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jueves, 3 de octubre de 2024

Un nuevo intento por salvar al cocodrilo cubano

El programa de reinserción de un centenar de ejemplares en el Refugio de Fauna Canales del Hanábana y su estudio es una esperanza para la conservación del reptil en Cuba...

Laydis Soler Milanés en Exclusivo 21/01/2016
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Nuestro país posee una variada fauna con un alto nivel de endemismo. Basta con visitar sus numerosas áreas protegidas para maravillarnos con la belleza o peculiaridad de especies cubanas como el zunzuncito, el almiquí, el tocororo, la jutía conga y el cocodrilo cubano.

Resulta lamentable que muchas de estas especies actualmente tengan poblaciones muy escasas. De los 255 vertebrados cubanos endémicos registrados por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), 87 se encuentran en las diferentes categorías de amenaza.

La deforestación, la caza indiscriminada y la comercialización ilegal son las principales causas del peligro de extinción de algunos de los animales más preciados de nuestra fauna. Otros factores son la sequía y la contaminación producto de la acción humana, las cuales destruyen ecosistemas acuáticos y boscosos.

Incendios forestales ocasionados negligentemente por los humanos o debido a causas naturales afectan de igual modo los hábitats de especies cuya distribución por la geografía cubana es muy restringida.

Debido a la falta de conciencia y de educación ambiental, personas irresponsables contribuyen a que animales únicos, que solo habitan en la isla, algunos de ellos desde mucho antes que nosotros, estén por desaparecer para siempre, lo que constituiría una gran pérdida para la biodiversidad cubana y para nuestro patrimonio natural, pues de alguna manera, cada país se identifica también por su flora y fauna. ¿No es el tocororo símbolo de Cuba o el canguro de Australia?

Si nuestras especies endémicas se extinguen, las futuras generaciones solo podrán verlas en fotos o representadas en algún museo. Sería vergonzoso decirles que no se pudo hacer nada para evitarlo.

Por suerte para la fauna cubana, después del triunfo de la Revolución, gracias a la labor de científicos e instituciones cubanas, el país hace lo posible por revertir los daños causados a las poblaciones de animales. Entre las acciones a favor de la biodiversidad que se han realizado destacan la reforestación, la tala selectiva para no afectar la masa forestal y la creación de un Sistema Nacional de Áreas Protegidas en las regiones de mayor representatividad de nuestros ecosistemas, como la Ciénaga de Zapata, el Parque Nacional Alejandro de Humboldt y la Península de Guanahacabibes.

Recientemente, se hizo un nuevo intento por aumentar la población de cocodrilos cubanos (Crocodylus rhombifer), especie amenazada en peligro crítico,cuya población es de solo 4000 ejemplares distribuidos entre la Ciénaga de Zapata y la Isla de la Juventud.

Se inició un programa que pretende reintroducir un centenar de ejemplares en el Refugio de fauna Canales del Hanábana, en las cercanías del humedal de la Ciénaga de Zapata, en el sur de la occidental provincia de Matanzas.

Según la agencia de noticias Xinhua, el biólogo Roberto Ramos, experto del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), explicó que después de la liberación de los animales vendrá una fase inicial de monitoreo para evaluar la dispersión y los indicadores de salud, en especial durante los primeros cuatro años que deben tardar en reproducirse. “Esta será la primera investigación en plena naturaleza sobre esos saurios desde hace más de dos décadas”, afirmó la agencia.

El cocodrilo cubano, debido a su evolución en condiciones de insularidad, es una de las especies más pequeñas del género Crocodylus. Los adultos llegan a medir tres metros y medio de largo mientras que su primo el cocodrilo marino alcanza más de cinco. Comparado con otros cocodrilos, el rhombifer tiene la cabeza corta y ancha. Es el más terrestre de estos reptiles; sus patas largas le permiten caminar sobre ellas en vez de chapotear sobre sus vientres como hacen las otras especies. Incluso, puede correr distancias cortas a gran velocidad.

La especie habita en bosques siempre verdes de mangle, ciénagas y herbazales. Su dieta está compuesta por peces, jicoteas, mamíferos como el puerco jíbaro y crustáceos. Está amenazada debido a la escasa extensión de su territorio y la contaminación de su hábitat. Además, el reptil es víctima de la caza ilegal, su carne es consumida como alimento y su piel se usa en la artesanía.

La hibridación con el cocodrilo americano (Crocodylus acutus) es otra de las causas que afectan a este saurio, pues pone en riesgo su continuidad genética. Los híbridos son fértiles y entre más crías tengan menos especies puras se conservarán en estado salvaje.

Dada la importancia del Crocodylusrhombifery su actual estado de peligro de extinción crítico, entidades internacionales han colaborado con Cuba en iniciativas para conservar a este reptil endémico.

El año pasado, un zoológico de Estocolmo envió a la isla 10 descendientes de una pareja de cocodrilos cubanos obsequiados hace cuatro décadas por Fidel Castro al cosmonauta soviético Vladimir Shalatov. Las crías fueron liberadas con éxito en la Ciénaga de Zapata.

Hasta el Papa Benedicto XVI, durante su visita a Cuba en 2012 trajo un ejemplar del Crocodylusrhombifer que habitaba en el zoológico de El Vaticano.

Esperemos que la iniciativa cubana para salvar al Crocodylusrhombifer de la extinciónsea fructífera y que no se convierta en una más de esas especies desaparecidas que aparecen en los libros. Los nuevos estudios del Refugio de Fauna Canales del Hanábana son una esperanza para la conservación del reptil, pues se supone que contribuyan a aumentar la población del animal y los conocimientos sobre él.


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Laydis Soler Milanés

Periodista, amante de la literatura y de la buena música.


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