lunes, 23 de septiembre de 2024

Cataluña: acercamiento a un conflicto

En este momento, si algo tiene ocupados a unos y otros es la aspiración soberanista de buena parte de su población y de partidos políticos que, contrarios en enfoques ideológicos, coinciden en el deseo de la independencia…

Elsa Claro Madruga en Exclusivo 04/05/2014
3 comentarios
Marcha por la Dignidad - España
La Marcha fue emprendida como una de las mayores expresiones de descontento con los ajustes.

Al nombre Cataluña le suponen varios significados, pero en verdad  se desconoce su origen, salvo que aparece en manuscritos latinos del Siglo XIII. Saber de dónde ha salido o a qué equivale o cómo se denomina una región, un país, un grupo humano, no suele ser muy importante. Aun cuando sucede que la diversidad de enfoques impulsa a buscar detalles. Enredados en algunos, a veces se encuentran las salidas de muchos laberintos.

En este momento si algo tiene ocupados a unos y otros es la aspiración soberanista de buena parte de su población y de partidos políticos que, contrarios en enfoques ideológicos, coinciden en el deseo de la independencia.  Es larga la historia de luchas sostenidas, pero siempre que se trata la posibilidad de que abandone su carácter de autonomía española, aparece un torrente de síes-noes sobre lo conveniente o legal de que emprenda otra vez su rumbo propio, que una vez lo tuvo.

Casi siempre sucede con quienes desean independizarse, como indican los argumentos y contraargumentos con que hoy se dirime  la posible separación de Escocia del Reino Unido o que el norte de Irlanda pertenezca a Londres y no a Dublín. Hay casos –y no fueron ni son pocos-  sin la oportunidad siquiera de provocar un debate, porque fueron objeto de aviesas voluntades. Ergo: Kosovo, antigua provincia Serbia y cuna de esa nacionalidad, hoy estado por cuenta propia con limitado reconocimiento internacional.

Dejando atrás las etapas de atadura voluntaria o debido a la conquista de diferentes reinos y culturas, el territorio catalán atravesó por etapas que bregaron promoviendo  participar de una confederación de estados ibéricos. Los intentos para obtener  la soberanía plena u otra variante similar, suele ubicarse sobre todo, en los años 1873, 1931 y 1934.

Con altas y bajas y muchos sucesos escabrosos en medio (como la guerra por la Sucesión  española), los catalanes contaron con total albedrío  hasta el siglo XVIII cuando ese mismo largo conflicto europeo de tanta envergadura,  provocó que perdieran su total albedrío.

Con posterioridad, entre 1808 y el 1814, ocurre la batalla - no solo de los catalanes- por librarse de la ocupación napoleónica tras lo cual no faltaron fuertes escarceos de índole social, en reclamo de derechos laborales, hasta que  cae la dictadura de Primo de Rivera en 1923.

En 1932 obtienen el Estatuto de Autonomía (Generalitat republicana) que termina dramáticamente también para el resto de los territorios ibéricos, con el éxito del franquismo, en 1939, apoyado por los nazis alemanes y los fascistas italianos.  

Si los republicanos en general sufrieron persecución, exilio y muerte, los catalanes y a los vascos, les malograron libertades básicas. Les prohíben el uso de  lengua y costumbres, aparte de sufrir un largo retroceso económico que no se restablecería hasta entrados los años 50 del siglo XX.

Quizás se deba a experiencias de ese tipo que las luchas soberanistas de este pueblo hayan estado asociadas, en una u otra medida, con las reivindicaciones sociales. ¿Serán las actuales condiciones provocadas por los ajustes neoliberales las que elevaron el tono a las antiguas aspiraciones?

Ciertos pasajes de la historia reciente hacen suponer de ese modo. La Marcha por la Dignidad, (22 de marzo) emprendida como una de las mayores expresiones de descontento ciudadano con los ajustes y la deriva del gobierno derechista de Mariano Rajoy, sugiere que si bien cada región tiene sus propias reivindicaciones, en común les aglutinó el problema general que sofoca la existencia con el desempleo, los desalojos, la precariedad.

Si nos remitimos solo a hechos específicos y dejamos a un lado los supuestos de mayor o menor aproximación a un caso muy complejo, tenemos que el parlamento catalán pidió a las Cortes Españolas la potestad de convocar a una consulta popular destinada a conocer el criterio sobre “distintas alternativas de articulación de Catalunya con el resto de España”.

Con el pedido comenzó una ácida polémica que ante todo puso en no  en boca de los conservadores,  sobre todo del presidente del gobierno. Llevado el tema al congreso, también el PSOE se pronuncia contra la consulta prevista para el 9 de noviembre venidero, pese a que hasta mediados de los años 70 esa formación tuvo mayor flexibilidad sobre el tema. Unos cuántos se preguntan qué movió a cambiar el anterior punto de vista pues la socialdemocracia española nunca lo ha esclarecido.

La negativa a permitir el  referéndum sobre la autodeterminación de Cataluña, obliga a pensar en hacerle reformas a la Constitución, buscando en una eventual federalización, a  la manera de Alemania o Estados Unidos, entre otros países, donde cada estado tiene gobierno propio y solo se subordina el aparato central en temas militares y de política exterior.

Incluso el recalcitrante Rajoy ha tenido que admitir como posibilidad ese fortuito  cambio en la Carta Magna . El PSOE también se adscribe a esa opción a la cual pide sumarse también el País Vasco.

El catedrático Juan Luis Pérez, de la Universidad Autónoma de Barcelona, aboga por “articular jurídicamente las demandas de la sociedad, porque actualmente existen mecanismos para ello” (…) y “Rajoy no puede condenar a los catalanes a la inconstitucionalidad”.

Que España se trasforme en un estado federal, se convierte en una de las mejores posibilidades, pues no desarticularía el país. Al otorgarle mayores competencias a cada una de las actuales autonomías, evita rupturas completas, por lo general, traumáticas.

Por supuesto que el tiempo y la evolución de los acontecimientos (puede ocurrir de todo mientras se llega  a un acuerdo), dirán si el que aparece como un amable resultado, dadas las fuertes contraposiciones habidas, es el mejor. Porque soluciones mágicas y totales, casi nunca hay. Menos en este tiempo.


Compartir

Elsa Claro Madruga

Analista de temas internacionales

Se han publicado 3 comentarios


Gustavo de la Torre Morales
 5/5/14 8:08

Elsa, sería bien engorroso el exponer el por qué resurge el afán de independencia de Cataluña. Son muchas las razones para ese justo reclamo y algunas las expones en tu artículo. De todas maneras, las divisiones son fatales y este caso también tendrá rsultados inesperados. Sin embargo, lo que mayor llama la atención es que quienes levantan con mayor fuerza el banderín de la consulta por la independencia es la derecha catalana (Convergencia i Uniò), con el apoyo de Esquerra Republicana (supuestamente de izquierdas). Los primeros no les importa mucho las mejorías sociales, sino enriquecerse más con ese % que Cataluña aporta al PIB de España y que es sustancial. Pero lo peor de todo es que los segundos prefieren ceder en principios con referencia a permitir recortes de beneficios sociales sólo por el hecho de cumplir una meta... aunque el programa post-lograda la independencia aún está ausente. Aquí se traiciona la máxima: "los medios justifican el fin." Y para mayor burla, muchos de los propios catalanes no conocen a ciencias ciertas su historia y levantan con entusiasmo cualquier bandera, porque ni conocen el surgimiento de sus esteladas: la del triángulo azul y la del triángulo amarillo con estrella roja. En eso, el marketing les supera, lamentablemente. Deseo que el pueblo de Cataluña logre los sueños de construir una sociedad donde no hayan leyes de freno a su lenguaje y cultura, y donde la convivencia no esté matizada por un persistente pasado de colonización, que hasta el momento perdura. Espero que el pueblo de España, el conjunto de sus Autonomías, se conscienticen que la política de exclusión y coloniaje no debe ser lo que aún matice las relaciones. Pero para esto hay que romper con lo nefasto de la derecha (en esto incluyo esa complicidad existente entre el PP-PSOE y otras denominaciones, como UPyD, etc. Ya se ha demostrado en creces, que la política llevada a cabo por el capitalismo no es lo que resuelve las necesidades del pueblo, sino que convita a la dependencia al consumismo y al privilegio de políticos corruptos y banqueros ladrones. Es importante, entre todos, cambiar ese rumbo.

senelio ceballos
 4/5/14 16:53

NUEVA ERA..Federaciones!!! ELSA, saludos desde la ODESSA en llama!! ..Lo que si ha quedado claro... que las cosas a la fuerza..NI EL MATRIMONIO!!! ..Los grandes de aquella Epoca..Inventaron LA RDA y la RFA... que sucedio despues? ..Otros grandes inventaron..Vietnam del SUR y del Norte... que sucedio despues? ...Los inventores de Corea del Norte y del Sur...CADA ANNO..Vemos tensiones militares alli... Los jefes de la URSS y los Occidentales..inventaron algo que le llamaron..UCRAINA... que vemos hoy en ODESSA?... OJALA..los abuelitos espannoles sean mas inteligentes y no corra la sangre!!!!

Zayra
 4/5/14 13:59

Muy bien expuesto el artículo sobre Cataluña, las aspiraciones de la población que habita ese territorio y la política rígida del PP. felicitaciones a la periodista Elsa Claro

Deja tu comentario

Condición de protección de datos