domingo, 22 de septiembre de 2024

Roly Peña: “Yo quiero contar verdades”

El director de Duaba, la Odisea del Honor, la serie televisiva que narra el regreso de los generales mambises Flor Crombet, Antonio y José Maceo a suelo cubano, revela detalles de la filmación y su expreso compromiso con la historia de Cuba...

Yeneily García García en Exclusivo 10/11/2013
3 comentarios
Duaba
El General Antonio Maceo en las lomas de Oriente, una imagen de Duaba.

Desde septiembre, la Televisión Cubana emite Duaba, la Odisea del Honor, una serie que narra —ficción mediante— el regreso de los generales mambises Flor Crombet, Antonio y José Maceo a suelo cubano, poco después de comenzada la guerra que José Martí calificó de “necesaria” para sacudirnos de una vez el yugo pesado de la metrópoli española que nos colonizaba.

Con este pretexto Cubahora se acercó a su director, Roly Peña, para conocer más sobre la puesta de esta suerte de recuento novelado de un hecho del que poco se ha hablado, y la posición del realizador ante la necesidad de promover el conocimiento de la historia en general y a través del audiovisual en particular.

Clasificado como docudrama, Duaba… tiene guión de Eduardo Vázquez, promotor incansable de la memoria nacional y creador de programas como La Isla y el Tiempo y Lo real Maravilloso; el cual, a su vez, bebe de la acuciosa investigación que el coronel Hugo Crombet, nieto del jefe mambí, relata en el libro La Expedición del Honor.

Dos elementos resaltan en esta puesta: la utilización de actores no profesionales para interpretar algunos de los papeles principales y la incorporación de valoraciones de expertos cubanos y costarricenses —los Maceo se establecieron en Nicoya, región de Costa Rica, al decretarse el cese de la Guerra de los Diez Años—, en momentos que realzan la factura del material, el cual tiene un valor documental añadido por las intervenciones de personalidades como Eusebio Leal, historiador de La Habana, y Eduardo Torres-Cuevas, director de la Biblioteca Nacional José Martí.

Ante la curiosidad por conocer sobre la decisión de escoger a dos intérpretes que no son actores, sin experiencia ante las cámaras, para encarnar a Antonio y José Maceo, Peña confesó que, si bien al principio se sintió frustrado ante la circunstancia de que en el mundo actoral no existiera ningún profesional que guardara parecido con las figuras originales, trabajar con desconocidos hace que el público se acerque más al personaje real.

“Cuando hablamos de parecido físico, no hay muchos en el mundo profesional que lo tengan, entonces se comienza a teorizar sobre la base de su frustración y es ahí cuando entendimos que realmente está demostrado que cuando se trabajan figuras históricas es mejor no trabajar con un actor conocido, porque la visión del televidente siempre va a ser: ¡Qué bien interpreta este actor a este personaje!”.

“Cuando uno trabaja con un aficionado, con un desconocido, la gente empieza a ver al personaje, y eso te crea la ilusión de que estás viendo a alguien que ya no vive. Cuando es un actor profesional, estás planteándote por código que la persona interpreta esa figura. Al hacerlo con gente desconocida creo que hay más acercamiento del público con el personaje real y, a partir de ahí, creo que la gente va a ver por primera vez a Maceo, no a un actor que interpreta al personaje de Maceo”.

“Preferimos trabajar con estos actores, que los llamamos aficionados, porque no han hecho ni televisión ni cine, y no porque pertenezcan al movimiento. Son militares, escogidos en las filas, que tuvieron como misión trabajar en esto”.

En la serie —de 15 capítulos de unos 25 minutos duración—, el Titán de Bronce está interpretado por Anrid Rodiles del Río, y su hermano, el general José, es Héctor Luis Heredia, teniente coronel y mayor de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, respectivamente, en cambio Martí sí está encarnado por el actor profesional Roberto Albellar, y Crombet es Eduardo Rodríguez, con alguna experiencia en las tablas.

Eduardo Vázquez, el guionista, ha reflexionado sobre la oportunidad que representa para los estudiantes de diferentes enseñanzas la emisión de la serie, mediante la cual podrán profundizar en estos hechos, prácticamente desconocidos para muchos.

“A mi juicio tenemos varios problemas, entre ellos que existen hechos importantes sobre los que poco se habla, y otro es la forma de contarlos. Creo que la historia de Cuba tiene todos los resortes emotivos y entretenidos para hacerla interesante, que no se haga es un problema de quien lo cuente. Sí puedo decir que todo lo que estamos contando está escrito, todo eso está allí. Si no se lleva a clase, o se narra de una manera aburrida que no levanta el interés, ya eso es otra cuestión”.

“Un profesor o un realizador lo que tiene es que agrupar el conocimiento de varios libros y contar con pasión y con ganas de llegar a los demás. Lo más importante, lo primero, es que tenemos todos los elementos reales, después nos toca a nosotros decidir como la vamos a contar, el discurso, porque podemos hablar de la cuestión más interesante del mundo pero si la contamos mal, esa información se pierde”.

—¿Fue difícil llevar una historia verídica a un audiovisual?

 —Investigamos para que nuestro trabajo llegara. ¿Lo hicimos bien? Tenemos que probarlo. Nunca lo habíamos hecho. La reacción de la audiencia nos va a servir para saber si lo hicimos bien, o cómo debemos hacerlo mejor. Yo hice el documental Dos Ríos, el enigma, donde probé fórmulas a riesgo y funcionaron, esas mismas fórmulas se repiten aquí, más otras nuevas. Esas están por probar y ojalá funcionen, si no que me critiquen y así en el debate se aprende, no solo yo, también los demás realizadores. Buscaremos siempre cómo podemos hacerlo mejor.

 “Hoy, a mucha gente no le interesa conocer nuestra historia, y la culpa no es del joven, sino de quienes la contamos. Si no entendemos esto, no estamos en el camino correcto”.

“Yo creo que la historia de Cuba es muy bella, muy intensa, con una cantidad de pasiones, de intrigas y, a larga, es nuestra identidad, lo que somos hoy. Si no llegamos, todos tenemos un poco de culpa en eso: los realizadores, los profesores, los periodistas, los políticos. Todos la utilizamos, inconscientes del daño que estamos haciendo. Tenemos miedo que la serie se vea como un teque, que se rechace porque está viciada. Creo que es mejor contar toda la verdad y dejar que los demás saquen sus propias conclusiones”.

“La historia de Cuba está ahí, es real, no podemos negar que hubo conflictos, hubo decisiones mal tomadas, hubo ambiciones personales, políticas; pero hay que decirlas, la realidad no se puede negar”.

—¿Proyectos futuros?

 —Ahora me voy a filmar una serie policiaca, pero en proyectos tengo el Diario de Martí, los amores de Martí, la muerte de Maceo… Si me dejan, solamente haré históricos, el compromiso con contar una verdad para mí es más importante que contar una ficción. Yo quiero contar verdades.


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Yeneily García García

Lectora voraz y artista frustrada, enamorada desde siempre del periodismo de Agencia y ejerciéndolo con plenas facultades desde 2008.

Se han publicado 3 comentarios


EL VIEJO
 11/11/13 15:09

Me ha resultado sumamente interesante la seríe y a pesar de mi edad he podido descubrir aspectos muy importantes de nuestra historia. por ejemplo nunca en ninguna escuela me habian profundizado tanto el periodo de Maceo en Costa Rica y eso es fundamental, muchos casi descubrieron haace apenas dos años lo del atentado a Maceo en Costa Rica y los objetivos reales del mismo, es decir un historia real, ficticiamente bien contada

piter
 11/11/13 14:51

yo no me la pierdo ningún sábado. Existe un antecedente, cuando yo era niño hicieron un cortometraje que pusieron en la televisión, sobre la odisea de José Maceo, el actor fue Sergio Corrieri.

NUREYA
 11/11/13 12:21

considero la serie muy bien lograda e interesante. Realmente mucho pudiera hacerse en la tele sobre la historia, tanto en materiales de este tipo como en versiones de hechos y personajes, de manera que nuestras jovenes generaciones se den cuenta de lo hermosa y entretenida que es la historia de nuestra patria.

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