En plena apertura de los colegios electorales norteamericanos, las conjeturas llenan el espacio en torno a cual de los dos candidatos, el demócrata Barack Obama, o el republicano Mitt Romney, accederá a la Oficina Oval por los próximos cuatro años.
Para la mayoría de los analistas solo existe un punto claro: estos comicios apuntan a clasificar entre los más reñidos, aún cuando al inicio de la campaña todo parecía indicar que el actual presidente lograría su reelección sin mayores dificultades.
De hecho, una encuesta de última hora aparecida en el influyente The Washington Post, y reproducida ampliamente por la prensa internacional, augura un empate técnico con 48 por ciento de las boletas para cada uno de los aspirantes en lo que respecta al llamado voto popular.
El rotativo afirma además que, a su juicio, “la clave del desempate la tendrán los votos electorales de Estados como Colorado, Florida, Iowa, Nevada, Nuevo Hampshire, Carolina del Norte, Ohio, Virginia, y Wisconsin, donde al parecer el actual mandatario tendría un cierto margen de ventaja.
Tal vez por eso otras encuestas se referían días atrás a que “la mayoría de los norteamericanos espera un triunfo del presidente en funciones.”
Así, Gallup aseguraba entonces que 54 por ciento de los electores estiman que Obama saldrá al frente, contra 34 por ciento que consideró a Romney el próximo jefe de la Casa Blanca.
Otras consultas intentaron ser más específicas, y predijeron, por ejemplo, que Barack Obama tenía una leve ventaja sobre su oponente en los conflictivos estados de Ohio y Florida, tradicionalmente cruciales en tiempos de elecciones.
En el primer caso, el jefe de estado supera en solo un punto a Romney, 48 por ciento contra cuarenta y siete; y en el segundo los guarismos son de 49 por ciento para el demócrata y 47 para el republicano. Desde luego, si se toman en cuenta márgenes de error de unos tres puntos porcentuales, se puede hablar casi con certeza de un empate técnico en ambos casos.
Por otro lado, están las cifras que clasifican los votos posibles a partir de grupos étnicos y por género.
Esos estudios explican que Obama ganaría el sufragio de los negros e hispanos, así como el femenino. Mientras, Romney acumularía una cifra superior entre los hombres de raza blanca.
Los informes van más lejos, y aseguran que entre los llamados votantes independientes -aquellos no afiliados a ninguno de los dos bandos oficiales- el presidente y su retador aparecen con 46 puntos porcentuales cada uno, es decir, también a la misma altura.
Y con toda esta madeja de noticias, conteos, análisis, interrogantes y especulaciones es que acuden los electores norteamericanos a las urnas para escoger al nuevo presidente y designar a buena parte del cuerpo legislativo, en una lid donde los gladiadores, si bien visten diferentes armaduras, responden al interés y al capricho de un mismo César.
En pocas palabras, que una vez en la butaca, cada uno arañará la cáscara a su manera, pero ninguno intentará cambiar la semilla. Tiempo al tiempo.
María
5/11/12 15:07
Si por mi fuera votara por Obama, mejor malo conocido que PEOR por conocer. Ese Romney fundamentalista taliban...
Términos y condiciones
Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.