Una marcha de amor por Cuba (+Fotos)

El pequeño Manuel Antonio Acosta Alcande, integrante del grupo de teatro infantil La Colmenita, no imagina cuanta historia hay en ese sitio donde llegó desde el mediodía. A su alrededor solo observa una enorme multitud de niños, adolescentes y jóvenes con banderas, carteles, afiches…dispuesta a emprender un largo viaje por Cuba, por los Cinco, por la paz y contra el terrorismo.

Está allí, en la histórica Escalinata de la Universidad de La Habana, donde Trejo, Mella, José Antonio y los jóvenes de Humboldt 7 como otros de sus compañeros desafiaron fuerzas de la dictadura para lograr el sueño de una Cuba libre. Me dice que  ha venido con sus demás amiguitos a una marcha, a pedir la libertad de los Cinco, y que estaba muy contento desde el día que le avisaron para esa cita.

 Junto a Manuel Antonio está su mamá, quien asegura a este reportero que más que un compromiso con las causas que enarbolan en este desfile, es la mejor forma de incorporar a la familia a la historia gloriosa de nuestro país, de hacer que las nuevas generaciones experimenten el patriotismo, el amor por la Patria y estén listos para cuando el deber los llame.

Una voz anuncia que ya La Marcha Estudiantil y Juvenil Los Pinos Nuevos contra el Terrorismo va a comenzar. Irrumpe así nuestra plática, convencidos de que en el rostro y los gestos de Manuel y Antonio, estudiantes de la escuela primaria Corando Benítez, como en los cientos de integrantes de la Colmenita y de quienes estuvieron en la Escalinata, está toda Cuba.

Entonces se escuchó la alocución de Irma González Salanueva, hija de René, uno de los Cinco, quien dijo que nuestros tiempos nos imponen nuevas luchas, retos y logros, que solo podemos alcanzar desde el rol de protagonistas, y pidió fundir de esta forma, aquí y ahora, nuestro compromiso con Cuba, con el mundo, con la humanidad y el Socialismo.

Convocó a luchar por esa libertad negada durante 13 años a su padre, 15 a Fernando y quién sabe cuánto más a Gerardo, Ramón y Antonio. “Esa injusticia ha privado a los jóvenes de estas cinco familias de sonrisas y etapas irrecuperables”, y mencionó también a los miles de palestinos y al independentista boricua Oscar López, a quien se les veda su liberación.

“Marchemos con ímpetu y conciencia revolucionaria”, llamó a los jóvenes, y desprendió así una marcha, que estuvo presidida por cinco banderas gigantes: la enseña nacional, la de la UJC y la de cada una de las organizaciones estudiantiles y las fotos de 138 víctimas del terrorismo de Estado contra Cuba.

Los pequeñines de la Compañía de Teatro La Colmenita, acompañados de Fernando, René, familiares de Los Cinco y de las víctimas del terrorismo y dirigentes de las organizaciones y movimientos juveniles y estudiantiles, los primeros en desfilar. Junto a ellos también la delegación deportiva a los Juegos Centroamericanos y del Caribe y estudiantes de la Escuela Latinoamericana de Medicina. Entonces siguió la multitud que desde el mediodía se reunió en la Escalinata.

Luego de recorrer casi dos kilómetros, los integrantes de la Organización de Pioneros José Martí (OPJM), de la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media (FEEM) y la Estudiantil Universitaria (FEU) así como jóvenes trabajadores y combatientes, llegaron a la Tribuna Antiimperialista José Martí, donde un grupo de artistas cantaron a la paz, a los Cinco y a que la justicia verdadera invada nuestro mundo.

En la Tribuna Antiimperialista, el tema “Venga la esperanza”, de Silvio Rodríguez, en voz de niños del grupo de teatro infantil La Colmenita, fue el primero en sonar ante la multitud. Después llegaron también la solista Rosario Barrizonte con “Aras de vivir” así como el trovador Adrián Berazaín, los repentistas Héctor Gutiérrez y Aramís Padilla, el músico Andy Rubal, el coro de la Academia Nacional de Canto Mariana de Gonitch, para cerrar con David Blanco.

Rosario Barrizonte resaltó la emoción de estar aquí fue doble, pues tuvo el orgullo de cantarle a la historia valerosa de este pueblo y regalarle su arte a los Cinco. “Este será un episodio de mi vida que nunca olvidare, por las emociones que viví aquí”, dijo y resaltó el inmenso placer de estar en la Tribuna con su mensaje de agradecimiento a quienes pusieron en juego su vida para que esta generación tuviera un país distinto a aquel oprimido en el que les tocó crecer.

Viaje a la semilla devino esta gran marcha, de casi dos kilómetros y 50 000 participantes, que removió la memoria de la nación y honró sus raíces, al paso de la muchachada por sitios que son historia viva, como la Fragua Martiana, Humboldt 7 y la tarja que en la calle Infanta señala el lugar donde cayó herido de muerte Rafael Trejo, justamente el 30 de septiembre de 1930.