Cerrando el año con cine a lo grande

Actualmente, resulta más sencillo y a su vez económico, visualizar un filme en las pantallas de las computadoras y televisores hogareños. Desde el 1ro de diciembre, el festival, mínimamente en comparación con otros años, transformó esa realidad. Quizás ya no se presenció la masividad que normalmente abunda en los estrenos de películas cubanas, no se escucharon los aplausos y ovaciones que llenan las salas, no asistió tanto público extranjero; pero eso sí, en las calles de alguna forma se sintió la vibra de que ya había comenzado el festival de cine.

Este año hubo una gran cifra de inscripciones, con una decena de obras en concurso y 15 largometrajes de ficción optando por el Premio Coral, incluyendo la participación de una “oleada” de jóvenes realizadores con mirada inquieta y cuestionadora. Temáticas ya tratadas en festivales anteriores llegaron esta vez con una visión más crítica pero en ocasiones algo generalizada y por momentos pasiva, como sucedió con algunas obras que compitieron en la categoría de largo de ficción y opera prima.

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Los filmes más premiados fueron Argentina, 1985 que se llevó a casa el Premio Coral de Actuación Masculina (Ricardo Darín), el de Dirección Artística, Guion y el Premio SIGNIS; y El gran movimiento (Bolivia), que obtuvo el Gran Premio Coral de Largometraje de Ficción y también los de Dirección, Edición y Sonido.

Otro premios otorgados fueron Premio Coral de Actuación Femenina, Ficción: Julia Chávez, por El otro Tom (México); Premio Coral de Música Original, Ficción: Muleka 100 Calcinha, por Mato seco em chamas (Brasil, Portugal); Premio Coral de Ópera Prima: Amparo, de Simón Mesa Soto (Colombia, Suecia, Alemania, Catar); Premio Coral de Cortometraje, Ficción: Chão de fábrica (Una historia de obreras), de Nina Kopko (Brasil); Premio Coral Especial Del Jurado de Largometraje de Ficción: Regra 34, de Julia Murat (Brasil, Francia); Premio Coral de Largometraje, Documental: Eami, de Paz Encina (Paraguay, Argentina); Premio Coral de Largometraje de Animación: Bob escupe – No nos gusta la gente, de Cesar Cabral (Brasil); Premio Coral de Cortometraje de Animación: Bestia, de Hugo Covarrubias (Chile) y el Premio Coral de Fotografía, Ficción: Joana Pimienta, por Mato seco em chamas (Brasil, Portugal).

De igual forma, la novedad del Festival en este 2022, el Premio Arrecife a la diversidad al filme que mejor reflejó la temática sobre la comunidad de lesbianas, gays, bisexuales, transexuales, intersexuales y queer (LGBTIQ+), fue entregado por vez primera a Un varón, de Fabián Hernández (Colombia, Francia, Holanda, Alemania), que cuenta la historia de Carlos, un joven que vive en un internado en el centro de Bogotá y anhela pasar la Navidad con su familia. Las circunstancias a su alrededor le obligan a asumir el estereotipo de macho, en abierta contradicción con su ser. En la intimidad reconoce su sensibilidad, su fragilidad y se acerca a otras formas de masculinidad.

La no promoción adecuada a través de los medios de comunicación televisivos y la no divulgación de la cartelera en espacios fuera de los noticieros y revistas informativas, fue uno de los factores por los cuales parte del público habitual no asistió a las salas de cine. Tal fue el caso de las películas animadas, que este año el apartado contó con propuestas de muy buena factura y lamentablemente a las salas no llegaron ni 20 pequeños acompañados de sus padres.

En esta ocasión, el festival de cine intentó organizar de alguna forma las 185 propuestas cinematográficas en cartelera. Aun así, se sintió la ausencia de cines como La Rampa, el Riviera y el Multicine Infanta, además del horario de proyección de las diez de la noche, necesario para muchos jóvenes que a causa de la reorganización académica de este curso escolar, terminan en sus escuelas a altas horas de la tarde sin tiempo para disfrutar del festival.

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Los encuentros con los realizadores, productores y protagonistas de las obras presentadas, además del programa teórico del sector industria, fueron otros de los espacios necesarios. Se debatieron temas como la distribución de las películas en los tiempos actuales, sus beneficios y retos, impartida por la profesora de la Universidad de Montreal, Zaira Zarza y la industria cinematográfica de la Inteligencia Artificial (IA), bajo la representación del Sindicato de Actores de Cine-Federación Estadounidense de Artistas de Radio y Televisión (SAG-AFTRA por su sigla en inglés).

En esta última, se compartieron beneficios de las IAs, máquinas o softwares programados para imitar el pensamiento humano, y de los conflictos que puede provocar su uso cuando no se hace cuidadosamente. Dentro de los avances descritos se encuentran los programas capaces de escribir guiones casi desde cero, predecir el éxito de un filme, seleccionar actores, escoger locaciones, editar videos e incluso componer música.