//

miércoles, 27 de noviembre de 2024

Los riesgos de la automedicación

Uno de los principales riesgos de la automedicación es la falta de un diagnóstico adecuado por parte de un profesional de la salud, lo que puede llevar a tratamientos ineficaces o al enmascaramiento de afecciones subyacentes...

Alberto Jesús Quirantes Hernández
en Exclusivo 22/01/2024
0 comentarios
Automedicación
Uno de los riesgos principales de la automedicación es la ausencia de un preciso diagnóstico por la parte de un médico, lo que puede conducir a ineficaces tratamientos o la ocultación de subyacentes enfermedades (OPS).

La automedicación es la acción de tratar síntomas de salud o enfermedades por propia cuenta, sin el control de un facultativo de la salud, como es un médico. Esta práctica habitualmente comprende el uso y la compra de medicinas de venta libre incluido el empleo de medicinas recetadas sin cumplir las orientaciones exactas del médico.

Si bien la automedicación puede ser apropiada en algunas situaciones de menor cuantía y muy limitadas, como el empleo de calmantes para aplacar un ocasional dolor de cabeza, pudiera ser insegura cuando se emplea de forma inadecuada, pues puede conducir a efectos secundarios no deseados, conflictos de salud de más seriedad o incluso a la resistencia a los medicamentos.

Uno de los riesgos principales de la automedicación es la ausencia de un preciso diagnóstico por la parte de un médico, lo que puede conducir a ineficaces tratamientos o la ocultación de subyacentes enfermedades. Además, la automedicación con frecuencia no toma en consideración los antecedentes médicos del paciente o las interacciones entre medicamentos, lo que pudiera dar lugar a consecuencias secundarias adversas o a graves complicaciones. Por lo tanto, es primordial que cada persona busque la orientación de un médico previo a automedicarse, sobre todo en situaciones de afecciones graves, enfermedades crónicas o cuando las manifestaciones duran o se agravan. La automedicación sensata comprende informarse apropiadamente y practicar las indicaciones aconsejadas en la etiqueta de la medicina o, en su carencia, las orientadas por un médico.

La automedicación, forma de tratar dificultades de la salud sin la vigilancia de un médico, puede ser peligrosa si se hace de manera inadecuada. Es fundamental mostrarse de acuerdo que, aunque hay medicinas de libre venta que pudieran ser seguros para el autotratamiento de achaques menores, siempre es sustancial consultar a un profesional médico cuando se enfrentan problemas de salud graves, desconocidos o persistentes. La automedicación sensata implica la prudencia, la educación y la observancia de las adecuadas indicaciones para garantizar la eficacia y seguridad de cualquier medicación.

Riesgos de la automedicación

La automedicación, o acto de atender síntomas o enfermedades sin la vigilancia de un médico, lleva a varios peligros significativos para la salud. En primer lugar, está el riesgo de un incorrecto diagnóstico. Las personas no están aptas para valorar debidamente sus manifestaciones clínicas y determinar enfermedades subyacentes, lo que puede conducir a un inadecuado tratamiento y demorar la necesaria atención médica. Esto puede pasar por alto que una enfermedad avance sin control, lo que podría haberse impedido con un tratamiento y diagnóstico adecuado por parte de un profesional de la medicina.

Un importante accidente de la automedicación son las interacciones medicamentosas y los efectos secundarios. Al automedicarse, los individuos pueden no estar informados de las interacciones con otros fármacos que puedan estar tomando o las probables contraindicaciones de esas medicinas. Como resultado esto puede provocar reacciones desfavorables peligrosas o desórdenes médicos que se podrían haber evadido con la supervisión de un médico. Además, la automedicación puede favorecer el desarrollo de resistencia a los medicamentos, sobre todo en el caso de los antibióticos, lo que provoca que las infecciones se vuelvan más trabajosas de tratar en el futuro.

Otro peligro significativo es la ocultación de graves afecciones. Tratar la sintomatología sin conocer el inicio subyacente puede disimular graves enfermedades, como enfermedades crónicas o un cáncer, que precisan ayuda médica precoz para un efectivo tratamiento. La automedicación también puede conducir a un uso excesivo e inapropiado de medicamentos, lo que puede tener negativos efectos en la salud a largo plazo, como daño renal o hepático como consecuencia del abuso de antiinflamatorios o analgésicos.

Sumado a los peligros para la salud física, la automedicación pudiera, en la salud mental, tener un impacto. La depresión y la ansiedad a menudo se automedican con drogas o alcohol, lo que pudiera agravar los problemas de salud mental y conducir a una espiral inclinada en la salud psicológica y emocional.

La automedicación conduce a significativos riesgos, como incorrectos diagnósticos, enmascaramiento de enfermedades graves, efectos secundarios y resistencia a los medicamentos y problemas de salud mental. Por eso, es la esencial buscar la supervisión y orientación de un médico para recibir un tratamiento seguro y adecuado en lugar de automedicarse.


Compartir

Alberto Jesús Quirantes Hernández

Profesor Consultante y Jefe del Servicio de Endocrinología del Hospital Docente Dr. Salvador Allende en La Habana, Cuba.


Deja tu comentario

Condición de protección de datos