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sábado, 22 de febrero de 2025

Las Ballenas: Los Colosos del Mar

 Al menos 300.000 ballenas, delfines y marsopas son víctimas de las capturas accidentales al año...

en Ecoticias.com 16/02/2025
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Día Mundial de las Ballenas
Día Mundial de las Ballenas

La colisión con barcos, la contaminación y los efectos del cambio climático son las amenazas que están teniendo un impacto negativo en las poblaciones de ballenas.

El ‘Día Mundial de las Ballenas‘ se celebra desde 1980 en el tercer domingo de febrero, por tanto, toca conmemorar esta efeméride, hoy 16 de febrero, el objetivo es concienciar a la ciudadanía de los peligros que acechan a las ballenas y cetáceos, el Día Mundial se instauro a instancias del activista hawaiano Greg Kauffman, con el objetivo de proteger de la extinción a las ballenas jorobadas de Maui en Hawái (EE.UU.).

Capturas accidentales:

Esta es la amenaza más importante. Al menos 300.000 ballenas, delfines y marsopas son víctimas de las capturas accidentales al año.

Caza para la comercialización de productos (carne y aceite de ballena):

Parece una práctica del siglo pasado, y de hecho lo fue durante 200 años. Aquella época en la que «valientes» y rudos marineros se iban a lugares remotos durante meses embarcados en grandes balleneros a cazar no ha terminado del todo. Noruega, Rusia, Islandia y Japón permiten a sus pescadores cazar ballenas.

Cambio climático:

Las temperaturas más cálidas del océano y el derretimiento del hielo marino en las regiones polares pueden poner en peligro las zonas de alimentación ártica y antártica de muchas ballenas grandes.

Colisiones con barcos:

Las  colisiones entre cetáceos y buques son una causa importante de muerte y lesiones traumáticas.

Impacto de la industria:

La industria petrolera, los vertederos, los puertos, los canales de transporte, las pesquerías y la acuicultura (piscifactorías) son un riesgo para la salud de los cetáceos: pérdida de hábitat, posibles daños auditivos y contaminación son las principales consecuencias de la actividad humana.

Pesca, cambio climático e ingesta de tóxicos y residuos

Sobre el primero de los problemas señalados, la pesca, aunque está prohibida desde 1986, «varios países continúan con esta práctica como Japón, Rusia, Noruega o Islandia, los habitantes de las islas Feroe (Dinamarca), donde matan a cuchillo cientos de cetáceos.

Aparte de la caza directa, las ballenas enfrentan otras circunstancias como los residuos derivados del ejercicio de la pesca. Fernández apunta, especialmente, a las redes a la deriva, que «terminan enredándose en las ballenas y tardan meses en morir». También la contaminación, ya que estos animales ingieren los plásticos abandonados en el mar pensando que es alimento corriente.

El 2% de las muertes en los cetáceos varados analizados en los últimos 25 años en Canarias han sido causadas por plástico«, ha indicado tras especificar que este material «les provoca perforaciones gastrointestinales y obstrucciones en el estómago, entre otras afecciones. Para solucionarlo hay que apostar por mayor investigación: diagnosticar bien las causas de muerte, tratar el problema de acuerdo con la causa y sobre todo prevenirlo.

Las ballenas también sufren el cambio climático, ya que afecta a la distribución de las especies marinas. Los ejemplares que se dirigen hacia zonas de alimentación históricas pueden encontrarse con que sus presas ya no están allí y deben buscar nuevas áreas para alimentarse. El hábitat de las ballenas es el mismo que el de las rutas de tráfico marítimo

De acuerdo con Aguilar, los cetáceos también se ven amenazados por el incremento del tráfico marítimo mundial, tanto en frecuencia como en velocidad, que genera cada vez más colisiones. El hábitat de las ballenas coincide en el 92 % con la rutas de ese tráfico, pero menos de un 7 % de las zonas de alto riesgo de colisión cuenta con medidas estratégicas para proteger a estos animales, según certifica un estudio publicado en la revista Science.

Además, el ruido de las embarcaciones «aumenta la contaminación acústica» y «puede causar estrés» por «enmascarar las señales de comunicación o alimentación» de ballenas y delfines, unas funciones biológicas vitales para ellos.

Estos cetáceos pasan tan solo el 20 % de su tiempo en la superficie y la mayoría de ese tiempo no se les ve, por lo que una posible solución sería tener observadores profesionales a bordo de los barcos que informen en tiempo real de su posición, según el presidente del centro de Conservación, información y estudio sobre cetáceos, Renaud de Stephanis.

El remedio más eficaz para reducir este problema sería reducir la velocidad y modificar las rutas, sobre todo de los ferris rápidos. Solo la sostenibilidad de nuestras actividades evitará que nos quedemos sin la riqueza de la fauna marina, se insta a que todos los actores implicados (científicos, políticos, proveedores de servicios, ciudadanía) asuman su responsabilidad sobre un patrimonio de la naturaleza colectivo.


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