domingo, 22 de septiembre de 2024

Estar a la altura (+Video)

Wakolda, una de las propuestas del 35 Festival de Nuevo Cine Latinoamericano conjuga pequeños sueños con grandes horrores.El filme, ubicado en el año 1960, cuenta la historia de un hombre que transforma la vida de una familia argentina...

Anabel Serrallonga Hidalgo en Exclusivo 13/12/2013
1 comentarios
Wakolda
Wakolda, cargada de imágenes bellas y crudas, compromete a los personajes con sus decisiones.

Cuando era niña, igual que Lilith, también soñaba con ser más alta, más corpulenta, más “linda”. Si cualquiera de nosotros hubiese sido ella también hubiéramos ansiado crecer. Wakolda, una de las propuestas del 35 Festival de Nuevo Cine Latinoamericano conjuga pequeños sueños con grandes horrores. El filme, ubicado en el año 1960, cuenta la historia de un hombre que transforma la vida de una familia argentina.

Desde la primera escena, el intruso resulta desconcertante; demasiadas miradas y mucha predeterminación en sus actos adviertende sus intenciones. Sin embargo, sus modales, su elegancia, sus favores nos seducen y nos atrapan, a nosotros y a los personajes, en un círculo de dependencia y sumisión.

Aun cuando este extraño personaje ocupa un papel protagónico dentro de la trama, la familia de Lilith, narradora y protagonista de la película, tampoco es un grupo convencional. Hablar alemán y asistir a una escuela de niños rubios y ojos claros se convierte, entonces, en indicio de posturas políticas que, aunque no se manifiestan abiertamente en el filme, son aplicadas por muchos de los personajes secundarios.

La directora Lucía Puenzo asume el reto de mostrar el traslado de la ideología fascista a América, muchos años después del derrocamiento del régimen hitleriano en Alemania. La película trasciende, además, el hecho narrativo para adentrarnos en un estudio analítico de la personalidad.

De esta manera, el médico alemán, perseguido por cazadores nazis, comprende cabalmente la fuerza de los pequeños sueños de esta familia; Lilith quiere crecer; su madre, tener hijos sanos; su padre, hacer muñecas. Así, se vale de sus experticias para utilizarlos como conejillos de indias.

Wakolda es un filme que nos enseña que nosotros también hemos sido víctimas del fascismo. Se trata, sí, de un largometraje de ficción; sin embargo, la historia se basa en hechos reales. Su directora introduce los horrores del fascismo alemán en la Patagonia; encontrando que, aquí, también ha habido experimentos con niños y espías de El Mossad.

La película, cargada de símbolos e imágenes bellas y crudas, compromete a los personajes con sus decisiones. La pérdida de la identidad, la ética profesional de los médicos, la reproducción de un ideal de belleza y la aceptación son temas que enriquecen esta producción.

Tal complejidad temática no es nueva para Lucía Puenzo, también escritora y guionista. Sus largometrajes XXY y El niño pez fueron laureados internacionalmente y gozaron de gran aceptación en el público cubano en pasados festivales de Nuevo Cine Latinoamericano.

Alejada de los temas comunes, Wakolda es una de las gratas sorpresas de este festival; su trama resalta la importancia de ser diferentes, mientras que nos impulsa a repensar cómo fue posible la existencia del fascismo. Solo así, haciendo realidad los pequeños sueños de las personas, alguien puede garantizar lealtad y jugar con la vida.


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Anabel Serrallonga Hidalgo

Se han publicado 1 comentarios


Denisse
 13/12/13 11:55

super buena peli!!!!!

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