Para la cantante María Victoria Rodríguez la música campesina tiene un valor sentimental, al provenir de una familia cultora de ese género que se entronca con una parte de nuestras raíces culturales.
- Consulte además: La reina del punto cubano
En un sitial de honor, María Victoria tiene a Celina González, la reina de la música campesina y del punto cubano, pero también le rinde tributo a su madre Mercedita Sosa, al Jilguero de Cienfuegos, a Martica Morejón, al dúo de Coralia Fernández y Ramón Veloz, y a grandes maestros de la improvisación como Adolfo Alfonso, Justo Vega y el Indio Naborí.
La vocalista tuvo la dicha de conocer a Celina desde que nació porque su madre y ella fueron muy buenas amigas y compartían juntas el canto en los guateques campesinos. Cuando era apenas una adolescente la reina del punto cubano le pidió que la acompañara y se convirtiera en su discípula pero la novel cantante decidió desarrollar su carrera en solitario. Se radicó por siete años en España y regresó a Cuba en el año 2001 para acompañar a Celina en los últimos años de su vida.
Me sentí muy dichosa de que Celina depositara esa confianza en mí y me dejara un legado tan hermoso. También es un reto importante porque no es fácil, después de que una mujer tan grande dejó su obra en la cima, venir a defenderla. Pero he tenido la suerte de que mi forma de interpretar la música le ha llegado a las personas. Siempre lo hago con mucho respeto y mucha admiración, poniéndole mi sello personal.
Cuando grabó su fonograma Entre dos aguas, María Victoria fue a pedir la anuencia de Celina en su casa, acompañada de su amigo José Manuel García, el productor musical de sus cuatro discos con el sello Bis Music.
Me arrodillé. Ella estaba en la silla de ruedas, con su Santa Bárbara y su Yemayá, y le pedí la bendición. Con esa imagen de ambas cantantes comienza cada año la gala de la Jornada Mis Raíces.
Esos son regalos que te da la vida y uno tiene que agradecerlos. Por eso mi canción dice así: 'Se lo prometí a mi madre y se lo juré a Celina', dijo emocionada María Victoria.
¡QUE VIVA CHANGÓ!
Por el municipio de Güines entró a Cuba la primera imagen de Santa Bárbara, la Virgen venerada y pura a la que tanto le cantó Celina. Por eso la Jornada Cultural Internacional Mis Raíces siempre tiene su inicio en la capilla de Mayabeque dedicada a esa imagen bendita.
Necesitábamos un lugar donde homenajear a todas estas figuras de la música campesina y a los continuadores que tenemos, principalmente en la provincia de Mayabeque, en la Casa de la Décima Francisco Riverón del municipio de Güines, que dirige Lázaro Palenzuela, donde enseñan a los niños, desde muy pequeñitos, a amar sus raíces y a entender su significado.
María Victoria aboga por la actualización de la música campesina, desde otros ritmos más contemporáneos, y con arreglos que aporten nuevas sonoridades que lleguen a la juventud pero sin que el género pierda su esencia.
La III edición de la Jornada contribuyó al intercambio de conocimientos sobre las diferentes formas de interpretar la música campesina entre los llamados trovadores y huapangueros (personas que tocan o bailan en México el estilo musical conocido como Huapango).
El programa de la cita estuvo conformado por el Coloquio internacional de cultura, tradición e identidad, talleres sobre poesía oral improvisada, guateques infantiles así como visitas a instituciones culturales del municipio como la biblioteca, una galería de arte y la sede de la emisora Radio Mayabeque.
Todavía resuenan los ecos de la Gala Artística que se celebró en el teatro de la Casa de la Décima de Mayabeque en honor al aniversario 96 del natalicio de Celina González. Allí se reunieron exponentes de la música campesina de México, Puerto Rico, Cuba y Panamá, nación a la que se dedicó el espectáculo.
Durante la gala un grupo de panameños realizó una donación de instrumentos representativos de su país como muestra de la unidad entre ambos pueblos. Las nuevas generaciones de poetas y repentistas pusieron en alto el nombre de la institución donde se han formado.
QUE HABLEN SI VAN A HABLAR
Dentro de la Jornada tuvo lugar un momento especial para la presentación oficial del más reciente fonograma de María Victoria con el sello Bis Music. El disco lleva por nombre Que hablen si van a hablar y es netamente de música popular bailable, con una sonoridad diferente y códigos más internacionales, pero incluye además una canción campesina titulada Embrujo divino.
El CD, que está compitiendo en Cubadisco 2024 y ya se encuentra disponible en la plataforma Sandunga, fue producido por José Manuel García, con arreglos del también productor Maikel Dinza. Cuenta con 10 obras compuestas por la versátil María Victoria quien hace un dueto con el joven arreglista y junto a Beatriz Márquez, la Musicalísima.
Como colofón del lanzamiento del álbum algunos de los adolescentes de la Casa de la Décima regalaron a los presentes una muestra del arte de la improvisación oral. Luego los integrantes del grupo aficionado Son y Punto, formado por instrumentistas y tonadistas, hicieron las delicias del público nacional y foráneo con tres temas de la música campesina.
Muy aplaudida resultó la presentación de la niña Flavia, bautizada como La Diva de Mayabeque, la menor de las talleristas de la Casa de la Décima. Con apenas cinco años ya exhibe sobre la escena el gran carisma y talento que lleva en la sangre, heredado de su padre quien también es músico.
Términos y condiciones
Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.