sábado, 28 de septiembre de 2024

El Jardín Botánico de la Universidad Central de Venezuela en imágenes

Compuesto por unas 70 hectáreas, fue el primero de su estilo dentro de la geografía venezolana...

Bertha Caridad Mojena Milián, Omara García Mederos en Exclusivo 01/11/2014
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Recorrer el Jardín Botánico de la Universidad Central de Venezuela (UCV) es una experiencia inolvidable, casi como vivir en un mundo donde solo se respira paz, armonía, la composición de una flora y fauna extraordinarias que se entremezclan casi en el mismo centro del Distrito Capital de Caracas.

Un reducido grupo de personas laboran allí, entre ellos, investigadores y especialistas a quienes se les unen los estudiantes de pregrado y posgrado de la propia UCV. Todos dicen responder a una máxima: garantizar la integridad patrimonial tanto del Jardín Botánico, como del Herbario Nacional y la Biblioteca Henri Pitier.

Abierto al público desde 1958, lo componen unas 70 hectáreas y fue el primero de su estilo dentro del marco de la geografía nacional. Es calificado, además, como un gran centro de investigación, un recinto en taxonomía vegetal y un vehículo permanente para el aprendizaje de diferentes ramas de la botánica, la educación ambiental y el cuidado y protección que debemos darle a la biodiversidad.

Entre sus objetivos, resaltan también: coleccionar y conservar plantas locales exóticas, proteger especies en riesgo o peligro de extinción, así como mantener la importante colección de plantas vivas, que constituye un aula para el estudio de especies vegetales, la relación entre ellas y con el medio en que se desarrollan.

Al hablar con algunos de sus investigadores más antiguos, comentan que desde su creación ha sido posible la reproducción de importantes colecciones de plantas, tanto nacionales como de origen foráneo, que alcanzan unas 1 700 especies y se ordenan en diferentes ambientes ecológicos.

En esta zona de la ciudad se encuentra también el Herbario Nacional, fundado en 1921 y allí se preservan las colecciones más antiguas, numerosas y diversas de muestras secas de la flora del país. Recoge actualmente unos 425 000 especímenes de diferentes grupos vegetales de sitios emblemáticos de toda la geografía venezolana.

Por su parte, la biblioteca Henri Pitier, centro de documentación botánica del país, abre sus puestas a todos los investigadores y estudiosos de la botánica, para lo cual dispone de unos 6 000 títulos de libros, cuyo ejemplar más antiguo data de 1775.

Pero, al recorrer este Jardín Botánico, algunos espacios resaltan a la vista de todos, entre ellos el Arboretum, área dedicada a los árboles y otras plantas leñosas, una colección con fines didácticos y de conservación considerada un bosque por la cantidad de plantas que posee.

Más de 200 especies de árboles se reúnen allí y sus especies tienen diversos usos: desde lo ornamental, medicinal, maderable hasta comestibles. Entre ellos se destacan los matapalos, el caucho, los apamates, el samán y el araguaney, así como el único árbol sagrado de la India que existe en el país.

Encontramos también una gran colección de aráceas, más conocidas como malangas, un hermoso orquideario, tres lagunas o jardines acuáticos con lirios de agua, ninfeas, nelumbos y helechos, destacándose la renombrada laguna que posee la forma del mapa de Venezuela.

Y no podían faltar los 4 000 ejemplares de palmas de 250 especies provenientes de todo el mundo, concentradas en el área conocida como Palmetum, una de las mayores colecciones de Latinoamérica, incluyendo la Palma Real proveniente de Cuba.

Pero, dejemos que sean las imágenes las que hablen por sí solas, para conocer un poco más de este emblemático lugar, sitio de referencia para visitantes de todo el mundo y orgullo de caraqueños y venezolanos todos.


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Bertha Caridad Mojena Milián

Joven periodista. Pinareña hasta la médula. Amante de la paz y de la risa.

Omara García Mederos


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