La hipertensión y la diabetes pueden estar presentes en la misma persona y se trata de un riesgo, pero silencioso. Ambas son enfermedades que pueden coexistir juntas, y en las que la alimentación juega un papel crucial, aunque no sustituye al tratamiento médico. Es solo su complemento indispensable. Las dietas para ambas enfermedades deben incluir una baja ingesta de sodio, de grasas y de carbohidratos como reglas básicas. Una persona con ambas enfermedades tiene un riego incrementado de sufrir de enfermedades cardiovasculares y es más vulnerable a las enfermedades infecciosas y a sus complicaciones, a veces con un desenlace fatal.
DIETA PARA DIABÉTICOS E HIPERTENSOS
Las dietas para ambas enfermedades conllevan una baja ingesta de sodio, de grasas y de carbohidratos como reglas básicas.
Los alimentos con carbohidratos llevan al aumento de la glucosa en sangre, por lo que las personas que utilizan insulina antes de las comidas pueden ingerir una cantidad adecuada de carbohidratos para conseguir que esos niveles de glucosa estén cerca de lo normal durante una mayor cantidad de horas. Es siempre mejor elegir carbohidratos complejos, pues tienen otros beneficios para la salud como fibra para el control de las glicemias y granos enteros para la salud del corazón.
Lo importante es que se controle la cantidad a consumir y que la mayor parte sean complejos. Está claro que las personas con hipertensión tienen graves problemas con el consumo de sodio, pero, de la misma manera, un alto contenido de sodio en las comidas también puede afectar a los diabéticos. Podemos utilizar sustitutos de la sal como son las especias y también elegir ciertos alimentos que aumentan el nivel de potasio en sangre, lo que baja la presión arterial.
LA DIETA DASH
Para estos pacientes resultaría muy conveniente la dieta DASH. Esta dieta se centra en aumentar la cantidad de frutas y verduras consumidas, así como también lácteos bajos en grasa. Si bien la dieta DASH estaba orientada en un principio para personas con hipertensión, también es útil para los diabéticos con tendencia a la obesidad y donde el consumo de grasas puede afectar a su salud. Dentro de la dieta DASH se puede incluir pescado, frutas y verduras, granos enteros, aves, frutos secos, leche y yogur descremado, así como arroz integral, entre otros alimentos. Asimismo, se debe limitar la ingesta de sodio a 1500 mg al día como máximo.
PARA TU MAYOR CONOCIMIENTO
Una persona que sufre hipertensión y diabetes puede tener a veces pocas ideas sobre qué alimentos consumir, así que te damos una lista de alimentos que ayudan notablemente a personas que padecen estas enfermedades. Entre ellos se incluyen ajo, cebolla, lechuga, col, rábanos y nabos, mostaza, zanahoria, frutas de temporada, salvado de trigo, granos enteros, trigo integral y abundante agua. Además de una dieta saludable, es necesario realizar ejercicios, ya que puede ayudar a controlar el azúcar en sangre y reducir el sobrepeso. Con 30 minutos de ejercicio cinco veces a la semana se puede reducir la presión arterial.
Estos son solo algunos consejos básicos en caso de que necesites llevar una dieta para diabéticos e hipertensos. Sin embargo, es esencial consultar al médico acerca de las medidas a tomar en caso de tener diabetes o hipertensión, o ambas enfermedades, incluidos los medicamentos apropiados.
CUIDADO CON LAS ENFERMEDADES CARDIOVASCULARES
Las enfermedades cardiovasculares constituyen la principal causa de muerte en los países desarrollados. Aunque los factores de riesgo son diversos, todos ellos tienen que ver con los malos estilos de vida. El tabaco, el abuso en el consumo de grasas y alcohol, las malas comidas y la vida sedentaria son los principales responsables.
Acabar con este peligro es tan fácil como poner en práctica costumbres más saludables y una dieta equilibrada. Las complicaciones de salud suelen aparecer en edad madura después de pasar muchos años sin un control estricto. Por eso es tan importante prevenir desde la niñez, suministrando a los pequeños una dieta variada y sana y animándoles a practicar ejercicio físico moderado. Lo mismo vale para los mayores, pues aún no es tarde para cuidarse.
CONOCIENDO LAS GRASAS MALAS
Para empezar a tomar conciencia del problema, tendrás que conocer qué tipos de grasas podemos obtener de la alimentación. Están las grasas saturadas, que son las grasas malas, y que se encuentran en la mantequilla, la repostería industrial, aceite de coco y palma, que suelen aparecer en las etiquetas genéricamente y de manera un tanto inocente como ‘aceites vegetales’, embutidos, fiambres, carnes grasas y semigrasas, y quesos. Una persona con colesterol alto tiene que reducir o eliminar su consumo. También se encuentran las grasas hidrogenadas o trans; no es más que una grasa que el hombre ha inventado. La industria alimentaria la añade a margarinas, fritos, precocinados para hacer el producto más rico, jugoso, apetecible y que se conserve mejor. Esta grasa artificial se comporta en el organismo como una grasa saturada.
ESTAS SON LAS GRASAS BUENAS
Las grasas buenas, las poliinsaturadas, son las llamadas grasas Omega 3 y Omega 6, procedentes de pescados azules, frutos secos y aceites de semilla como maíz y girasol. Surten un efecto protector porque disminuyen la viscosidad de la sangre, aunque no destruyen el colesterol. Hacen la sangre más fluida y que la tensión no suba.
Grasas monoinsaturadas las encontramos en el aceite de oliva o el aguacate. Sólo estas disminuyen la tasa de colesterol porque, al ser ricas en HDL, desatascan los vasos sanguíneos y evitan que el LDL se pegue en las arterias.
CONOCIENDO EL COLESTEROL
Existen dos tipos de colesterol, el HDL o bueno y el LDL o malo. El LDL es el que presenta riesgo cardiovascular porque es el que se acumula en la sangre produciendo arteriosclerosis, mientras que el bueno o HDL limpia las arterias del malo. Las grasas saturadas son ricas en LDL, de ahí la necesidad de consumirlas en pocas cantidades o eliminarlas si se padece de colesterol elevado.
ALIMENTOS PARA DIABÉTICOS E HIPERTENSOS
La fibra es una sustancia orgánica que no sólo ayuda a tratar la diabetes, sino a bajar el colesterol y reducir la presión arterial. Para lograrlo es importante preparar recetas para diabéticos e hipertensos que contengan semillas, cereales, vegetales y arroz integral. Asimismo, es aconsejable que, la dieta para diabéticos e hipertensos, y más aún si tiene colesterol alto, contenga ácidos Omega 3. Puedes encontrar Omega 3 en alimentos propios para diabéticos e hipertensos, como el pescado, frutos secos, aceites vegetales tales como los de canola, oliva, soya. Recuerda no utilizar el aceite como medio de cocción, sólo como condimento.
ALIMENTOS PROHIBIDOS PARA HIPERTENSOS
Ten presente que, para adaptar estas recetas a la dieta para hipertensión, no debes añadir sal a la comida mientras la prepares. Sólo puedes condimentar estas preparaciones una vez que estén cocidas y de acuerdo con el grado de hipertensión que tengas. En reemplazo de la sal puedes utilizar hierbas aromáticas y especias que brindarán un gusto diferente y muy agradable.
Por otra parte, otro punto a tener en cuenta es controlar el recuento de hidratos de carbono totales de la dieta.
EL PODER DE LOS ANTIOXIDANTES
Una dieta balanceada para estos enfermos debe ser rica en antioxidantes, pues estas sustancias reducen o impiden la oxidación de las partículas grasas y su acumulación en los vasos. Las vitaminas A, C y E y los minerales zinc y selenio forman el grupo de los antioxidantes. El consumo de los siguientes productos te proporcionará un aporte extra de antioxidantes. Entre los ricos en vitamina C se encuentran los cítricos, las espinacas y los pimientos; en vitamina E, el aguacate, los vegetales de hoja verde y los frutos secos; en vitamina A, la zanahoria, la calabaza, el pimiento rojo y el tomate y todas las frutas y hortalizas que tengan color rojo o naranja; en zinc, los frutos secos, las semillas de calabaza, los cereales, el pescado, el marisco y las legumbres; y en selenio, los cereales integrales, el pescado y los mariscos.
CAMBIOS FAVORABLES EN LA ALIMENTACIÓN
Cuando prepares pollo, asegúrate de retirar todo el pellejo, pues es donde se encuentra principalmente la grasa saturada, perjudicial para el corazón.
Selecciona las carnes magras, retira la grasa visible y trata de utilizar métodos de cocción saludables como asado, a la plancha, horno o hervido. Si haces estofados, asegúrate de desgrasar la carne antes de prepararlo y no utilizar caldos comerciales. También es conveniente dejar enfriar y después retirar la grasa de la superficie. Se debe comer pescado al menos dos veces a la semana y cocinar las papas de forma saludable como son hervidas, en puré, asadas, y elimina las papas fritas o cocinadas con mucho aceite. Incorporar poco a poco diferentes tipos de hortalizas y verduras, pues se recomiendan 5 raciones al día de frutas y verduras.
Debes cocinar sin sal y puedes utilizar en su lugar hierbas aromáticas, condimentos y limón. Si actualmente comes con sal, comienza reduciendo la cantidad que usas a la mitad y disminuye gradualmente hasta evitarla y no lleves el salero a la mesa. Se deben evitar los alimentos que contienen sal como son los enlatados, procesados, ahumados, curados como el jamón y las sopas en cubitos. Las personas mayores deben tener especial atención a la hidratación. Se recomienda beber abundante líquido, de 1,5 a 2 litros al día, intentando variar las comidas.
RECETAS PARA DIABÉTICOS HIPERTENSOS SIN NADA DE SAL
Caldo de pollo
Ingredientes:
-200 gramos de pollo
-100 gramos de fideos
-50 gramos de calabaza
-50 gramos de zanahoria
-1 rama de apio
Preparación:
-Introducir en una olla el pollo troceado y cubrirlo con agua (3 litros) llevando a ebullición.
-Cuando el agua rompa a hervir, añadir las verduras peladas y troceadas.
-Añadir el manojo de perejil.
-Hervir a fuego suave durante una hora y media, hasta obtener un caldo con sustancia.
-Cuando el caldo esté listo, colar y reservar las verduras y el pollo.
-Hervir de nuevo el caldo y añadir los fideos, y cocinar hasta que la pasta esté hecha.
Crema de espinacas y zanahoria
Ingredientes:
-3 zanahorias
-100 gramos de hojas de espinacas
-1 papa mediana
-½ cebolla
-Aceite vegetal de la mejor calidad posible
Preparación:
-Cocinar primero los ingredientes más duros como la zanahoria y la papa.
-En una cazuela, poner la cebolla, las zanahorias troceadas y la papa pelada. Echar agua, la cantidad justa para que cubra todos los ingredientes. Después, calentar a fuego fuerte.
-A continuación, cocinar las hojas de espinaca.
-Cuando rompa a hervir, dejar que todo se cocine durante 25 minutos. Pasado ese tiempo, añadir las espinacas. Si no entran todas, se puede echar un poco más de agua. Dejar que se cocine todo durante otros 5 minutos.
-Cuando todo esté cocinado y las verduras ablandadas, pasar todo a un vaso de batidora y batir y añadir también el caldo de la cocción. Batir bien hasta obtener una especie de puré.
- Añadir un poco de aceite de oliva. Si la crema queda líquida, se puede añadir más aceite. Si, al contrario, queda demasiado espesa, debe echársele un poco de agua.
-Corregir la textura y el sabor, ¡y listo!
En un momento, tendrás un plato muy saludable, que gusta a todo el mundo.
Ensalada de lentejas
Ingredientes:
-400 gramos de lentejas cocinadas
-½ pimiento verde
-½ pimiento rojo
-1 cebolla
-1 zanahoria
-Aceite vegetal de la mejor calidad posible
Preparación:
-Poner en un recipiente apropiado las lentejas que ya estarán previamente cocinadas. Para cocinarlas, tan solo se deben poner en agua, pues no hace falta añadirles nada más.
-Añadir el resto de ingredientes y mezclar. Además de los ingredientes sugeridos, se puede añadir huevo hervido.
-Aliñar con un poco de aceite, pues como aliño es más que suficiente, pero se puede añadir también vinagre si lo deseas.
Sopa de verduras
Ingredientes:
-100 gramos de judías verdes
-3 zanahorias
-2 papas medianas peladas
-1 tomate pelado
-1 pimiento rojo
-½ col
-1 pimiento verde
-1 rama de apio
-2 dientes de ajo pelados
-1 cebolla pelada
-½ brócoli
-100 gramos de calabaza
-Perejil fresco
Preparación:
-Ir picando las verduras sobre una tabla. Dejar bien picados el pimiento verde, el rojo, el apio, el puerro, el tomate, la cebolla y los dientes de ajo. En el caso de las judías verdes, las zanahorias, las patatas y la calabaza, cortar en dados pequeños. Por su parte, la coliflor y el brócoli, cortarlas en ramitas.
-En una cazuela amplia, poner abundante agua, la suficiente como para cubrir todas las verduras, y calentar a fuego fuerte. Cuando rompa a hervir, echar primeramente las verduras que más cocción requieren: Las judías verdes, las zanahorias, las papas, la col, la cebolla, el ajo y el pimiento rojo. Remover un poco y dejar que se cocine todo durante 10 minutos.
-Pasado ese tiempo, añadir el pimiento verde, el apio, el puerro, el calabacín y el tomate. Dejar que se cocinen otros 10 minutos, removiendo de vez en cuando y controlando la temperatura de cocción y el nivel de agua de la sopa.
-Después, añadir la verdura más delicada de todas: el brócoli.
-Remover y dejar que todo se cocine otros 5 minutos, hasta que todas las verduras se hayan ablandado y la sopa esté completamente lista. Pasado este tiempo, espolvorear con un puñadito de perejil picado, remover brevemente y retirar del fuego.
Hay mucho margen de maniobra en cuanto a las verduras a utilizar. Se pueden sustituir por otras preferidas o por otras que estén de temporada. También es posible enriquecer la sopa utilizando un caldo de pollo o de verduras, hechos en casa, en vez de simplemente agua. ¡A tu gusto!
MIKY
22/2/22 10:15
Hola, logre superar esta enfermedad sin necesidad de estar medicado solo segui este método alternativo: => https://comovencerladiabetes.com <= (buscalo en internet) Y en pocos meses mis niveles de glucosa ya estaban normales.
Migue
4/8/21 12:46
Buen artículo.
solo un detalle, las grasas saturadas no son dañinas y el colesterol en sangre tiene poco que ver con los alimentos.
gracias
Neme
6/5/21 11:43
Estas enfermedades combinadas son muy pero muy peligrosas en estos tiempos de Covd. Y si no que oigan al Dr. Durán. No es ser pesimistas, solo les digo a estos enfermos que se cuiden como gallos finos. Y es bueno que lean este artículo como un buen comienzo.
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