Los vestigios de un aguacero tropical en el patio de la Alianza Francesa en Cuba son la antesala. Luego, están las puertas abiertas de un espacio de la sede de Prado de la institución reconvertido en galería, y que expone 10 piezas de arte unidas por la espiritualidad.
Dentro hay un público bullicioso, joven en su mayoría, que delante de cada obra valida cosmogonías pictóricas, reinterpreta trazos y deconstruye los mundos muy particulares que habitan en Miriannys Montes de Oca.
Antes, la artista habla de la lluvia y acentúa la propiedad mística que se le asocia para limpiar almas y escenarios.
Esta muestra personal –señala Miriannys- llegó de manera inesperada y reúne obras que suponen un recorrido narrativo desde el año 2015 hasta la actualidad, con todas aquellas facetas artísticas por las que ha pasado su pintura.
Otro poco antes, Laurent Burin des Roziers, nuevo embajador de Francia en Cuba, refería que la exposición constituye un acercamiento a la poética personal de una creadora multifacética, que se mueve entre la práctica del dibujo, la fotografía, la pintura, la escultura, el grabado y el performance. Una versatilidad a la hora de crear conjugada con su interés por las dinámicas del ser humano desde una extensión espiritual y afectiva.
“Con una trayectoria en constante ascenso, la artista defiende una visualidad donde los personajes, sucesos y tiempos se hallan en función de una escena eminentemente teatral. Estas escenografías imaginadas, recreadas o imitadas nos colocan ante un relato en el cual se mezcla lo imaginativo y lo simbólico, lo psíquico y lo humano…
“La artista nos abre las puertas a un mundo extraño, temeroso, angustioso, donde realidad e ilusión, vida y muerte, se asemejan, se reúnen, se confunden para traducir los soportables o insoportables pesos del ser.
“Este componente teatral es justamente la línea que identifica el conjunto de su obra. Sus escenas están protagonizadas por personajes reconocibles por su atuendo o fantasmagóricos, que vibran y se agigantan, por colores y formas que seducen y atrapan y por una estructurada temporalidad, en la cual encontramos ese componente reflexivo que caracteriza su discurso creativo”, refiere el diplomático.
Mientras, la muchacha de rizos rojos y vestido azul con pequeñas flores abre sus ojos en señal de sorpresa y agradece; agradece con la ternura y la sencillez que reside en los verdaderos artistas.
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En la muestra Vestigios disfrutamos de grandes pinceladas de color amarillo, dispuestas en fondos y personajes. Esta recurrencia, fundida con una operatoria teatral, resalta zonas de ambigüedad en la pintura, así como sensaciones que conectan con la creatividad, la sensualidad y la energía que se recibe ante los contrastes existentes en cada pieza.
Con el amarillo, Miriannys construye geografías creativas donde invita al empoderamiento, así como a respetar nuestra autenticidad.
Vemos pinceladas de este tono en La decapitación de Medusa (2020, esmalte sobre lienzo, 100 por 100 centímetros), una pieza de carácter referencial donde la mujer mito es reescrita con poder, incluso luego de quedar desarticulado su cuerpo.
En tanto, en Después de los Rolling Stones (2016, esmalte sobre vinil, 250x125 centímetros) el amarillo ocupa casi la totalidad de la obra pictórica. En ella, la autora destaca desgarramientos reales y simbólicos, tras un evento musical único en su tipo en un país distante del contacto habitual con las grandes industrias culturales.
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Cuatro muchachas, cubalibre en mano, discuten frente a Primavera acerca de representaciones y mensajes. Las jóvenes asumen interpretaciones personales de manera apasionada, y ratifican así al arte como vínculo unificador de subjetividades. Una pintura y la visión de una artista son resignificadas por su público.
En esta pieza del año 2016 (esmalte y óleo sobre vinil, 125 por 80 centímetros), Miriannys rompe con colores y tonos recurrentes en el resto de las creaciones que integran la muestra Vestigios.
Los trazos de la artista retratan dicha estación con un azul apagado. En el cuadro tres figuras arrodilladas le dan la espalda a la audiencia y miran, quizás con reproche o envidia, hacia una cuarta recostada al suelo. Está última está rodeada de detalles cálidos que parecen florecer.
Primavera es una pieza representativa en la impronta de una creadora que dibuja espacios íntimos donde sus personajes alcanzan la grandeza; y se empeñan, asimismo, en formar parte de historias que nacen de las experiencias vividas por su autora o desde lo que ella imagina y sueña.
Con Vestigios, la galería del palacio de Prado de la Alianza Francesa continúa su apuesta por el buen arte joven cubano. Hasta el próximo 12 de noviembre el espacio expositivo acogerá las 10 pinturas que integran la muestra personal. Obras que tributan al sello creativo de una autora que siente un respeto inconmensurable por lo auténtico.
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