Varias exposiciones han sido inauguradas en Holguín en las semanas recientes, como parte de una programación veraniega donde las artes visuales han tenido un rol importante. Entre ellas encontramos Crónica del Espacio y el Tiempo II del abstracto Juan Carlos Anzardo, en la Sala pequeña del Centro Provincial de Arte; Cámara de maravillas y 80 lauros, en la Sala principal y la Electa Arenal de esta institución, dedicadas, respectivamente, al coleccionismo institucional y al artista y profesor Lauro Hechavarría. Además, en el galérico El Zaguán del Fondo Cubano de Bienes Culturales (FCBC) se exhibe la muestra personal Mundos paralelos de Rodolfo A. Marrero Tamayo. En las dos primeras de estas exposiciones holguineras nos detendremos esta vez.
NUEVAS CRÓNICAS DEL ESPACIO Y EL TIEMPO
Juan Carlos Anzardo expone nuevamente en Holguín. Podríamos decir que es uno de los artistas más activos de la ciudad, con varias muestras personales y colectivas. En junio de 2021 inauguró en el espacio galérico Blanca Rosa Chacón, del Centro Provincial de Casas de Cultura de Holguín, la muestra bipersonal Crónica del Espacio y el Tiempo, junto a su esposa Nalia Martínez Grau, como homenaje a los 60 años de la Uneac. Ahora regresa a esas búsquedas, con Nalia como artista invitada, con Crónica del Espacio y el Tiempo II, que se exhibe en la Sala pequeña del Centro Provincial de Arte.
“…constante ir y venir por los múltiples caminos de la experimentación abstracta”.
En esta muestra Anzardo realiza un recorrido por diferentes períodos de su trabajo, con una selección de piezas según las diferentes líneas de creación; pero no pensemos que esto dispersa sus exploraciones: Anzardo es un defensor a ultranza de la abstracción y el arte matérico, y su obra se basa, precisamente, en este diálogo entre el yo y el universo, entre la materia, sus formas y su expansión (en lo que influye su formación como físico).
Bertha Beltrán, la curadora de la muestra, reafirma que “su obra no puede ser vista de otra forma que en constante ir y venir por los múltiples caminos de la experimentación abstracta”. “No existen fronteras en su búsqueda sobre nuevas maneras de hacer. Logrando consolidar un estilo donde materia y espíritu evocan sensaciones que definen el tránsito de la existencia. En cada obra hay indicios del camino: texturas, líneas, manchas y formas son referentes de lo visible-invisible del universo mismo”, añade Beltrán.
Encontramos aquí piezas en las que defiende la utilización de múltiples materiales, que van desde fragmentos de metales oxidados, telas, madera y pedazos de publicaciones, entre otros. Con influencia del movimiento informalista (que abarca las tendencias abstractas y gestuales desarrolladas en Europa después de la Segunda Guerra Mundial y en paralelo al expresionismo abstracto estadounidense), su obra nos adentra en las expresiones puras que conlleva la experimentación abstracta, el tachismo y la pintura matérica, dotando a las piezas de una fuerte carga expresiva y creando formas indefinidas, pero portadoras de una carga evocadora. En otras la figura geométrica (el círculo) establece equilibrios. Entre las características del expresionismo abstracto en la obra de Anzardo encontramos la eliminación de la figuración; la preferencia por los grandes formatos, donde trabajaba normalmente el ensamblaje y las técnicas mixtas; y el hecho de concebir la superficie de la pintura como all over (cobertura de la superficie) para significar un campo abierto sin límites en la extensión del cuadro: el espacio pictórico se trata con frontalidad y no hay jerarquía entre las distintas partes de la tela.
“El arte es lenguaje universal y Crónica del Espacio y el Tiempo II apuesta por una visualidad que, al ser examinada y asumida, detenidamente, cautiva el ánimo de quien la presencia”, añade Bertha Beltrán en las palabras de una muestra, con dirección general de Yuricel Moreno, que nos permiten un acercamiento general a la amplia obra de Anzardo.
SE ABRE UNA CÁMARA DE MARAVILLAS
El Centro Provincial de Arte de Holguín, junto a la Uneac, el Fondo Cubano de Bienes Culturales, la Dirección Provincial de Cultura y la Casa de Iberoamérica, sobre todo, fomentan el coleccionismo institucional como una eficaz alternativa para proteger, promover y exhibir parte importante de la producción artística de la provincia, y atesorar obras, que reconocidos creadores del país y otras partes del mundo han legado a Holguín.
Entre las acciones más importantes, en este sentido, se encuentran las exposiciones organizadas por el Centro y el Fondo; la adquisición de nuevas piezas; las relaciones de intercambio y venta con otras instituciones, y su incorporación como parte de la ambientación de obras públicas. En octubre de 2020, como parte de las actividades de la Jornada de la Cultura Cubana, el Centro de Arte expuso Colecciones, muestra integrada por catorce artistas del territorio, cuyas piezas son parte de su resguardo institucional. La exposición constituyó —subrayó el investigador y curador Martín Garrido— “una de estas necesarias prácticas para la promoción artística, en tanto memoria cultural de la nación”, estimulando la labor de los creadores, entre ellos artistas como Cosme Proenza, Jorge Hidalgo, Lauro Hechavarría, Ronald Guillén, María del Pilar Reyes, Yosvani Caisé Almaguer, José Emilio Leyva, Víctor Manuel Velázquez, Néstor Arenas, Jorge Luis Cudina, Freddy García, Roy González Escobar, Alexander Lobaina y Magalis Reyes.
“Treinta obras planimétricas y tridimensionales llenas de fuerza y color” que permiten el “diálogo entre las diferentes generaciones de artistas” —comenta su curadora Roxana La O Sánchez
Varios de ellos —como Hidalgo, Ronald, Víctor Manuel, Magali, Freddy y Lobaina— vuelven a exponer sus piezas en Cámara de maravillas, muestra abierta, actualmente, al público en la sala principal del Centro de Arte y que “pone a la vista y percepción del espectador una parte” de esta colección, aproximadamente unas “treinta obras planimétricas y tridimensionales llenas de fuerza y color”. Esto permite —comenta su curadora Roxana La O Sánchez— el “diálogo entre las diferentes generaciones de artistas”.
Al recorrer Cámara de maravillas, encontramos piezas de merecedores del Premio Nacional de Artes Plásticas, como Pedro de Oraá, Rafael Zarza, Alberto Lescay y Flora Fong. Estas fueron donadas por los creadores en diferentes momentos, casi siempre luego de ser invitados a exponer en la institución o participar en certámenes (como el grabado de Pedro de Oraá, obsequiado cuando este estuvo invitado al Evento Nacional de Arte Abstracto Imán 3, que se realizó en la Uneac de Holguín, en noviembre de 2018).
Además, nos permite disfrutar de obras del naif mayaricero Julio Breff, del acuarelista y fotógrafo gibareño Luis Catalá Maldonado y del fallecido escultor y pintor Argelio Cobiellas Cadenas, que coexisten en esta exposición con dirección general de Yuricel Zaldívar.
La muestra incluye, asimismo, autores de generaciones más cercanas en el tiempo, como: Annaliet Escalona, Feniel Garrido, Ernesto Luis Bruzón, Fernando Badía, Iván Luis Maceo, Michel Pérez (el Pollo), A. Girón, Alfonso Tamayo, Carlos Alberto Batista, Argelio Cobiellas Rodríguez, Reynier Naranjo Batista y Fidel Zarzabal. Y piezas de artistas foráneos, como el venezolano Bruno García y la española María T. Dura.
En exhibición —comenta La O Sánchez— “se encuentran obras que van desde el abstraccionismo hasta la figuración, pinturas, esculturas e instalaciones, con variedad de temáticas, lenguajes y técnicas; sin embargo, lo que las une es la sensación de que son parte de una colección. Al igual que un gabinete moderno, el espacio galérico aúna piezas artísticas sin distinción alguna, todas ellas reunidas con un propósito específico: crear una experiencia única para el espectador, como si de un viaje en el tiempo se tratase”.
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