La 39 edición del Festival Internacional Jazz Plaza cerró de una manera peculiar. En la Sala Avellaneda del Teatro Nacional de Cuba el pianista Roberto Fonseca y el Ballet Nacional de Cuba (BNC) se unieron por primera vez para regalarle al público un espectáculo sublime.
Según dio a conocer a la prensa la primera bailarina Viengsay Valdés, directora del BNC, es la segunda vez que la compañía participa en dicho evento, pero este domingo fue una jornada de colaboración especial entre los bailarines y Fonseca, quien puso a disposición de los bailarines la pieza musical de su autoría "Contradanza del espíritu".
Las obras de Fonseca son inspiradoras para nuestro ballet y por ello invitamos al coreógrafo Raúl Reinoso, quien montó "Apparatus" y nos acompañará en la aventura, apuntó Viengsay
La coreografía parecía haber estado creada a la medida de la música, detalle que demuestra la sensibilidad de Reinoso para interpretar cada sonoridad, el espíritu y personalidad de los 21 bailarines que estuvieron en escena.
Reinoso subrayó también en un mensaje a la prensa, que desde que escuchó la "Contradanza del espíritu" conectó con ella y consideró que merecía estar sobre las tablas.
Al decir de Raúl Reinoso, el coreógrafo y bailarín de Acosta Danza, "Apparatus es un work in progress, que tiene la intención de trascender el ideal escénico para sumergirse en la dimensión personal y subjetiva de los bailarines. Es el motor que produce los movimientos y la estética que radica en el interior del sujeto participante en el proceso creativo. Es una pieza que invita al espectador a interactuar y conocer desde la intimidad al individuo con sus particularidades, religiones, preferencias... En fin como semejante".
"Apparatus" me ha permitido trabajar no con bailarines, sino con personas y sus interioridades, dolencias y credos, refirió el coreógrafo.
Asimismo, Valdés interpretó junto al bailarín principal Ányelo Montero, el tercer movimiento de "Love fear loss", del coreógrafo brasileño Ricardo Amarante.
Por su parte, Fonseca, reveló que lo que le interesaba era que el público cubano viera que realmente si existe la interacción entre el ballet y el jazz.
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