viernes, 20 de septiembre de 2024

De Paco, Paco a llueve, llueve

Todavía no se sabe si fue en serio o una broma cuando Mario Fleitas López dijo que con una palabra había hecho una canción...

Félix Arturo Chang León
en Exclusivo 10/12/2021
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Pudiera quedar quien considere aquello como una broma de mal gusto, aunque otros no podamos dejar de reír al recordarlo. (Alfredo Lorenzo Martirena Hernández / Cubahora)

Cuando en la década de los años 70 del siglo pasado se escuchaba la melodía “Paco, Paco, Paco”, en las aulas universitarias habaneras estudiábamos cuentos, novelas, poemas...; y no faltaron quienes incursionaron por esos terrenos aunque la carrera era de Periodismo.

En el grupo de estudiantes había consagrados como Jorge Velázquez Ramayo, quien ya había publicado un libro titulado Vórtice y otros que habían trabajado en medios de prensa antes de matricular en el curso donde también estábamos los recién llegados al mundo de las noticias, las crónicas y los reportajes.

Todavía no se sabe si fue en serio o una broma cuando Mario Fleitas López dijo que si con una palabra (Paco) se había hecho una canción, su obra poética era superior porque a “Llueve” él le imprimía sentimientos. Su procedimiento fue ponerlo entre signos: Llueve, ¿Llueve?, ¡Llueve!, ¿¡Llueve!? ¡Llueve? Llueve... y todas las combinaciones hasta completar casi una cuartilla que mostró a todos y prácticamente los obligó a que le hicieran críticas y le dieran sugerencias.

Entre los consultados por este “poeta” estaba Lesmes La Rosa Dunán y, por supuesto, el autor de estas líneas, que sencillamente lo mandó bien lejos y le dijo que no fastidiara más, en primer lugar porque ni yo sabía de eso ni él tampoco.

Transcurridos unos días, el obstinado poeta esgrimió un poema escrito con su letra grande e ilegible y a quienes rechazaron leerlo tuvieron que escuchar la lectura que hizo con una voz muy empalagosa. Muy molestas y persistentes fueron sus invitaciones a que sus condiscípulos diéramos una opinión sobre tal obra, que él consideraba lo mejor de cuanto había escrito, y advertía que estaba dando la oportunidad de que contribuyéramos a que él triunfara y alcanzara la fama. No contento con que quienes se aventuraran a dar una valoración lo hicieran verbalmente y le respondieran sus preguntas, ofrecía un lapicero y solicitaba que el crítico le hiciera los arreglos necesarios a su poema.

Realmente, aquella cuartilla llegó a tener tantas acotaciones y enmiendas que el poema original casi había quedado sepultado por las tachaduras, correcciones y recomendaciones para que el neófito poeta mejorara su labor creativa.

Al graduarnos, Mario fue ubicado en Camagüey; Lesmes en La Habana y este redactor en la antigua provincia de Las Villas, pero aunque no había las actuales tecnologías que permiten una comunicación instantánea, mantuvimos las relaciones, y en una ocasión nos interesamos por su actividad literaria.

Tal vez, no todos los que fueron blanco de su broma lo supieran y se estén enterando ahora si leen este post. Con su habitual rostro serio, dijo: “¿Ustedes quieren saber de aquella obra que escribí cuando quise ser poeta? Pues lo tengo todavía guardado para mostrárselo a Nicolás Guillén y vea lo que tiene que mejorar en esa poesía que hizo cuando estaba en el momento cumbre de su vida”.


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Félix Arturo Chang León

Periodista cubano de origen chino que nació y vive en Cuba. Santa Clara. Dirigió el periódico Vanguardia durante 16 años.


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