Internarse en el pentagrama de la cantante María del Mar es una aventura difícil por la casi imposibilidad de abarcar en el breve período de un audición las infinitas sendas transitadas por esta cantante de voz privilegiada, cuyo repertorio es tan infinito como su apellido. De un amplio registro, capaz de interpretar cualquier género, anida preferentemente en la canción y la eleva a un rango, coincidente con el arte lírico por las complejidades que le otorga la intérprete.
Por el modo tan personal que asume este género, María ha sido reclamada por los más im-portantes escenarios del mundo, tanto de Europa, Asia y África, como de América, y actua-rá por vez primera en Cuba, el día 20, a las 8:30 p.m., en el teatro Lázaro Peña, donde reci-birá el premio honorífico internacional de la Feria del Disco (CUBADISCO 2011). En la primera parte intervendrán Jorge Reyes y su grupo y en la segunda, María del Mar y la Or-questa Sinfónica Nacional interpretarán temas de su disco 8 a 10.
La afamada artista grabará un CD, con el sello Abdala, acompañada por la Sinfónica, bajo la dirección del maestro Enrique Pérez Mesa y el bajista Jorge Reyes, efectuará un encuen-tro con los ganadores del Gran Premio CUBADISCO y otro, con estudiantes de música. A su regreso a España recibirá la medalla de oro que confiere el Ministerio de Cultura de su país y emprenderá una gira por España, que continuará con actuaciones en las Fiestas de Verano de Europa y varios países de Asia y África.
PONERLE ALMA A LA MÚSICA
–¿Por qué canta siempre en catalán, no teme que el público no entienda lo que dice?
–Canto en catalán porque es mi idioma y a través de él expreso todos los sentimientos que llevan los números que interpreto. De este modo hago sentir la voz de las tradiciones de mi pueblo, mi temperamento solo puede manifestarse cuando canto en catalán, ninguna otra lengua me permite compartir todas las emociones y sentimientos que surgen de los temas que forman mi repertorio. Es algo muy arraigado en mí, me siento profundamente catalana. Y lo digo con orgullo, esa es mi identidad, por eso siento un gran orgullo en cantar en mi lengua, porque únicamente así el público recibirá, en letra y música, todo cuanto puedo vibrar en mí y transmitirle con toda autenticidad cuanto narra la canción.
–¿Y la comunicación no corre un riesgo?
–Siempre busco las vías de lograr que me entiendan, incluso en países que hablan lenguas bien diferentes a las romances, que siempre tienen puntos en común. En La Habana presen-taré breves síntesis de las historias en español. Además, el español y el catalán no son tan distantes entre sí, pueden comprenderse. También Jorge Reyes me va a montar una canción cubana, cuyo título me reservo, porque quiero darle la sorpresa al público. Ojalá que le gus-te y así todos disfrutaríamos de un hermoso momento.
UN VIEJO SUEÑO ES HOY REALIDAD
–¿Qué le inspira a cantar en Cuba?
–Es para mí un sueño maravilloso. Poder conectar con un país donde la música es algo tan fuerte, tan intenso y extraordinario. Siempre he admirado la música cubana y poder trabajar con Jorge Reyes y Pérez Cuesta a mi lado es un orgullo inmenso, un honor.
–¿Ha escuchado música antigua de nuestro país, por ejemplo de Esteban Salas, que quizá podría motivarle a incorporar algunos de sus temas a su repertorio?
–Me inspira todo y sobre todo la música popular, la música ligada al campo, a los trabajos agrícolas, lo relacionado con la naturaleza. Eso me agrada muchísimo y por estos días estoy buscando aquí todo este repertorio, porque pienso que voy a encontrar piezas que podrían enriquecer mi horizonte artístico.
–¿Hasta qué punto algunas de sus canciones tienen como génesis los cantos gregoria-nos?
–Yo canto desde muy pequeña y todo lo he ligado a la música popular que también incluye lo religioso. El repertorio de mi aprendizaje forma parte de mi vida y por eso tengo un disco dedicado a El canto de la Sibila, una canción surgida entre los siglos X y XII. Es un título muy mediterráneo, antiguo, muy ligado a las sibilas romanas y se refiere al juicio final. Es una historia muy bonita, muy especial y por la que siento mucho respeto. He disfrutado mucho grabándola y cantándola, desde hace mucho tiempo. La interpreto cada año, en la época de Navidad, por la belleza de su música y por esa poesía que nace de ella como una fuente inagotable.
UN PRIMER PASO PARA PRÓXIMOS REGRESOS
–A partir de esta visita suya, ¿podría esperarse que vuelva a Cuba próximamente?
–Cuando quieran. Ha sido el primer paso a muchas visitas.
–¿Tiene algún anhelo que haya ocultado a quienes le rodean?
–Prefiero no tener muchos anhelos, porque si no se cumplen, siempre es un drama. Es me-jor encontrárselos. Entre las cosas más bonitas que me han ocurrido ha sido el encuentro con Nacho Duato, absolutamente casual, no fue premeditado en ningún sentido, ni soñada. Sin embargo, algunos hechos que ocurren superan cualquier sueño.
–¿Podría decirse, entonces, que usted se siente plenamente realizada?
–Y el hecho de poder volver a Cuba y seguir conectando con la gente de aquí sería otro sueño. Veremos si se cumple.
–¿Hacia dónde va María?
–No lo sé. Lo que me gusta es cantar y disfrutar de mi canto. Y hacer disfrutar al público que viene a verme y escucharme. Eso es lo principal. Y todo eso entraña algún recital afuera, otros en casa, hacer discos. Todo eso es mi vida y perfila mi manera de ser.
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