lunes, 30 de septiembre de 2024

Definiciones casi a la vista

El supermartes de este 15 de marzo perfiló aún más a los posibles contendientes por la presidencia norteamericana...

Néstor Pedro Nuñez Dorta en Exclusivo 17/03/2016
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En efecto, las victorias este último martes de la demócrata Hillary Clinton y del republicano Donald Trump en sus respectivas disputas partidistas para nominar a los candidatos a la jefatura de la Casa Blanca, les han hecho mucho más expedita la concreción de sus aspiraciones.

Con comicios primarios en los estados de la Florida, Ohio, Misuri, Carolina del Norte e Ilinois, la más reciente jornada  mostró que tanto Clinton como Trump aparecen como los contrarios con más posibilidades de verse las caras en las próximas elecciones nacionales.

La ex primera dama pudo aumentar significativamente su ventaja con relación al otro aspirante demócrata, Bernie Sanders, considerado de ideas sumamente liberales y de corte progresista, aunque este último insiste en mantenerse en campaña y espera iniciar un repunte en las cercanas primarias en áreas del país golpeadas con fuerza por la crisis económica y sus nocivas derivaciones sociales.

Tal es así que, según algunos analistas, es muy probable que la Clinton se vea obligada a contemporizar con algunos de los puntos de vista de Sanders con el propósito de intentar restarle influencias, sobre todo entre amplios sectores de jóveniles y obreros.

De todas formas, ya no es raro que en algunas de sus intervenciones públicas la aspirante dedique un mayor tiempo a denostar de la figura del republicano Donald Trump que de su oponente en la carrera hacia la candidatura demócrata, lo que indica que confía cada vez más en su nominación, evidentemente bien vista por la decisoria cúpula de su partido.

En el caso de los republicanos, el titulado “fenómeno Trump” sigue causando dolores de cabeza a  una dirigencia interna asustada e inquieta ante un aspirante que mezcla, desde las críticas al statu político vigente, hasta la amenaza de obligar a México a construir un muro fronterizo que detenga el paso de inmigrantes hacia los Estados Unidos, o negar la llegada al país de cualquier musulmán.

No obstante, en este reciente Supermartes se anotó Trump una nueva carta de triunfo al desbancar en la Florida a Marco Rubio, senador por ese Estado, y una figura en la cual la cúpula republicana veía a una segura alternativa frente el multimillonario neoyorquino.

De hecho, Rubio debió abandonar sus aspiraciones de postularse para las cercanas presidenciales, lo que deja frente a Trump a  los candidatos Ted Cruz, senador por Texas, y al gobernador de Ohio, John Kasich, de quien se dice sería la nueva carta de la dirigencia republicana en el empeño por hacer saltar al díscolo potentado que hoy acapara los primeros planos partidistas.

Con todo, lo cierto es que luego del ejercicio electoral del 15 de marzo último, las definiciones se hacen más claras, aún cuando en materia política todo es posible en ese enorme coliseo en que se tornan los Estados Unidos  a la hora de competir por el control de la Oficina Oval.

Mientras, aquellos que ya sacan cuentas a más largo plazo, aseveran que, hasta ahora, un duelo entre Hillary Clinton y Donald Trump por la presidencia del país favorecería a la primera por 52 por ciento de los votos, contra 44 por ciento de su oponente republicano.


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Néstor Pedro Nuñez Dorta

Periodista


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