Silencio en la cultura cubana: Adigio Benítez ha muerto

La cultura cubana está nuevamente de luto: el pintor, grabador y profesor Adigio Benítez, premio nacional de Artes Plásticas y de la Enseñanza Artística, ha muerto. Ha dicho adiós un hijo legítimo de Cuba, el que llevó a sus lienzos la cultura que, según decía, “le dio la razón de ser y trabajar”.

Milicianos, campesinos, obreros, blancos, negros, madres y niños cobraron vida en sus cuadros, que integran hoy la Colección de Arte Cubano del Museo Nacional de Bellas Artes, así como otras instituciones y colecciones públicas y privadas. También desfilaron por sus obras líderes del movimiento obrero y estudiantil, como Julio Antonio Mella y Rubén Martínez Villena.

“Al comenzar mi vida de pintor, mi mecanismo de creación estaba muy urgido de transmitir mensajes de contenido social. La pobreza, la delicada situación política que atravesaba el país y la figura de algunos mártires se reflejaron en mi quehacer”, contó en una entrevista publicada por Juventud Rebelde.

Nacido en 1924, en Santiago de Cuba, Benítez se inició en la pasión por la pintura a muy corta edad. Para 1949, resultó egresado de la Academia de Artes de San Alejandro y comenzó su carrera como dibujante político. Realizó una treintena de exposiciones personales y 150 exposiciones colectivas. Profesor fundador de la Escuela Nacional de Artes Plásticas y del Instituto Superior de Arte, Benítez fue también distinguido como Profesor de Mérito del Instituto Superior de Arte y con la Orden Félix Varela de primer grado, máxima condecoración que otorga el Estado cubano en el sector de la actividad cultural.

Por voluntad expresa, su cadáver será cremado y sus cenizas estarán expuestas este jueves, a partir de las 9:00 a.m., en la Funeraria de Cazada y K, según una nota de prensa del Ministerio de Cultura y la Unión de Escritores y Artistas de Cuba.

Homenaje a Carlos Henríquez (Foto: La Jiribilla)

Cuba dará mañana su último adiós al hombre que consideró el triunfo de la Revolución, bajo la guía de Fidel, como “el día más memorable que pudiera vivirse”. “El momento en que los cubanos nos convertimos para siempre en hombres y mujeres libres, sin bota alguna sobre nuestras espaldas, el hito en que se sientan las bases para la construcción del socialismo; una sociedad más justa y humana, meta anhelada de los pueblos del mundo”, aseguró en la citada entrevista.