieja.

En las recientes lluvias que afectaron a la provincia dicho comando tuvo una activa participación junto a los técnicos de rescate en las labores de salvaguarda y ayuda a los afectados. Yasser Herrera, recluta que cumple como bombero 4 de la dotación, comentó a nuestra revista que el protagonismo en un primer momento no lo tuvieron los camiones sino la lancha con que cuenta la unidad, la cual fue de gran utilidad para asistir a la población.

Ya sobre el final del recorrido los pioneros que formaron parte de la actividad se subieron a los modernos carros de los bomberos y disfrutaron poniéndose los cascos, simulando conducir los automóviles y preguntando sus inquietudes a los oficiales que esta vez tuvieron la difícil misión de tratar de atender al inquieto grupo de curiosos.