Cambios en el boxeo... ¿para bien o para mal?

El reciente acuerdo tomado por la AIBA, Asociación Internacional de Boxeo Amateur, de elevar a 10 las divisiones convocadas para participar en la IV Serie Mundial de Boxeo, en las que se incluyen púgiles profesionales, satisfizo a la alta dirección del boxeo cubano que desde el primer momento se manifestó en contra de que fueran solo cinco, tal como ocurrió en los tres torneos anteriores.

La información concedida a Cubahora por Alberto Puig, Comisionado Nacional de este deporte, agrega que la IV Serie Mundial, en la cual debutarán los cubanos, está programada para inaugurarse el próximo noviembre con presencia de 10 equipos representativos de igual número de naciones, divididos en dos llaves

Las peleas, reiteró el federativo, constarán de cinco asaltos con tres minutos de duración cada uno y otro de descanso. Los guantes a usar tendrán un peso de 10 onzas hasta la división de 64 kilos y de 12 a partir de los 69. Además, desde el primero de junio entrante se prescindirá de la cabecera, la cual fue implantada en abril de 1984 para —se dijo entonces— proteger a los boxeadores.

Esta medida ahora ha desatado no pocas polémicas entre quienes se manifiestan a favor de su eliminación y los que abogan por su permanencia en aras de la pregonada mayor protección para los contendientes.

Considero lógica la controversia, pero no estoy de acuerdo con echarle “todo el muerto” a la cabecera de lo deslucido de nuestro espectáculo de boxeo en los últimos tiempos, con las gradas virtualmente vacías y las frecuentes visitas de los asistentes al baño o a la cafetería.

¿Olvidan acaso los combates que unos años atrás, con cabecera, repetidamente ponían de pie al respetable? Qué decir del colorido que a una cartelera imprimía, no obstante la cabecera, el ímpetu de Félix Savón, Balado, Héctor Vinent, Maikro Romero y tantos otros que con solo saltar las cuerdas y entrar al ring provocaban el delirio en la afición. ¿O es que se ha olvidado el choque de trenes entre Stevenson y el miura soviético Valeri Abadzhan en la final del Torneo de la Amistad 1984?

No solo fue la cabecera. Fueron otras las causas que ahuyentaron a los espectadores; pesaron más que la cabecera el desempeño sobre el ring de nuestros atletas que, alertados por sus esquinas, ponían marcha atrás por todo el ring apenas se conocían con ventaja en la puntuación, por mínima que esta fuera. Lejos de escucharse las acostumbradas voces de “síguelo, síguelo” “no lo dejes escapar” predominaban las de “muévete” “ve atrás que no te puede dar” etc. Entonces lo importante era ganar… ¿y el espectáculo?

La votación también registrará cambios. Los jueces podrán utilizar la máquina para marcar los golpes, pero al final de cada asalto el oficial evaluará en su tarjeta, además de los puntos computados por la máquina, la fortaleza de los golpes propinados por cada peleador, su mejor boxeo, el estado físico en que terminó cada uno de ellos. Valorado todo esto emitirá su decisión en cuanto a quien corresponde ese asalto.

Me explico mejor: Sucede que al púgil de la esquina roja la máquina le acumula 10 puntos, por 8 al de la azul, pero lo que no refleja la máquina es, reitero, la potencia de los golpes; es probable que de los 10 golpes de la roja cinco hayan sido efectivos y cinco simples “galleticas” que por llegar al rival el árbitro los marcó; sin embargo, de los 8 que se anotaron al de la esquina azul 6 fueron sólidos; estas apreciaciones el juez las tomará en cuenta al emitir su fallo del round.

Por estos días finaliza la III Serie Mundial de Boxeo. La IV que marcará el debut de Cuba en estos certámenes comenzará, reiteramos, el próximo noviembre y se extenderá hasta mediados de 2014. Esperemos pues los acontecimientos.