Sine Nomine o el misterio de la voz humana

Para su directora, la Maestra Leonor Suárez Dulzaides, la voz humana es un misterio y a la vez el instrumento más difícil en la música. Y es precisamente en la Camerata Vocale Sine Nomine, una agrupación sin émulos en la escena coral en Cuba; donde se puede apreciar esa dificultad hecha incógnita, a la voz –o la feliz combinación de varias- convertida en vehículo que asegura placer para los sentidos, que saben reconocer el verdadero arte sin necesidad de  mucha explicación.

 Única de su tipo en el archipiélago debido a su composición, Sine Nomine es una agrupación masculina que incluye contratenores (sopranos y altos), barítonos y bajos, en un ensamble que entrega al exigente público actual una sonoridad que caracterizó durante siglos a esta manifestación musical.

Entre sus principales hitos, el ensemble ha participado en la grabación de partituras de compositores de música sacra de los siglos XVII y XVIII, colaborado en la banda sonora del documental de Marilyn Solaya, En el Cuerpo Equivocado; y fue invitado por el Ballet Nacional de Cuba y su directora, la prima ballerina assoluta Alicia Alonso, a formar parte del estreno en Cuba de la ópera “Acis y Galatea” de Handel,  dirigida por el prestigioso Maestro australiano Richard Bonynge.

Además resultó ganador del premio CUBADISCO 2009 en la categoría de Música Coral, con su primer disco en solitario, titulado “Retrato a Capella”, editado por la EGREM y dirigido y producido por Alexis Rodríguez Martínez en el 2007.

Gracias a su reciente participación en el XXX Festival Internacional de Coros de Santiago de Cuba, Cubahora tuvo acceso de primera mano al grupo, compartió con sus integrantes y conversó con la Maestra Leonor Súarez, en un diálogo que tuvo a la música coral como protagonista.

En el mismo tono casi maternal que utiliza con sus “muchachos”, la Maestra recordó porque se sintió atraída hacia la música interpretada por voces.

“La música coral me gusta desde que era muy pequeña, y siempre me he preguntado eso, porque yo también tengo inclinaciones de compositora; y todo lo que se me ocurre es para voces, siempre es pensando en un texto.”

“En realidad no tengo una respuesta exacta, pero pienso que puede derivarse del hábito que desde muy pequeña tuve de leer. Me gusta mucho la lectura y que disfruto mucho todo lo que leo, a lo mejor de ahí viene. Desde los 6 años empecé a estudiar la música y a vincular las dos cosas. En la música coral está la posibilidad de unirlas y de poner la melodía en función de un mensaje directo. Porque la música da un mensaje maravilloso, pero subjetivo. Cuando a la música se aplica un texto, el mensaje es muy directo. El compositor se tiene que poner en función de expresar lo que dice el texto.”

“Como directora hallo que el aparato vocal humano es el instrumento más difícil, porque es humano, no es un objeto. Me llama mucho la atención como se puede lograr tanto con tan poco. Las cuerdas vocales son unas pequeñas fibras musculares. Nosotros no tenemos conocimiento, no podemos ver la laringe, el diafragma, todo lo que interviene, sólo tenemos que aprender a sentir como usarlos para cantar y de todo eso sale algo tan maravillosos como en el caso de la ópera. Un nivel de voz increíble de algo tan pequeño, que aparentemente es tan frágil y uniendo todas esas cosas -un poco de mística también- cómo no sentirme atraída.”

“Finalmente porque el color, el timbre de las voces, las posibilidades de hacer cosas, las combinaciones, para mí es lo más lindo que existe.”

¿Cuánto,  a su juicio, aporta la rica tradición musical cubana al desarrollo del movimiento coral en el país?

 “Realmente el movimiento coral se nutre de toda la cancionística cubana tradicional, por ejemplo el repertorio coral cubano esta en gran por ciento integrado por arreglos de canciones hechas por trovadores de la primera mitad del siglo XIX o el XX, que fueron a lo mejor hechas para cantar debajo de una ventana con una guitarra o en un bar.”

“Composiciones que tal vez en el momento en que las hicieron no imaginaron que iban a pasar a la historia de la música cubana. Muchas de ellas fueron arregladas para coros y hoy forman la mayor cantidad de canciones cubanas que integran el repertorio de muchas agrupaciones. También están las obras que fueron compuestas directamente para el formato del coro, que han enriquecido sobremanera esta manifestación en nuestro país.”

Cuéntenos un poco sobre Sine Nomine. ¿En qué radica su particularidad?

Sine Nomine es un proyecto que yo heredé. Fue fundado por un cantante del Coro Exaudi, Enrique Filiú, que había sido alumno mío en la Escuela Nacional de Arte y fue él quien tuvo esta genial idea de hacer un grupo de hombres con contratenores. Es la primera vez que en Cuba se hacía, no era el primer grupo masculino que había, pero sí el coro masculino de voces iguales, es decir a la manera tradicional, que él concibió en su pasión por la música antigua, que fue concebida para este tipo de voces, porque las mujeres tenían prohibido determinados actos públicos, entre ellos subir al escenario a cantar, lo cual duró hasta la primera mitad del siglo XVIII.”

“Él tuvo esta feliz idea, porque en Cuba era la primera vez que se hacía un proyecto de esa manera y aún en el mundo las agrupaciones que cantan con contratenores no son muchas y algunas cantan con contratenores en la cuerda de altos, pero los sopranos son mujeres, así que este formato, así como nosotros lo tenemos, es escaso.”

“Cuando comenzó el coro en 2003, me llamó para que lo escuchara, y creo que aquello fue como una señal, aunque nunca me imaginé que cinco años después esa agrupación iba a caer en mis manos.”

“Me pareció una cosa tan exclusiva para el movimiento coral cubano el tener un coro con contratenores en un país de América,  donde no es tradición, porque se acostumbraba en Europa. Me gustó tanto lo que encontré cuando llegué a Sine Nomine, que continué esta labor, pero claro imprimiéndole mi sello personal, mis conceptos, pero respetando la esencia del trabajo con los contratenores, de la música antigua y de mantener en todos nuestros conciertos una parte aunque sea de eso, porque esa es nuestra esencia y nuestra identidad. Por eso aunque se termine bailando un son, al principio está la música antigua, tanto europea como virreinal, que fue la que se escribió aquí en América durante los siglos XVI, XVII y XVIII escrita para este tipo de voces.”

“Sine Nomine es ese proyecto peculiar que defiendo todo el tiempo, porque lo interesante es mantener esa singularidad y además culturalmente enriquece el movimiento coral, no hay otro grupo como él. Creo que juega un papel importante.”

El éxito de Sine Nomine radica además de en su singularidad, en la calidad de sus integrantes, el trabajo duro que realizan, demostrado también en este año de grandes satisfacciones…

“Realmente este 2013 ha sido la culminación de una etapa de trabajo de cinco años, pues yo necesariamente tengo que dividir el tiempo de Sine Nomine en dos: antes y después que asumí la dirección.”

“De esta etapa de conformar el coro con mis criterios, de trazar una línea de  repertorio, de sonoridad personal, que cada director tiene; de hábitos de trabajo. Hemos trabajado muy duro, no nos tomamos un día de descanso, ensayamos de lunes a viernes, tres horas, lo que haga falta, no escatimamos en cantar constantemente, y como cuando se reúne talento con trabajo, - y los muchachos son muy talentosos, si están en Sine Nomine es porque se someten a una prueba, a una audición- y cuando se une eso, la pasión por lo que se hace y el trabajo, se obtienen resultados.”

“En 2013 fuimos convocados para participar en la grabación de la película Vestido de Novia de Marilyn Solaya. Habíamos trabajado en su documental y grabado parte de la banda sonora y ella quedó muy conforme,  por lo que nos convocó para trabajar en la película. Fue una experiencia nueva por completo y muy enriquecedora porque fue la primera vez que tuvimos contacto con el cine de esa manera.”

También nos convocaron para grabar dos discos muy importantes que responden al nombre de Documentos sonoros del patrimonio musical cubano. Allí se grabó la música de dos compositores que las musicólogas Miriam Escudero y Claudia Falladero sacaron a la luz: Cayetano Pagueras y Juan París, que fueron los músicos que trabajaron Pagueras en la Catedral de La Habana y París, en la de Santiago a la muerte de Esteban Salas.”

“Fue un trabajo muy importante  y para nosotros fue un inmenso privilegio ser quienes le dieran  vida real a esas partituras, porque el papel está pero fueron nuestras voces, fue nuestra manera de abordar la música, fue nuestro corazón, el que dio vida a esa música y todo quedó plasmado en dos discos que se grabaron en el mes de julio con una inmensa cantidad de obras, de alto calibre.”

“El otro proyecto que tuvimos este año fue la grabación de un tercer disco, que sí es de nuestro repertorio habitual. Ahí seleccioné un repertorio cubano y latinoamericano, porque fue grabado con el Sello Colibrí que se dedica principalmente a la difusión de esta música y tiene algo muy interesante y es que los arreglos corales de música cubana, más una obra original, fueron hechos por integrantes de Sine Nomine. “

“Lo otro importante fue la participación en el Festival de Coros de Guadalajara, donde el año pasado ganamos el Primer Premio en la primera edición de su concurso y  esta vez fuimos invitados a participar y nos dieron la posibilidad de hacer un concierto. Fuimos la única agrupación extranjera que lo hizo y además en el teatro más importante de esa ciudad. Fue muy bueno para nosotros y muy bueno para el prestigio del movimiento coral cubano.”

Algo que no se reconoce lo suficiente es cuánto hay de cada director en el proyecto que dirige…

 “Los coros son como sus directores. El director enseña y le pide a su coro cantar como le gusta que suene y así sucede con todas las interpretaciones. Los directores tenemos temperamentos diferentes, caracteres diferentes y eso se lo imprimimos a la interpretaciones, eso lo mostramos desde la selección del programa.”

 “Es algo tan personal, que realmente el director decide el camino del coro, porque a la hora de escoger los cantantes los escogemos según nuestras exigencia y nuestras expectativas. Puedes hacer un experimento: tomas una obra y se las das a cinco directores y nunca se va a oír igual dos veces. Ese es el sello. Cuando uno escucha un coro se sabe si es Exaudi, Entre Voces, o Coralina, por la manera de trabajar la voz, por la manera de darle más brillo, o de hacerlo más redondo.”

“Eso es algo interesante, porque la mayoría de las personas piensan que lo que hace el director es mover las manos y ya. Eso es lo de menos, de hecho verás que no lo hago con Sine Nomine. Lo hago una vez o dos cuando la obra es muy difícil, que tiene que tener alguien que la amarre. Lo más importante es el trabajo previo, antes de salir al escenario y que comienza desde que escoges el cantante, la obra que vas a montar, cuando te sientas con la partitura tú sola y concibes la interpretación.”

“Ese es el trabajo del director. Cuando llevas la pieza al coro y después que la canta y la canta, comienzas a buscarle miles de detalles. Ese es el trabajo del director y es un trabajo personal, aunque claro que no haya normas generales, pero todo eso se aplica a la individualidad.”