domingo, 28 de abril de 2024

Daniel Chavarría: Erudito en singularidades del narrar

El riesgo que proporciona un placer sin precedentes, entrevistar a Daniel Chavarría, es provocar la furia de sus Erinias, pero también descubrir indicios de ese universo tan suyo que magnetiza y encubre trasfondos inimaginados...

Ada María Oramas Ezquerro en Exclusivo 14/02/2013
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Daniel Chavarría
“Me siento muy feliz de esta coincidencia en la Feria con Martí, con Angola y con Pedro Pablo"

Daniel Chavarría es un hombre peligroso para entrevistarlo, porque no admite preguntas convencionales ni gusta de confesar intimidades de su estrategia narrativa, pero el magnetismo que posee impele a hurgar en las honduras de su pensamiento, por la atracción que sobre mí ejerce su estatura de escritor, lo cual ocurre en los miles de seguidores que convierten en acontecimiento las presentaciones de sus títulos en las ediciones de la Feria Internacional del Libro en Cuba.

Basta haber leído sus creaciones en una vertiente del género policial, denominada novela negra, para percatarse de que se trata de un narrador con claves y recursos inéditos que le otorgan un nuevo sentido, perspectivas y lenguaje al género; quien ha cruzado el umbral de dos siglos sin mellar el filo de su agudeza.

Profesor de griego, conocedor desde literaturas seculares hasta la contemporaneidad, que frisa con el mañana, es uno de los autores con el signo de la eternidad en vida, porque su obra —acreedora de premios nacionales e internacionales— provoca el ansia irrefrenable de la lectura, lo cual le ha hecho acreedor del Premio Nacional de Literatura 2011 y la decisión de dedicarle la 22 Feria Internacional del Libro Cuba 2013, junto a Pedro Pablo Rodríguez, ensayista excepcional.

CAPAZ DE MATAR A PUNTA DE PALABRA

—Usted fue coautor del guión de la película Plaff, pero no ha incursionado más en el cine, ¿por qué?

Porque un guión exige diálogos telegráficos que me hacen sentir amarrado. La descripción la hacen las cámaras y no uno. Yo soy un individuo retórico, un poco ampuloso y verborreico y necesito mucho espacio. El cine me gusta verlo, pero no me siento cómodo escribiendo para este medio. Tuve la suerte de escribir Plaff para Juan Carlos Tabío, un director extraordinario. Salió una película muy buena, pero pudo salir muy mala también. Uno en el cine no sabe realmente qué está haciendo, cuando se trata de llevar lo escrito a la pantalla, hasta que no presencias escenas o todo el largometraje no entiendes nada.

“Cuando escribo literatura sé lo que estoy haciendo. Sé si es bueno, regular o malo”.

—Sin embargo, Plaff conserva actualidad y eso le otorga un mérito especial a este filme, ¿qué podría decir al respecto?

Porque toca dos temas muy vigentes aquí: la santería y la burocracia. Tiene vigencia ahora y quizá por algunos años.

—¿Cuál es su criterio sobre el estado de salud actual de la novela policíaca?

Tengo mis criterios y mis prejuicios, aunque escribo obras de este género. De un modo un poco arbitrario puedo decirte que la literatura policíaca que se escribe en el mundo es pura basura. Lo cual no quita que exista un cuatro o cinco por ciento de literatura policíaca que es absolutamente genial. Arbitrariamente también, expreso que casi toda esa literatura se escribe en Estados Unidos. Solo pueden reunirse cuarenta o cincuenta títulos que valgan la pena. Uno no tiene tiempo de leerlos todos, pero insisto, una minoría de ellos son absolutamente geniales. Por el poco tiempo de que dispongo, cuando compro policíacos elijo lo que estoy seguro sea excelente.

—Además de uruguayo, usted se siente cubano, ¿qué piensa de Cuba?

A veces he sustentado opiniones críticas, pero no lo hago de mala leche, como hacen otros, lo hago para lamentarme de que muchos de los objetivos de la Revolución de los humildes, con los humildes y para los humildes, algunos no los entiendan; y cambien, se vuelvan enemigos y le hagan juego al imperialismo. Y esas ideas las he defendido en mis novelas, cuando toco temas difíciles. No para dar un teque, porque la literatura muere con el teque, o sea, con el panfleto en crudo, sino para tratar de que al lector llegue el concepto de que la Revolución es víctima de su propia generosidad.

—Usted se sumó con especial emotividad a la campaña a favor de la liberación de los Cinco Héroes, ¿podría hablar de sus motivos?

No es posible vivir en este país, ser una persona decente y no sumarse a esa campaña. Yo creo en el poder de la palabra, y pienso que parte de la campaña realizada por José Martí para la liberación de Cuba tuvo mucho que ver con lo que él escribió. Ahí estaba la esencia, el poder de su palabra. Admiro profundamente a Martí y me siento muy honrado de que nos dediquen la Feria a Pedro Pablo y a mí, en el año del aniversario 160 del natalicio del Apóstol de Cuba.

—¿Cuál es su objetivo como autor?

Lograr que la gente me quiera, haciendo lo único que sé hacer: escribir. Por eso me empeño y trato de hacerlo lo mejor posible, para mostrar, de ese modo, mi reconocimiento a tanto afecto y admiración que recibo aquí.

—Tengo entendido que es usted el autor más robado de las bibliotecas públicas, ¿qué opina de este asunto?

Todo el problema surge con las tiradas. No es posible hacer ediciones grandes porque están limitadas por motivos económicos. Y cuando los lectores quieren leer un título y no lo encuentran en librerías, van a leerlo a las bibliotecas. En ocasiones los leen allí, en otras los llevan a sus casas. Por eso, en ninguna biblioteca existen ejemplares de mis obras, lo cual me enorgullece, porque es un hurto noble, una forma de expresar su admiración hacia mi obra. Agradezco al pueblo que me para en la calle para felicitarme, a los vecinos que están pendientes de las obras que publico, que tanto ha escrito sobre él. Martí fue un gran predicador en América, que hizo llegar el mensaje de “con los pobres de la tierra quiero yo mi suerte echar”, con el sentido poético que le caracterizaba. Y llegó a los pueblos de América, y fue el sentido de la lucha esgrimido por el combatiente uruguayo Raúl Sendic. Por todo esto, es un gran honor que me hayan dedicado una Feria que representa un símbolo de inapreciable valor para mí”.


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Ada María Oramas Ezquerro

De larga trayectoria en el periodismo cultural. Premio de Oro, del Gran Teatro de La Habana y Miembro de la sección de la Asociación de Artistas Escénicas de la UNEAC

Se han publicado 1 comentarios


dara
 14/2/13 21:03

daniel chavarría, eres un gran escritor soy tu admiradora #1, espero poder tener en mis manos cada uno de tus titulos publicados, ya tengo dos, desde que descrubri tu literatura no dejo de leer y de admirar tu obra, te mereces un 101 no un 100 y hasta mas, un saludo

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