Hola amiga y amigo de Parada con Estilo, ha finalizado la etapa veraniega que, para muchos, coincide con la etapa vacacional. Ha sido un tiempo donde no sólo el calor aumenta sino que además se insertan o se hacen más frecuentes las visitas a la playa, piscinas, zonas costeras, centros recreativos, campismos y todo cuanto la creatividad y las condiciones personales nos permitan.
Es una etapa dinámica e intensa, marcada por el recreo y la diversión. Pero los meses de julio y agosto, junto a sus actividades, suelen dejar ciertas huellas en nuestra piel. Algunas de ellas se perciben enseguida mientras otras se hacen evidentes a largo plazo. ¿Qué suele suceder en nuestra piel durante la etapa en cuestión?
Lo primero es que debido al aumento en el tiempo e intensidad de exposición solar, ocurre el consecuente aumento en la producción de melanina que es la encargada en dar color a nuestra piel y cabello. Dicho aumento puede traer consigo la formación de manchas o diferenciaciones en la tonalidad de diferentes áreas de la piel.
La misma radiación intensa suele provocar un engrosamiento de la capa o estrato más superficial de nuestra piel conocido como estrato córneo. Es un fenómeno de defensa natural que la piel desarrolla para proteger de la radiación a su capa basal o germinativa.
Pero el organismo es todo un sistema y nada ocurre de manera aislada. El engrosamiento de la capa córnea provoca una disminución en la producción de sebo, haciendo que la piel quede más reseca y desprotegida. Una de las funciones del sebo es la de evitar la evaporación de la humedad de la piel, por tanto, al faltar dicho sebo o parte de él, la piel queda propensa a la posible deshidratación.
A todo esto le podemos añadir un efecto tardío que suelen provocar los rayos ultravioletas en la piel, un efecto conocido como fotoenvejecimiento. En el desarrollo de tal efecto también suelen tener una importante participación los radicales libres desencadenados por la mencionada radiación. El fotoenvejecimiento hace que la piel padezca y muestre síntomas de un envejecimiento prematuro y acelerado.
Si resumimos un poco tendremos que tras finalizada la etapa vacacional de verano es probable que tengamos una piel con algunas discromías o diferenciaciones en su color y tono, un tanto deshidratada, áspera, reseca, opaca, con pérdida de elasticidad, con acentuación de arrugas o líneas de expresión y una piel desvitalizada.
Septiembre, por su parte, da inicio a una nueva etapa marcada por la reinserción al trabajo, al estudio y a una vida donde la aventura suele disminuir. Una etapa que exige de ciertos cambios y preparación y nuestra piel no está exenta de dicha necesidad. Entonces, ¿Qué podemos hacer?
Lo primero es recordar el mantener una disciplina diaria de higiene cutánea pues es probable que dicho hábito haya sido descuidado durante el verano. Si fuimos de las personas que frecuentaron las playas y piscinas entonces vamos a necesitar de algún tipo de exfoliación (adecuada a nuestro tipo de piel) que ayude a la piel a desprenderse del exceso de células muertas y otros elementos que han quedado adheridos a ella. La exfoliación nos ayudará además a mitigar el engrosamiento de la capa córnea además de contribuir al logro de una textura más suave y lisa.
Después de exfoliar sería conveniente vaporizar unos diez minutos para luego aplicar algún tipo de mascarilla, casera o industrial, con fines hidratantes y nutritivos. De esta manera estaremos ayudando a compensar las deficiencias en dicho sentido que suelen presentarse durante el verano.
Si la mascarilla es de origen industrial sería muy favorable que en su contenido aparecieran elementos como el ácido hialurónico, el colágeno, la vitamina E, el aloe vera o algunos aceites como el de almendras dulces, el de argán o el de jojoba.
Una vez retirada la mascarilla y secada la piel podemos aplicar alguna crema ligera con filtro solar. Como siempre, la aplicamos con un suave masaje con movimientos circulares y rítmicos. Sería ideal que al terminar todo este proceso usted pudiera descansar e incluso dormir un buen tiempo. Así su piel podría dedicarse a su recuperación y los resultados se verían optimizados.
Entonces nada, si disfrutó intensamente del verano, sea condescendiente con su piel y ayúdele ahora a recuperarse de las secuelas que dicho tiempo pudo haber dejado en ella y así caminen juntos los dos, usted y su piel, hacia una vida llena de belleza y bienestar. Eso sí, no olvide que cada semana tiene una cita en Parada con Estilo donde se intercambia sobre belleza saludable. Chao y suerte.
MARIPOSA
10/9/19 11:04
Buenos días Luis Manuel, primero desearte salud, paz y mucha prosperidad. Estoy segura que este pasado lunes estuviste rodeado de mucho amor de tus seres queridos esos que al igual que nosotros tus lectores tienen la dicha de caminar a tu lado de una forma u otra. Muchas felicidades por tu pasado cumpleaños y que cumplas muchos más. No importa el como importa el cuando, un beso. Gracias por excistir.@Mariposa.
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