La hora de las mujeres en Brasil

Según datos revelados por el Instituto Avante Brasil, entre 2001 y 2010 fueron asesinadas 40 000 mujeres en ese país suramericano. Solo en el año 2010 hubo un feminicidio cada una hora, 57 minutos y 43 segundos, lo que se tradujo en que ese año se cometieran 4,5 homicidios por cada 100 000 mujeres.

El feminicidio es definido como el homicidio de la mujer por conflicto de género. Los crímenes son generalmente practicados por hombres, principalmente por parejas o ex parejas, en situaciones de abuso familiar, amenazas o intimidación, violencia sexual, o situaciones en las cuales la mujer tiene menos poder o menos recursos que el hombre, según explica el Instituto de Pesquisa Económica Aplicada (IPEA), de Brasil.

En su informe, “Violencia contra la mujer: feminicidio en Brasil”, indica además que aproximadamente el 40% de todos los asesinatos de mujeres en el mundo son cometidos por un compañero íntimo. En contraste, esta proporción es cercana al 6% entre los hombres asesinados. Es decir, la proporción de mujeres asesinadas por su pareja o ex pareja es 6,6 veces superior a la proporción de hombres asesinados por su compañera o ex compañera de vida.

El texto concluye que las mujeres jóvenes son las principales víctimas en Brasil: 31% de las mujeres muertas estaban en la franja etaria de 20 a 29 años y un 23% de 30 a 39 años.

El propio gobierno ha reconocido que 100 000 mujeres perdieron la vida por medios violentos desde 1980 en el país y el 68% de las muertes ocurrió en la casa de la víctima.

La consideración de la mujer como un objeto, la discriminación y el machismo están entre las posibles causas de las agresiones contra las féminas.

Para expertos, la situación en Brasil es el resultado no solo del poder que sienten tener los hombres en esta sociedad sino también de la impunidad con que son tratados aquellos que cometen feminicidio.

Sin embargo, la actual administración de la presidenta Dilma Rousseff pretende cambiar este panorama como parte de un amplio programa de gobierno que incluye mejoras sociales, económicas, pero también protección legal.

La mandataria aprobó este lunes una ley que tipifica el feminicidio en el Código Penal, antes había sido aceptada por el Congreso brasileño.

Sabemos que 15 mujeres mueren por día en Brasil apenas por el hecho de ser mujeres (…). No acepten como algo inevitable la violencia de género”, señaló la jefa de Estado brasileña.

“Los números son chocantes, muestran cómo las brasileñas son sometidas a una violencia inaceptable, que ocurre en todas las clases sociales, en las calles, en los lugares de trabajo, en las escuelas y, sobre todo, dentro de casa”, agregó.

En Brasil se ha avanzado en gran medida en la mejora de la calidad de vida de sus ciudadanos, se registró un crecimiento económico y se redujo la pobreza, a estos progresos se le suma ahora una ley más fuerte y necesaria contra la violencia contra las mujeres.

La nueva norma agrava las penas para quienes asesinan a una mujer por razones de género, es decir, cuando el crimen involucra violencia doméstica y familiar, o menosprecio y discriminación contra su condición de mujer. También establece el feminicidio como un agravante del crimen de homicidio.

Al calificar esos asesinatos como feminicidio, bajo un modelo de la ley brasileña que endurece castigos para los llamados “crímenes aberrantes”, las sentencias se elevan de entre 12 a 30 años de prisión. El código penal establece sentencias de entre ocho y 20 años para los homicidios.

Asimismo, si una mujer es asesinada estando embarazada, o enfrente de sus hijos u otros familiares, la pena aumenta un tercio. Lo mismo si la víctima es una menor de 14 años, mayor de 60, o con deficiencia.

Por otra parte, la nueva legislación detalla que antes de ser condenados, los sospechosos no tienen derecho a libertad bajo fianza. Y aún después de la condena no pueden solicitar amnistía y el plazo para obtener la libertad condicional es mayor.

A propósito de la tipificación como feminicidio, la ministra de la Secretaría de la Mujer, Eleonora Menicucci, expresó que “esto distingue el crimen violento contra las mujeres de los crímenes generales. Es un proyecto para el bien de Brasil porque, siendo favorable a las mujeres y contra la violencia que afecta a cualquier mujer, estamos dándoles un instrumento de protección y garantía”.

Por su parte, la ONU mostró su satisfacción por la ratificación en Brasil del proyecto de ley contra el feminicidio.

“La aprobación del proyecto de ley que clasifica el feminicidio como 'crimen hediondo' es un avance político, legislativo y social por tratarse del asesinato de mujeres por razones de género”, afirmó Nadine Gasman, representante de la ONU Mujeres en Brasil.

El texto del actual proyecto modificará el Código Penal al endurecer la llamada Ley María da Penha, una severa legislación destinada a combatir la violencia doméstica y de género que entró en vigor en el año 2006 en Brasil. Esta ley colocaba el asunto bajo responsabilidad del Estado, pero no tipificaba como delito el feminicidio.

La ley fue apodada en homenaje a una bioquímica que luchó durante años para que su marido, un economista colombiano, fuese condenado por intentar asesinarla en 1983 dos veces y por haberla dejado parapléjica.

Aunque la aprobación de la ley María da Penha hizo que en el año 2007 la tasa de feminicidio bajara sensiblemente de 4,6 a 3,9 cada 100 000 brasileñas, en el próximo año volvió a situarse en los mismos niveles, destacaba el estudio del Instituto Sangari y la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales.

En este contexto, en agosto del año 2013, Rousseff aprobó también una ley que penaliza la violencia sexual. La norma obliga a todos los centros de salud a atender a las víctimas y brindarles tratamiento contra las enfermedades de transmisión sexual y el virus de inmunodeficiencia humana.

A lo que se suma, la obligación de suministrar a las víctimas la píldora anticonceptiva de emergencia y, en caso de embarazo, tienen derecho a que se les realice un aborto.

Brasil es el 16º país de América Latina en aprobar una ley que tipifica el feminicidio, como ya lo han hecho Argentina, Chile, Colombia, México, Perú y Venezuela, entre otros.

Aunque, la nueva legislación podría marca una diferencia en cuanto al enfrentamiento y condena a la violencia contra las féminas, organizaciones defensoras de los derechos de las mujeres y diferentes expertos brasileños coinciden en que es necesario otras medidas enfocadas en el combate a la violencia contra la mujer, la protección de las víctimas y la reducción de lasdesigualdades de género.