Verano: no olvidarse de la higiene

¡Llegó el verano! ¡Qué calor! Son esas las frases que más se escucharon y se oyen entre los cubanos, mucho antes desde que este cinco de julio, se diera oficialmente la bienvenida a la etapa estival. Ha regresado el tiempo de festejar, de salir con los amigos, de tomarse un diez, de compartir una buena comida; sin embargo, no podemos olvidar que el verano y sus altas temperaturas traen consigo riesgos en materia epidemiológica para la población.

Y es que durante el verano hay mayor circulación de las personas de una provincia a otra, se incrementan las festividades, los carnavales y con ello hay más manipulación de alimentos y el tiempo con el calor y la humedad también es favorable para que se generen brotes de enfermedades y de epidemias si las cosas no se hacen de forma correcta.

Para combatir virus y bacterias durante esta etapa, resulta imprescindible mantener una adecuada higiene ambiental, comunal y personal así como reforzar una campaña de salubridad aparejada a acciones más fuertes de saneamiento. Así evitamos la aparición de enfermedades respiratorias, diarreicas agudas, el dengue y la conjuntivitis, que se hacen más comunes en esta época.

¿Qué hacer durante este período? Los especialistas del Ministerios de Salud Pública (MINSAP) recomiendan aumentar las prevenciones de hervir por más de cinco minutos el agua de beber, extremar las medidas de higiene en el hogar, el lavado frecuente de las manos antes de manipular alimentos; mantener las comidas en el refrigerador, pues la exposición al calor puede acelerar el proceso de descomposición, y además impedir que los insectos entren en contacto con los instrumentos de cocina o los alimentos.

Convocan a lavarse las manos después de ir al baño, tapar la basura y colocarla lejos del interior de las viviendas, erradicar microvertederos y cuantas conductas peligrosas atenten contra la salud. Y es que cada año el MINSAP confecciona el Plan de Verano, que comprende el período estival, y que se dirige a fortalecer las acciones sanitarias y de comunicación que contribuyan a disminuir los riesgos de aparición de enfermedades y otros eventos adversos a la salud.

REGLAS SEGURAS PARA LOS ALIMENTOS

Según especialistas e investigadores del Departamento de Higiene de los Alimentos, del Instituto Nacional de Higiene, Epidemiología y Microbiología, existen cinco reglas de oro para mantener la higiene de los alimentos. La primera es mantener la limpieza, luego es necesario separar los alimentos crudos de los que ya están cocinados, y mantenerlos a temperaturas seguras. De igual forma, se aconseja cocinar completamente los alimentos y utilizar agua y materias primas seguras para su elaboración.

En varios plegables sobre el tema aseguran que las personas que manipulan los alimentos deben mantener el cabello y la boca cubiertos, presentarse con la ropa y calzado limpios, así como con las uñas limpias, bien cortadas sin esmalte. Deben abstenerse de toser, estornudar o hablar cerca de los alimentos y someterse periódicamente al control médico.

Existen algunas señales para reconocer si el alimento que pretendemos consumir se encuentra en mal estado. Fíjese bien en un alimento con cambio de olor o color, en la textura o apariencia del producto, como pueden ser un olor desagradable, un sabor extraño, presencia de moho, áreas magulladas o golpeadas, pistas de deterioro por insectos o roedores o apariencia muy madura del producto. Si tiene alguna de esas características, por favor rechácelo.

ANTE LAS DIARREAS

Como hemos apuntado, durante este periodo existe un incremento de enfermedades diarreicas agudas (EDA), en cuyo aspecto inciden, además, las lluvias. Algunos creen que se trata de un inofensivo trastorno, pero puede convertirse en un riesgo para la propia vida —sobre todo en niños pequeños y ancianos— debido a la más común y temida de sus complicaciones: la deshidratación.

No solo los medios de comunicación masiva, a través del médico y enfermera de la familia, por intermedio de la propaganda gráfica y otras vías, existe la posibilidad de conocer cómo prevenir las EDA. Sin embargo, ese conocimiento no siempre se convierte en manual de buenas prácticas, de ahí que no todos cumplan con las cuestiones básicas para evitar la aparición de diarreas, vómitos y otros síntomas.

Ante ello se deben aplicar todas las medidas de prevención y los cuidados de salud en el verano, y no olvidar que esta época del año, cuando se incrementan las enfermedades de trasmisión digestiva, exige que durante la producción, almacenamiento, la manipulación y finalmente la elaboración del alimento, la higiene de los locales, del personal y demás condiciones materiales de producción, sean las óptimas.

Entre las acciones necesarias para evitar las EDA, los especialistas del Minsap recomiendan —en primer lugar— ante la aparición de síntomas, no automedicarse y acudir de inmediato al médico más cercano o a los servicios de urgencia médica, los cuales cuentan con el personal idóneo y existen locales de observación para los pacientes que así lo requieran.

Igualmente, evitar el consumo de cocimientos sin probada eficiencia médica y sin ser indicados, y ante la presencia de diarreas, atendiendo a su número y frecuencia y a la ausencia de vómitos, ingerir sales de rehidratación oral mediante la disolución de un sobre en un litro de agua hervida y tomarla como agua común hasta ser atendido por el médico.

Se trata de una etapa donde la realización del autofocal familiar, no descuidar la higiene medioambiental, reforzar la autorresponsabilidad y cumplir estrictamente lo orientado para preservar la salud, han de ser más que primordiales. Vivir saludable pasa de ser una opción para convertirse en una obligación, pues ello permitirá disfrutar a plenitud en estos meses calurosos.