El debut de la selección cubana de béisbol en el III Clásico Mundial fue el mejor posible; aunque la victoria de 5 carreras por 2 sobre Brasil pudo ser más amplia y todavía permanecen varias dudas sobre la condición física de Yuliesky Gourriel y Freddy Asiel Álvarez.
Los directores Víctor Mesa y Barry Larkin colocaron en el montículo a los hombres anunciados: Ismel Jiménez y André Riezo. El duelo entre los lanzadores derechos parecía que no duraría mucho tiempo, porque el brasileño entró muy descontrolado y en los dos primeros innings regaló tres bases por bolas; mientras Ismel utilizó demasiados pitcheos para dominar a la poco intimidante ofensiva sudamericana.
Ambos lograron controlar el total de lanzamientos y avanzaron en el juego, sin permitir carreras. Jiménez tuvo una situación muy complicada en el tercer inning, porque los brasileños colocaron a dos hombres en circulación, por imparables consecutivos. En ese momento, el cuarto bate Daniel Matsumoto disparó una larga línea que casi monta al jardinero central Guillermo Heredia. El matancero se desplazó hacia atrás con rapidez y, en el último momento, extendió el guante para atrapar la pelota. Los fanáticos cubanos respiraron aliviados.
Después de un inicio incierto, Riezo controló por completo a la ofensiva cubana. En cuatro capítulos la casilla de imparables de los antillanos en el Domo de Fukuoka seguía en cero y la preocupación era visible en el rostro de Víctor. Los bateadores lucían desesperados y no aparecía la conexión oportuna.
En el quinto capítulo, Riezo comenzó con base por bolas a José Miguel Fernández. Le correspondía el turno a Eriel Sánchez, un jugador no acostumbrado a tocar la pelota. En una decisión controvertida, el mentor cubano insistió en tres ocasiones consecutivas con el intento de sacrificio. Sánchez falló las tres oportunidades, por lo que fue out automático.
Las opciones antillanas renacieron cuando Erisbel Arruebarruena—quien tuvo un gran partido—bateó muy bien por detrás del corredor y llevó a Fernández hasta la tercera base. Desde allí entró por un roletazo de Heredia. Cuba tomó la delantera 1 por 0 y Riezo abandonó el montículo, por el total de lanzamientos.
El primer relevista, Ernesto Noris, soportó un jit al izquierdo de Alexei Bell que impulsó la segunda carrera del inning. Con ventaja en el marcador, Ismel lució más cómodo y, tras alcanzar el límite de lanzamientos, le entregó la pelota a Freddy Asiel Álvarez, un inesperado relevo, porque muchos esperaban que el villaclareño abriera el desafío frente a China.
En el principio del sexto inning despertó la ofensiva cubana. Frederich Cepeda y José Dariel Abreu conectaron imparables. Con Alfredo Despaigne en la caja de bateo, Víctor ordenó nuevamente el toque de sacrificio. El slugger granmense, poco acostumbrado a ese tipo de jugadas, erró. Afortunadamente esta vez el manager no insistió y permitió que Despaigne hiciera swing fuerte; pero recibió un pelotazo y las bases quedaron llenas.
Larkin sacó al relevista Gabriel Asakura y colocó a un zurdo, ya que le correspondía batear a Fernández. Sin pensarlo dos veces, Víctor sentó a su segunda base regular y seleccionó como emergente a Raúl González, un derecho. El avileño conectó un roletazo con el que impulsó la tercera carrera cubana.
Luego vino el imparable de Sánchez que volvió a repletar las almohadillas. Unos minutos más tarde, Arruebarruena disparó un valioso jit al izquierdo que trajo dos anotaciones más. El juego se había ido de un solo lado, 5-0; pero la tranquilidad en el banco cubano no duraría mucho tiempo.
Los errores defensivos complicaron a Freddy Asiel en el final del sexto inning. Una pifia de José Dariel Abreu sobre un fácil tiro de Arruebarruena, un passball de Sánchez y un roletazo a primer que debió ser out le permitieron a Brasil recortar la diferencia a solo tres anotaciones (5-2).
Antes de que iniciara el séptimo episodio, Víctor tomó una decisión osada: sentó a Freddy Asiel y envió a la lomita al joven Raciel Iglesias. Muchos temieron que la inexperiencia fuera aprovechada por los brasileños; sin embargo, Iglesias lució como un veterano y silenció, por completo, a la ofensiva rival en tres entradas. Solo permitió un jit y propinó cinco ponches, tres de ellos en el noveno inning.
La derrota prácticamente eliminó a los brasileños del III Clásico Mundial y los cubanos podrían asegurar un puesto en la segunda fase si vencieran a China en su siguiente desafío.
El duelo contra los brasileños demostró varias cosas: Arruebarruena está en muy buen momento, con el bate y el guante, al igual que Cepeda; pero Yuliesky Gourriel, quien se fue de 5-0 y dejó a cinco hombres en circulación, necesita descender en la alineación.
Desde el montículo, Jiménez reafirmó su condición de primer lanzador del staff y Freddy Asiel volvió a lucir inestable; mientras, Iglesias fue lo mejor de la noche. ¿Quién será el abridor frente a los chinos? Esa pregunta probablemente tenga una respuesta más convincente después de que el cuerpo técnico conozca el resultado del desafío entre Japón y China.
José Vázquez
4/3/13 17:37
Es formidable la actuación de Cuba en el Tercer Clásico de Beisbol.
renuco
3/3/13 6:52
QUE BIEN POR NUESTRO EQUIPO, TODOS JUGARON(COMO DEBE SER), LO UNICO DESFAVORABLE, NUESTRO 3ER BATE NOS MATA TODOS LOS RALLY, SALUDOS.HASTA CUANDO,LOS JAPONESES SENTARON A SU ESTRELLA PORQUE NO BATEA Y NOSOTROS....
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