lunes, 29 de abril de 2024

En el arte de vivir: ser periodista, madre y escritora

Todas las bestias de la tierra es una composición narrativa compuesta por catorce relatos de Yeilén Delgado Calvo.Obra merecedora del premio Portus Patris y  novedad literaria de la recién finalizada Feria Internacional del Libro de La Habana...

Carol Cuellar Díaz en Exclusivo 26/02/2024
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Libro Todas las bestias de la tierra, de la escritora y periodista, Yeilén Delgado
“Todas las bestias de la tierra" es un conjunto de relatos que escribí a lo largo de varios años y que luego reuní en virtud de un hilo conductor”, expresó la escritora del libro, Yeilén Delgado. (Carol Cuellar Díaz / Cubahora)

¿Solo un libro que explora los miedos? Sería insuficiente. ¿Un libro que se enfoca en la soledad y las mezquindades de nuestra sociedad actual? También es insuficiente. ¿Un libro sobre la maternidad? Una vez más, insuficiente. Todas las bestias de la tierra va más allá; es una narración sobre la esencia humana que tiene como hilo conductor esas bestias internas que, de una forma inevitable, todos portamos en nuestro ser.

Es una composición narrativa compuesta por catorce relatos de la periodista, escritora, poeta y madre Yeilén Delgado Calvo. Obra merecedora del premio Portus Patris y que estuvo como novedad literaria, en la ayer finalizada, trigésima edición de la Feria Internacional del Libro de la Habana.

Yeilén , es la mujer que al googlear en redes sociales aparece como la madre de Amalia y Abel, la periodista con fe en la poesía y la frase impregnada en su muro: "El mundo existe para llegar a un libro"·

- En consonancia con esa descripción ha sido imposible no preguntarle, ¿si se imaginaría un mundo sin lecturas?

- ‘’Yo no me imagino un mundo sin libros. Tampoco sin la capacidad de leer. La lectura para mí desde muy pequeña ha sido un modo de entender el mundo y también de comunicarme con él’’’.

Comenta que existen libros y relatos que se adaptan a cada individuo. Que es fascinante descubrirse a través de la lectura, ya que ciertas obras brindan enseñanzas y emociones particulares en el momento de la lectura, y con el transcurso de los años, se pueden descubrir nuevas capas de significado en esas mismas historias.

‘’A veces, un libro no causa impacto en un momento específico de la vida, pero al retomarlo en otro periodo, revela aspectos inesperados’’.

Está convencida de que hay libros e historias para todo momento. Recuerda cuando siendo muy joven leyó El bolso amarillo; una historia que por alguna razón perdió y recuperó años más tardes.

‘’Al releerlo, pude apreciar cómo había influenciado en mi feminismo, mi visión de la vida y mi comprensión del mundo desde mi niñez. Esta experiencia se repite a lo largo de mi vida adulta, donde ciertos textos continúan siendo reveladores y enriquecedores’’.

No se imagina un mundo sin lecturas, ¿pero sin escribir? ¿Es capaz de vivir sin escribir?

Yeilén comenta que escribir ha sido una consecuencia directa de la lectura. Desde que era muy joven, sintió la necesidad de plasmar sus pensamientos, lo que la llevó a escribir de forma regular a lo largo de su infancia, adolescencia y vida universitaria.

Con el tiempo, se adentró en el mundo de la escritura, compartiendo sus poemas y explorando la narrativa. Completó exitosamente el curso de técnicas narrativas en el Centro Onelio y su primer curso de poesía. Estas experiencias han fortalecido la trayectoria de una escritora talentosa que parece estar siempre en movimiento, sin conocer el significado de la palabra 'quietud'."

Al decidir estudiar periodismo, encontró todas sus pasiones juntas: la lectura, la escritura y el deseo de conocer/comprender todo lo que la rodea.

“La describo como un acto de exorcismo que me ha ayudado a sobrellevar momentos difíciles y a encontrar claridad en medio de la confusión. Es un método infalible para canalizar mis emociones. También, una manera de pagar la deuda de gratitud con la vida, con la belleza, con las oportunidades, con nuestra historia, raíces, familia…”

“Todos los días escribo algo. No siempre literatura. Muchas veces del propio oficio periodístico. Pero sí, lo siento como una profunda necesidad de experimentar la vida y de entenderme a mí misma”.

Sobre su libro Todas las bestias de la tierra donde los temas van desde la soledad, el miedo… etc. ¿En qué momento de su vida se encontraba?

Todas las bestias de la tierra es un conjunto de relatos que no fueron escritos como una unidad. Son relatos que escribí a lo largo de varios años y que luego reuní en virtud de un hilo conductor”.

Algunos de los relatos más significativos cuenta que los escribió durante el proceso de gestación de su segundo hijo. Confiesa que fue un período que vivió de forma solitaria lejos de su familia debido a la pandemia. “Fue una experiencia de doble soledad. Porque la maternidad de por sí, ya es solitaria, pero la pandemia lo hizo más solitaria todavía. Un proceso de mucho miedo a la muerte, a la enfermedad y una etapa de profundas incertidumbres”.

Todas las bestias de la tierra tiene también esa parte luminosa. La autora cuenta que al ganar el premio Portus Patris sintió gran alivio porque había encontrado una forma de liberarse.

¿Se reflejan sus emociones y experiencias personales en sus obras literaria?

Reconoce que sus vivencias influyen en lo que escribe, aunque las historias no se centren en ella o en su entorno cercano. A menudo, se reflejan gestos, características y preocupaciones de las personas que la rodean, así como ideas que surgen de su propia vida. Escribir se convierte en una forma de desnudarse, mostrando aspectos íntimos y emocionales, lo cual es más evidente en su poesía, donde suele ser más autoreferencial y expresar reclamos feministas, de libertad personal y maternales.

¿Qué es lo que tiene de especial esa narrativa? ¿Qué pretende usted dejarles a sus lectores con sus textos?

"No me preocupo por lo que la gente pueda encontrar en mis textos. Quiero que la lectura sea agradable pero también desafiante, que conecte emocionalmente y estimule el pensamiento del lector, incrustándose en su imaginación de forma memorable. Busco crear una experiencia estética y emocionalmente profunda que sea significativa en la vida de los demás."

Eres mamá de dos niños y desde luego bastante activa en los temas de maternidad. ¿Cómo gestionas el periodismo, la maternidad y la escritura?

Para Yeilén, es difícil describir cómo se gestiona. Ser madre aumentó su conciencia sobre lo fugaz que es el tiempo y la importancia de la organización. Su enfoque es no estar quieta nunca. Conocer y aprender todo el tiempo. Hacer todo con amor,con disfrute y con pasión contra la carrera constante que es la vida en sí misma.

“Yo no soy una escritora, una periodista, una madre, una mujer ni una hija por separado. Yo soy Yeilén: una mujer que que cría, que ama y que escribe…

A veces cuando escribo; escribo de mis hijos y cuando estoy con mis hijos les hablo de lo que escribo. Las lecturas que le hago a ellos son lecturas que yo también quiero hacer y así voy logrando que todo se engrane. No desde la perfección porque es una expectativa irreal en la maternidad, sino desde el equilibrio y sobre todo siendo feliz, que me parece que es la principal conquista que uno puede tener en la vida”.

"Mi enfoque es fluir. Aunque mis amigas se diviertan cuando lo digo , para mí fluir no significa que no me importen las cosas, sino que reconozco y priorizo lo que verdaderamente merece mi atención, dejando atrás lo que no lo hace. Este enfoque ha demostrado ser efectivo para mí y es lo fundamental que deseo transmitir a mis hijos como filosofía de vida. Yo creo que gestiono todas estas experiencias viviendo y persiguiendo la felicidad.Simplemente como puedo”.

¿Qué la motivó a centrarse en las temáticas de la maternidad, el miedo y las soledades a lo largo de los catorce relatos que componen el libro? ¿Consideras que estas son temáticas de la cotidianidad cubana que todos los lectores pueden relacionar con sus propias experiencias?

“La temática de la maternidad no fue algo que busqué o que me propuse, sino algo que surgió naturalmente a partir de la experiencia de ser madre. Lo primero que escribí después del nacimiento de mi hija fue un poema en el que hablaba de esa sensación de no reconocerme, de sentir que no era la misma de antes. Una sensación que incluso conversaba con  mis allegados y que la gente no entendía. Me di cuenta que había   muchas incomprensiones y mandatos sociales acerca de la maternidad”.

La madre de Amalia y Abel, Yeilén, descubrió que con sus vivencias encontraba resonancia en muchas otras mujeres y hombres que también cuestionan los estereotipos asociados al rol de ser padres, quienes reconocen que traer una vida al mundo implica una compleja mezcla de luces y sombras, y que el proceso sería mucho más sencillo si se juzgara menos y se comprendiera como lo que verdaderamente es: un acto de entrega como ser humano dispuesto a velar por el bienestar de otro. Reflejarlo todo en la literatura, para ella, es una consecuencia directa de vivirlo.


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Carol Cuellar Díaz

Estudiante de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana.


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