martes, 24 de septiembre de 2024

Un hombre y dos oficios (+Fotos)

Custodio del banco y cantero en Aguacate, Fidel Díaz González enfrenta el desafío diario de su labor...

Lisandra Díaz Padrón en Exclusivo 24/08/2013
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Cantero de Mayabeque 00
Cuando en Aguacate se menciona la palabra “canto”, muy pocos piensen en el término musical. (Norlys Pérez Padrón / Cubahora)

Mientras Fidel González Pérez no custodia el banco de Aguacate, es muy probable encontrarlo con su serrote en la cantera. Hace 15 años se sustenta además mediante este oficio que ya se ha convertido en tradición para la mayoría de los pobladores de esa pequeña región de Madruga. De un corte uniforme y prolongado nace el llamado bloque de canto que por más de un siglo le ha dado cuerpo y forma a muchísimas edificaciones.

Cuando en Aguacate se menciona la palabra “canto”,  posiblemente muy pocos piensen en el término musical. Las pequeñas montañas que lo rodean son fuente de este material alternativo que ha tenido la aceptación de muchos. Allí encuentra sus más fieles seguidores. Estas canteras son bien renombradas en toda la provincia de Mayabeque. Al interior de ellas cada día se escucha el sonido cortante del serrote, sin distinción de domingos y festividades.

Hace algunos años desapareció la más importante fuente de empleo del poblado, el Central Azucarero Rubén Martínez Villena. Luego de la debacle en este tipo de industria, quienes dependían de ella tuvieron que buscar otro sustento económico. Así les sucedió a los habitantes de Aguacate, entonces el canto pasó a ser la principal vía de ingresos.

Orgullosamente, Fidel se autoproclama como el primer cantero en obtener la licencia, también su carnet de cuentapropista lo demuestra. Un día al tanto de la seguridad y otro corta que corta. Lo cierto es que este hombre se las ingenia para sobrevivir del sudor de su frente, y literalmente sudor, porque las jornadas en la cantera no son nada placenteras, sobre todo cuando sube la temperatura y el astro rey quema con fuerza.

Pero lo peor de esta labor no son las condiciones bajo las que se realiza, a veces el calor y la sed pasan inadvertidos cuando ciertos procesos entorpecen la fluidez del trabajo y las ganas de ejercerlo.  Fidel y el resto de los canteros de Aguacate le ofrecen a la población el producto que todavía el Estado no incluye en su lista de ventas. Pero... ¿Resulta sencillo establecer una red de comercio entre estos productores y el cliente?

Fidel es fiel testigo de una estrategia favorable que encuentra diversos obstáculos a su paso. “El trabajo es bien difícil porque no se tienen todas las condiciones. Nada más alquilar un camión para transportar los cantos es un problema. Nos han llegado a robar porque a veces nos vemos obligados a dejar los cantos en la propia cantera, sin ningún tipo de vigilancia”.

“Otra dificultad es el agua que necesitamos para cortar los bloques de canto, he llegado a pagar 100 pesos por una pipa de agua. Tampoco tenemos clientes fijos ni una red oficial para darnos a conocer. Las personas vienen porque saben que aquí se vive de eso y, además, trabajamos legalmente solo cuatro hombres en todo el pueblo”.

En 16 días que trabaja al mes, Fidel produce aproximadamente 350 tapas de canto que pueden variar en cuanto a tamaño y grosor. Un trabajador por la parte estatal hace entre 150 y 200 cantos. El precio también se corresponde con las dimensiones, el más barato llega a costar  tres y cuatro pesos. La población muchas veces encuentra los productos que necesita en el sector cuentapropista, pero este aún no dispone de todas las condiciones para establecer un flujo comercial solvente.  

Este oficio se ejerce con mucho sacrificio, al menos en Aguacate, y quienes lo realizan se empeñan en seguir desarrollándolo a pesar de todo. En ese poblado más que empleo es ya una tradición que trasciende de generación en generación. Fidel también le trasmite a su hijo Carlos el arte de extraer un canto de la montaña, el muchacho es licenciado en Psicopedagogía pero pronto se unirá a su padre.

Así, este hombre sigue produciendo y vendiendo como puede, y también los clientes se las ingenian para satisfacer sus necesidades.


Fidel se autoproclama como el primer cantero en obtener la licencia. (Foto: Norlys Pérez/CUBAHORA)


Fidel es fiel testigo de una estrategia favorable que encuentra diversos obstáculos a su paso. (Foto: Norlys Pérez/CUBAHORA)


Este oficio se ejerce con mucho sacrificio, al menos en Aguacate, y quienes lo realizan se empeñan en seguir desarrollándolo a pesar de todo. (Foto: Norlys Pérez/CUBAHORA)


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Lisandra Díaz Padrón

Periodista mayabequense con muchas ganas de hacer periodismo.


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