sábado, 21 de septiembre de 2024

Un NO a la violencia contra las mujeres

Al menos una de cada tres en el mundo ha padecido a lo largo de su vida un acto de violación...

Lourdes Ordeñana del Río en Exclusivo 25/11/2012
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Violencia de género
Las mujeres en el mundo son víctimas de muchos tipos de violencia.

Lo vimos hace pocas horas por el televisor de mi casa, en la retransmisión de la telenovela brasileña Por Amor. Atilio (hombre noble) prometió que no iba a permitir ningún tipo de maltrato más de Marcelo con Eduarda (la joven esposa del impetuoso ricachón), ni con ninguna mujer. Ello provoca la sentida admiración de la protagonista a la que se lo dijo. Y esa imagen fresca se nos acaba de escapar iniciando este trabajo.

Un lindo gesto. Sin embargo, no todas las personas son consecuentes con él. Y la paz y el progreso en esta cuestión no se concretarán totalmente mientras existan países en que de cada 10 de ellas, siete sean golpeadas, violadas, mutiladas, víctimas de abusos y vivan con miedo a esas agresiones.

Es por ello que en su Resolución 50/134, del 17 de diciembre de 1999, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) aprobó celebrar cada 25 de noviembre, el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer (DIEVCM). Se escogió esa fecha en la memoria del crimen de las tres hermanas Mirabal (Patria, Minerva y María Teresa), activistas políticas dominicanas, asesinadas en 1960, por orden del dictador Rafael Leónidas Trujillo.

En la actualidad resulta ser un problema que afecta al 50% de la población mundial, y adopta formas diversas: en el hogar; la trata de mujeres y niñas; la prostitución forzada; la violencia en situaciones de conflicto armado, como los asesinatos, las violaciones sistemáticas, la esclavitud sexual y el embarazo forzado; el infanticidio femenino y la selección prenatal del sexo del feto en favor de bebés masculinos; la mutilación genital femenina; y otras prácticas y tradiciones perjudiciales.

La cubana Raisa Bernal Cerza, investigadora del tema, y también Doctora en Ciencias Pedagógicas del Departamento de Educación Especial, de la Universidad Enrique José Varona, ubicada en la Ciudad Libertad, comentó para los lectores de Cubahora: “Los roles discriminatorios, así como la violación de los derechos comienzan desde la infancia. El más fuerte sobre el más débil. En la sociedad patriarcal que vivimos la figura hegemónica es el hombre”.

RETOS NACIONALES

En Cuba han crecido y se han fortalecido las condiciones para que no se engendre violencia. Somos una nación de cultura sexista a pesar de todo lo que hemos avanzado, sobre todo en educación y salud. A esto se le añade la crisis económica en que vive el país, agravada por el bloqueo de los Estados Unidos, sin el cual también se hubiesen podido lograr progresos inclusos superiores en esta esfera, al tener mayores posibilidades.

La cubana cuenta con ventajas para lograr su máximo desarrollo y ocupar un lugar con su inteligencia, eficiencia y desempeño laboral. Y así y todo, aún quedan secuelas del pasado.

“Aquí, la emancipación de la mujer desde el aspecto legal, jurídico, constitucional, social, aún viene acompañada de prejuicios. La igualdad no es perfecta, se hereda de las generaciones anteriores”.

Este tipo de violencia comienza en el seno familiar. “A pesar de que existen cambios significativos en el tema, se impone el poder y coexisten personas dañadas, violadas… Un ejemplo de sexismo: en los cumpleaños, ves cómo los padres no dejan moverse a las hembras vestidas con batas que parecen merengues; sin embargo, a los varones, los mandan a correr. Machismo. Y lo hacemos nosotros”.

SÍNTESIS A LO CUBANO

Bernal esclareció algunos puntos usando experiencias de nuestro país. “Hay estudios que demuestran como en la sociedad se estigmatizan las diferencias por ser pobre, mujer, negro, discapacitado, homosexual… Y esa es la forma más generalizada de violencia, la cual deja secuelas físicas y psicológicas. Las mujeres que han sido forzadas y maltratadas toda su vida, en la mayoría de los casos, son aquellas que no tienen donde vivir, poseen alto nivel de sumisión, entre otros.

“Todavía te encuentras personas que consideran al hombre como ´una dama´, cuando se porta amable, atento, tierno; y en el caso de la mujeres guapas y duras las catalogan como ´machos´. Incluso, hay quienes afirman que los hombres no lloran. ¿Es que no tienen sentimientos? ¡Claro que lo hacen!, y a escondidas, claro está, para no dañar su hombría.

“Aquí las mujeres poseen una atención exclusiva, acuden a sedes especializadas como Higiene Mental, Centro Nacional de Educación Sexual, y las Casas de Orientación a la mujer y la familia, auspiciadas por la Federación de Mujeres Cubanas (FMC). También desempeñan un rol importante la escuela y los agentes socializadores. Ahora, nuestro país se encuentra entre las naciones de América Latina de mayor porcentaje de divorcios; la fémina se vale por sí sola.

“Vilma Espín, presidenta hasta que falleció de la FMC, jugó un papel protagónico en su formación. Se les dio la posibilidad de educarse, trabajar, ocupar cargos importantes en las diferentes organizaciones; tuvo luz larga en este asunto.

“Otro patrón: cuando ya los hijos del género masculino son adolescentes, algunos involuntariamente les exigimos que tengan novias, le preguntamos cuántas tienen. El más hombre no es el que más tenga, sino el que más leal y fiel le sea a una sola, y que pueda conservar su relación por el mayor tiempo posible.

“El problema es que hay mujeres muy tolerantes. Tanto por el dinero que el esposo trae a la casa, por ser el padre de sus hijos, por conservar el matrimonio, y o por otras razones, se dejan agredir física y verbalmente. Debemos educarlas a no soportar esto”. “La violencia es la máxima señal de poder”, concluyó Bernal.


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Lourdes Ordeñana del Río


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