Los vientos del teatro en Camagüey

“Alguien ha dicho que el teatro no es más que la gente que lo hace. Pero el teatro es también ese momento, intenso e irrepetible, donde el actor dialoga con otro ser humano, devenido en espectador”.

Así daba la bienvenida Freddys Núñez Estenoz, director artístico del Festival Nacional de Teatro, a los teatristas y el público presentes en el acto inaugural, que tuvo lugar en una tarima emplazada en la calle frente al Teatro Principal, y donde intervino con mucho acierto la Compañía Folclórica Camagua.

Núñez Estenoz es el líder del Grupo Teatro del Viento, un colectivo camagüeyano fundado el 1 de junio de 1999. Espectáculos como Historias sobre el camino, Aceite + Vinagre = Familia, y Mala cosecha, han obtenido importantes premios y reconocimientos dentro del panorama teatral cubano.

En esta edición del Festival, Teatro del Viento se presenta con La hora del té, una obra que se adentra en el tema de la insularidad a partir de una mirada lúdica y poética.

Por vez primera, el joven dramaturgo asume la dirección artística de uno de los eventos más importantes que tiene lugar en la Ciudad de los Tinajones.

—¿Cómo ha sido el proceso organizativo del Festival?

—A veces los artistas somos un poco complicados para estas responsabilidades tan oficiales y soy una persona relativamente joven.

“Hemos realizado un proceso organizativo muy profundo. Fueron unos cinco o seis meses de preparación para ahora estar más desahogado durante el marco del Festival.

“La comunicación ha fluido entre el Consejo Nacional de las Artes Escénicas, el Consejo Provincial de las Artes Escénicas de Camagüey, el Gobierno y el Partido provinciales. La relación ha sido muy buena. Eso propicia que las cosas marchen de otro modo”.

—¿Qué responsabilidad entraña para usted dirigir artísticamente el Festival Nacional de Teatro de Camagüey?

—Dirigir el Festival de Teatro más importante de Cuba, para mí, más que una responsabilidad es un compromiso con tantos teatristas de la isla que conozco y que se acercan a Camagüey esperando lo mejor de un Festival que celebra su edición 14. Son casi 30 años de experiencia, por parte de la ciudad, organizando un Festival.

“Es un lujo poder dirigir, apoyar, desde mis modestos esfuerzos, colaborar con el desarrollo del teatro cubano que, al fin de cuentas, es lo más importante”.

—La hora del té, la obra que presenta Teatro del Viento dentro de la muestra del Festival, es muy particular. En su opinión, ¿se inscribe dentro del teatro para niños o para adultos?

—Teatro del Viento es un grupo que realiza espectáculos para adolescentes y jóvenes. Desde su fundación hemos investigado en una zona que está casi desnuda dentro del teatro cubano. Existen muchas agrupaciones de teatro para niños, muchas agrupaciones de teatro para adultos, pero a la zona intermedia se le teme un poco.

“La hora del té, es un espectáculo para todo tipo de públicos: puede haber un niño en la sala, un adulto, un joven. Tiene un tema universal que es el amor: el amor trunco, la necesidad de encontrar el amor a pesar de todo. Está pensada, fundamentalmente, para el adolescente y el joven”.

—A pesar de eso, el grupo participó en el Décimo Taller Internacional de títeres de Matanzas, donde el repertorio en las salas es fundamentalmente para el público infantil. ¿Cuáles son las particularidades de esta obra?

—Es un tanto atípica, porque la estética del grupo sostiene el intercambio del actor con la danza. Es un espectáculo donde se hace un paseo por temas antológicos de la música cubana y está inspirada en el ballet Tarde en la siesta, que Alberto Méndez compusiera en 1973 para el Ballet Nacional de Cuba.

“Hay una mezcla de todos esos recursos expresivos de la escena en el espectáculo”.

—¿Cómo surge la idea de que un solo personaje esté interpretado en escena por tres actores hombres?

—La obra como texto dramático es un unipersonal. Pero Lorenza Almenares del Sol, personaje de este unipersonal, como cubana al fin, tiene muchos contrastes desde la personalidad.

“Durante el trabajo de mesa y con el actor precisamos mostrar esos diferentes contrastes de la Lorenza cubana fuerte, la Lorenza de la calle, la dama aristocrática encerrada en una casona habanera de principios del siglo XIX.

“Se juega con todos esos contrastes. De ahí también viene su espectacularidad. La obra dura una hora y diez minutos. Durante muchos años, Teatro del Viento ha explorado la danza como recurso expresivo.

“Con esos tres actores en escena, tres hombres interpretando el papel femenino de Lorenza, la obra ganaba en espectacularidad, ganaba en ritmo. Podíamos echar mano a todos esos recursos que durante tantos años hemos usado para esta representación”.

—¿Puede adelantarnos algo de la próxima edición del Festival?

—Lo único que les puedo decir es que no se la pierdan. La edición 15 del Festival tendrá lugar en 2014. Coincidirá con los 500 años de la fundación de la Villa Santa María del Puerto del Príncipe.

“Pensamos traer de vuelta a Camagüey el tranvía como medio de transporte. Eso, sin dudas, será un gran acontecimiento para los camagüeyanos”.