lunes, 23 de septiembre de 2024

Lo que dejamos atrás: basura electrónica

Cada día aumenta el volumen de desechos electrónicos los que afectan la salud humana y el medio ambiente...

Linet Perera Negrín en Exclusivo 11/06/2015
5 comentarios

Para el año 2017 los desechos electrónicos en los países de África Occidental, Asia y algunas naciones latinoamericanas alcanzarán un peso equivalente a ocho pirámides de Egipto, según el informe presentado por el programa Step Initiative de la ONU.

Millones de móviles, cámaras digitales, ordenadores, tabletas, frigoríficos, juguetes, cepillos de dientes y otros artefactos electrónicos cuya vida útil ha terminado o simplemente se renuevan   acaban cada año en la basura común.

A esto se le suma que el fabricante o la empresa durante la fase de diseño de dicho producto establecen un período de tiempo tras el cual este se convierte en obsoleto, no funcional, inútil o inservible. Finalmente, todos estos objetos producidos por el hombre para su propio bienestar terminan convirtiéndose en basura electrónica y, por tanto, un enorme peligro para la salud y el medio ambiente.

El problema va más allá: si en el año 2000 se produjeron alrededor de 10 millones de toneladas de desechos electrónicos, ahora son unos 50 millones.

Otras cifras señalan que cada habitante del planeta genera hoy una media de siete kilos de basura tecnológica, mientras los cálculos prevén que en los próximos tres años esos residuos aumenten en un tercio, revela Naciones Unidas.

La basura per cápita producida varía según la riqueza y conciencia ambiental de cada país, y va desde los casi 30 de un estadounidense, los 23 de un alemán, los 18 de un español, los 9 de un mexicano, los 7 de un brasileño hasta los 620 gramos de un maliense.

Esta no es una situación que afecte a unos pocos, sino que se produce a nivel mundial. Según el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (por sus siglas en inglés UNEP), la cantidad de desechos electrónicos en la India se va a quintuplicar hasta 2020 en comparación de los datos de 2007, mientras que en África de Sur y China se va a cuadruplicar.

De igual modo, más datos reflejan que en 2016 los países en desarrollo producirán más basura electrónica que los industrializados.

A las naciones en vías de desarrollo se asocia también la ilegal transportación o venta de este tipo de artefactos. Interpol indicó que casi uno de cada tres contenedores de desechos procedentes de la Unión Europea (UE) transporta residuos electrónicos ilegales.

Mientras, la Agencia Europea de Medio Ambiente estima que entre 250 000 toneladas y 1,3 millones de toneladas de productos eléctricos usados se envían de la UE al extranjero cada año, sobre todo con destino al oeste de África y a Asia.

Aunque es legal exportar productos desechados a estos países para que sean reutilizados o reciclados allí, muchos de ellos se están enviando a estos continentes de manera fraudulenta.

El diario británico The Guardian asegura que gran parte de estos residuos se clasifican falsamente como “bienes usados”, aunque en realidad no son funcionales. A lo que se suma, que se desvían hacia el mercado negro para evitar los costos asociados con el reciclaje legítimo.

El reciclaje ilegal de chatarra electrónica es una amenaza para los seres humanos y el medio ambiente.

Agbogbloshie, un barrio de Accra, en Ghana es uno de esos múltiples casos donde son evidentes las consecuencias del consumo global de aparatos electrónicos.

Por ejemplo, la mayoría de los jóvenes usan gomas de neumáticos o placas de materiales espumosos como combustible para las fogatas en las que funden cobre y otros metales.

Aunque viven 40 000 personas, las autoridades medioambientales de Ghana calculan que el fenómeno afecta a unas 250 000 pobladores en total.

A causa de las emisiones tóxicas que surgen de las fundiciones rudimentarias, Agbobloshie fue incluida en la lista de los diez sitios más contaminados del mundo de acuerdo con el Instituto Blacksmith, una ONG estadounidense. 

Según un estudio del UNEP, el mismo panorama se repite en otras ciudades de África y Asia. “Nos enfrentamos a un tsunami de chatarra eléctrica sin precedente”, aseguró Achim Steiner, director del Instituto Blacksmith.

Los países más afectados de África son Ghana, Nigeria, Costa de Marfil y la República Democrática del Congo. En el caso de Asia, son: China, India, Pakistán y Bangladés.

Las consecuencias de nuestra basura

Mientras los aparatos están en funcionamiento no presentan ningún tipo de riesgo, salvo el dióxido de carbono que puedan producir; pero al ser desechados en basurales comunes, estos artefactos reaccionan con el agua y la materia orgánica liberando tóxicos al suelo y a las fuentes de aguas subterráneas.

Además, los dispositivos a menudo se desmantelan en condiciones primitivas y las personas al trabajar en estos sitios sufren distintas enfermedades.

Los profesionales de la salud detallan los problemas que suponen para el organismo materiales como el arsénico (que es letal), selenio (sarpullido e inflamación de la piel), cadmio (diarrea, dolor de estómago y vómito severo, fractura de huesos, daños al sistema nervioso, e incluso puede provocar cáncer), el cromo (erupciones cutáneas, malestar de estómago, úlcera, daños en riñones e hígado) o el plomo (perturbaciones en la biosíntesis de la hemoglobina y anemia, incremento de la presión sanguínea, daño a los riñones, abortos, perturbaciones del sistema nervioso).

Uno de los dispositivos que más preocupa a ambientalistas son los teléfonos celulares, los cuales contienen en sus baterías componentes altamente tóxicos como: el litio o el cadmio.

¿Y las soluciones?

A pesar de todas las advertencias, una mínima parte de toda la basura se recicla de forma adecuada. Aunque existen algunas alternativas los datos muestran que es insuficiente, pues aún faltan proyectos, programas o leyes que junto a la concientización ciudadana sean efectivos a la hora de enfrentar toda la basura electrónica que producimos. 

En la India en 2011 se aprobó una Ley de Basura Electrónica, que responsabiliza a las empresas de hacerse cargo de todo el ciclo de vida de los productos electrónicos, desde el diseño hasta su reciclaje una vez que deja de funcionar.

Otra alternativa fue pensar y favorecer dispositivos reutilizables. Google y Motorola presentaron el “Proyecto Ara”, un smartphone modular en el que se pueden reemplazar piezas. Así es posible actualizar la batería o el procesador del equipo sin tener que desechar todo el dispositivo.

En algunos países industriales como Alemania existen iniciativas para evitar que algunos aparatos terminen en la basura. La organización ecologista alemana Deutsche Umwelthilfe dio vida a un proyecto de reciclaje y, en cooperación con la empresa de telecomunicación T-Mobile, recolecta celulares usados.

Al parecer, la clave es la reutilización: permite  reducir la explotación de recursos y a la vez disminuir las montañas de chatarra.

En este contexto, Step Initiative, el programa de la ONU tiene como objetivo promover la reutilización y aumentar el ciclo vital de los productos electrónicos.

Ruediger Kuehr, secretario ejecutivo del programa, reconoce que aunque este es un problema medioambiental subestimado, ha comenzado a figurar en la agenda política internacional.

"Los consumidores (en los países industrializados) no son del todo conscientes del desafío que supone la basura electrónica", ya que consideran que es un problema lejano, que afecta a quienes desmantelan los equipos de forma rudimentaria en África o Asia, explicó Ruediger Kuehr.

El secretario ejecutivo de Step Initiative dijo que para el año 2017 la cantidad de viejos televisores, computadoras, teléfonos, monitores,  juguetes y otros productos será suficiente para llenar una línea de 15 000 kilómetros de camiones de basura de 40 toneladas cada uno.

Además de las cuestiones elementales de salud y medio ambiente, existe otra parte en la historia: los electrodomésticos son verdaderos tesoros en cuanto a materiales escasos. Por ejemplo, para extraer un barril de cobre de una mina, hay que trabajar aproximadamente 1000 barriles de rocas. La misma cantidad de cobre se encuentra en 14 barriles de chatarra electrónica.


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Linet Perera Negrín

Se han publicado 5 comentarios


kMINSE
 21/6/15 10:52

NO LO SE

 

Tide
 15/6/15 17:49

 

Estimada Linet, imagino que no has involucrado a nuestro país no por no meternos miedo con la acumulación de chatarra electrónica que nos invade, sino porque probablemente nuestras estadísticas brillan por su ausencia. Hay un organismo del estado que en sus funciones está el atender todo lo concerniente al medio en que vivimos, pero tal vez, nosotros, los de a pie y los que circulan en carros, no hemos creado conciencia del peligro que encierra el desechar inadecuadamente, y no hay otra forma ni en nuestro país ni en otros lugares de nuestro maltratado planeta.

Los cubanos tenemos la “manía” de aprovecharlo todo, lo que encontramos al paso o lo propio, de no botar algo sin antes estar completamente seguros de que no tiene arreglo, pero se encuentra mucho material reciclable o peor, dañino para el ambiente, en los contenedores, fuera de ellos, y en los vertederos clandestino que tenemos cerca de casa.

Aquí en casa “guardo” varios equipos eléctricos y electrónicos, dañados, en desuso, discontinuados, o pasados de moda, a los que no me atrevo a deshacerme de ellos si no es forma apropiada: 1 grabadora de audio; 2 grabadoras de casetes (VCR) (Zenith y Samsung) y alrededor de 50 casetes VHS; 3 cámaras de video de varios formatos y 4 casetes para una de ellas; 1 cámara fotográfica CANNON para la que ya no se consigue películas; 1 walkman SPECTRA AM/FM Stereo casete player; par de otoamplífenos; 1celular SAMSUNG;1 moledora de papel; 3 Modem (Verizon modelo 6100, DigitalStream, digital DTV, WESTELL modelo 327W); 5 controles remotos varios; 1 lámpara de baterías de luz neón de 12”.

Y este cuento se repite casi en cada hogar cubano o extranjero. ¡SOLAVAYA!

Nor1
 15/6/15 16:33

por suerte nosotros no tenemos ese problema. jejejeje. aqui no se bota nada! bueno, ya, en serio, nosotros podemos solucionar nuestro problema pero hacen falta condiciones objetivas; trabajo con la gente, aprarejado a lugares donde destinar los desechos de este tipo. no quedarnos en el bla bla bla de que si, que somos los mejores, que no permitiremos eso y al final muela y mentiras. acciones concretas o vamos por el mismo camino que el resto del mundo. muchas gracias.

Jorge el curioso
 12/6/15 8:50

saludos a todos y a todas......no veo la solucion para este problema ,por ahora creciente, en este siglo.....los homo sapiens de algun futuro quizas la encuentren .......quizas, quizas,quizas.....

Al2
 11/6/15 14:53

Excelente artículo. La periodista ha tocado un tema muy importante y poco difundido.

Desde mi punto de vista, el reciclaje es la solución parcial. Los desechos continuaran aumentando mientras los grandes fabricantes de productos electrónicos sigan programando la vida útil de sus artículos y se fomente el cambio de los bienes porque pasaron de moda, no porque sean inservibles. Además, si los países más desarrollados prosiguen enviando la chatarra a las naciones con menos tecnología y capacidad para reciclar los productos electrodomésticos desechados, entonces solo se estará propiciando la contaminación y  la destrucción de las comunidades humanas y los ecosistemas, eso sí, fuera de de las fronteras nacionales de los consumidores primarios de los productos.  Por tanto, este delicado tema, solo encontrará solución con un cambio radical de la mentalidad consumista e irracional que impera actualmente en el mundo, algo casi imposible.

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