La magia de las parrandas de Remedios iluminó la noche este 24 de diciembre con un despliegue vibrante de luces, música y fuegos artificiales. Este año, el enfrentamiento festivo entre los barrios El Carmen y San Salvador promete ser un espectáculo inolvidable, reafirmando su estatus como una de las festividades más antiguas y queridas de Cuba.
La villa de San Juan de los Remedios, en la central provincia de Villa Clara, recibió a visitantes de todos los rincones. Los preparativos para esta celebración han comenzado meses atrás y se vio reflejado el arduo trabajo de artesanos, diseñadores de carrozas, que trabajaron incansablemente para dar vida a cada detalle.
Las parrandas son un auténtico despliegue de creatividad, donde se entrelazan el diseño y la construcción de impresionantes carrozas, disfraces coloridos, y monumentos que rinden homenaje a la tradición local.
Las calles se convierten en un escenario de música y baile, y los fuegos artificiales iluminan el cielo, creando una atmósfera de alegría desbordante. Las decoraciones reflejan el espíritu competitivo y festivo de cada barrio, creando un espectáculo visual que atrae a cientos de curiosos.
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Esta tradición, que se remonta a alrededor de 1820, tiene sus raíces en un matiz religioso. Un sacerdote del pueblo, buscando aumentar la asistencia a las misas navideñas, convocó a un grupo de jóvenes para hacer ruido por las calles. Lo que comenzó como un simple llamado a la fe ha evolucionado a lo largo de dos siglos en una gran fiesta popular, reconocida por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad desde 2018.
Los festejos no solo son una muestra de la riqueza cultural de Remedios, sino que también ofrecen a los visitantes la oportunidad de sumergirse en sus mitos, costumbres e historia.
Las parrandas de Remedios no solo fueron un espectáculo visual, sino también una experiencia inolvidable que celebró la vida, la comunidad y la cultura cubana. Con cada año que pasa, esta tradición se reafirma como un símbolo de resistencia y alegría, uniendo a generaciones y barrios en una fiesta que resuena más allá del tiempo.











Luces, música y fuegos artificiales entre los barrios El Carmen y San Salvador. Fotos: Dayron López Amador / Cubahora
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