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martes, 26 de noviembre de 2024

El as de los Tigres

Vladimir García, el "Cañón de la Trocha", conversa de su carrera, de sus metas y de lo que significó ser Campeón Nacional...

Alexandra Duncan en Exclusivo 25/06/2012
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Vladimir García
Ciego de Ávila es el equipo campeón nacional; Vladimir García, fue su artífice. (Juan Moreno Hernández / Cubahora)

Ciego de Ávila es el equipo Campeón Nacional. Es el fruto del empeño de un colectivo que trabajó a sabiendas de que el título era la única opción de redención para una generación tan aguerrida como la que constituye la base de esa novena.

Vladimir García fue su artífice. El diestro de Morón cumplió, metido en la mejor contienda de su vida, su sueño. Diecinueve victorias (15 de manera consecutiva) apuntalan su excelente temporada; aderezada con un promedio de efectividad inferior a las dos carreras limpias por juego.

Las bondades de las Tecnologías de la Información Contemporánea (TIC) nos permitieron conseguir declaraciones del Cañón de la Trocha, que ahora interviene en los topes que celebran Cuba y Nicaragua en esa hermana nación. Aquí los detalles de este joven y portentoso lanzador que fuera as en la coronación de los Tigres en el Campeonato Cubano de Béisbol (temporada 2011-2012) y que, desde ya, está llamado a ser puntal en la selección nacional cubana.

—Hola Vladimir, te propongo comenzar por la recién finalizada Serie Nacional. La temporada 2011-2012 fue excelente para ti: 19 victorias, 15 de ellas de forma consecutiva, y un promedio inferior a las dos carreras limpias por partido. ¿Cuál es la clave?

—La dedicación y el deseo con que uno se prepare. Eso y la disciplina son claves para un buen rendimiento.

—Se decía que tenías molestias en el brazo de lanzar. Coméntame qué era exactamente y cómo estás hoy.

—Padecí de una inflamación en los músculos del codo producto del esfuerzo que hice al trabajar tantas entradas, pero gracias al equipo de rehabilitación y a Dios ya estoy bien. Totalmente recuperado.

 —Cinco victorias en seis salidas en los play off. ¿Qué tal la experiencia?

—Me siento muy contento. Cada vez que ganaba un partido sentía mucha satisfacción porque sabía que ponía mi granito de arena en nuestra lucha por llegar a la cima de la pelota cubana. Esos cinco triunfos son mi contribución a la victoria de mi equipo.

—¿Qué partido supuso mayor presión?

—El primero de la final contra Industriales.

—Un juego reñido, que pasaría a ser muy recordado por el batazo de foul que pegó Tabares en el final del noveno capítulo. ¿Qué sentiste cuando salió la conexión?

—Bueno, imagínate…, con el juego tan pegado como estaba, aparece Tabares, a la hora de recoger los bates, y me saca ese batazo. Si soy sincero, creo que yo lo saqué de foul con los ojos. Estoy seguro que salió foul por la fuerza con que deseé que no se fuera de jonrón. Cuando vi que la pelota pasó por fuera de la varilla y que el árbitro lo decretó así, sentí un alivio enorme.

—Ser Campeón Nacional, ¿cómo se siente?

—Es un sueño, mi sueño. Por momentos pensé que no lo cumpliríamos. El año anterior habíamos estado en la final y no lo logramos. Sin embargo, con mucha voluntad y esfuerzo, conseguimos estar de nuevo en una final y alcanzamos el título en este 2012. Es el premio a nuestro trabajo, y es algo que me marcará por siempre. Podemos ganar una y otra vez, pero esta, que ha sido la primera vez de Ciego, será un recuerdo para toda la vida.

—El equipo de Ciego de Ávila, los Tigres, ¿qué representan para ti?

—Ciego es lo más grande de mi mundo. Somos uno, puro coraje. No somos un equipo, tampoco un gran equipo; somos más que eso, somos un equipo inmenso.

—Ahora, hablemos de ti y de tu carrera. ¿Siempre pensaste en ser lanzador?

—Empecé como tercera base en la categoría 9-10 años; después, con la ayuda de los entrenadores, supe que como lanzador podría tener un buen rendimiento y me especialicé en esa área. Lo que sí siempre tuve claro es que quería jugar a la pelota. Eso era lo mío, quería ser pelotero como mi padre (Juan García Faba).

—Has tenido incursiones como relevista y como abridor. ¿En qué rol te sientes más cómodo?

—Trabajar como abridor me ha dado muchas posibilidades. Es una tarea en la que me siento más relajado. Creo que permite un poco más de libertades. El lanzador tiene más protagonismo y puede aprovechar el tiempo en el box para experimentar y profundizar en su forma de lanzar. No obstante, a mí me gustaba más la responsabilidad de ser cerrador.

—Entonces, ¿por qué el cambio de función?

—He escuchado a muchas personas decir que fue un paso para tener más opciones en el equipo Cuba, pero la verdad es que la decisión fue producto de la necesidad que teníamos en la provincia. En Ciego de Ávila no había más nadie para abrir en ese momento, y yo era el único que podía hacerlo; de ahí viene el cambio. Fue una estrategia para ayudar al equipo.

—En la temporada pasada, ¿cómo recibiste la noticia de que quedabas fuera del equipo Cuba?

—Fue un gran golpe. Yo tenía esperanzas. Estuve bien en la serie y en la preparación no lo hice mal.

—¿Y cómo lo asumiste?

—Quedarme fuera fue un incentivo, me motivó a trabajar más fuerte con el deseo de salir adelante y volver al equipo nuevamente.

—Ahora has regresado; fuiste el pelotero número 25 convocado a la preselección que está hoy en Nicaragua. ¿Cómo sucedió?

—Me llamaron de la Comisión Nacional, ahora no recuerdo el día exacto, y me dijeron: “Entrena, que te vas con nosotros”.

—¿Qué es para ti el equipo Cuba?

—Para mí, como jugador, es lo más grande, porque es el fruto que siempre se desea recoger después de tantas jornadas de trabajo. También es lo que todo el mundo espera de ti. Es el regalo que le doy a mi familia por todo el apoyo que siempre me brinda.

—¿Alguien que te inspire?

—Siempre hay personas que te marcan y que te inspiran a superarte a diario; puedo mencionar dos que han sido referente y punto de apoyo para mí: Pedro Luis Lazo y Yulieski Gourriel, quien es como un hermano y me ha ayudado con su confianza y experiencia en el equipo nacional. En la vida, pues mi papá, él fue, ha sido y será el motor impulsor de mi carrera.

—¿Cuáles son tus aspiraciones como parte de la Selección Nacional?

—Trabajo a diario por ello. Quiero ser parte del equipo por muchos años, integrar el staff de lanzadores y ser de los primeros durante ese tiempo. Mi aspiración es estar en el equipo y que podamos ganar en el Clásico Mundial.

—¿Tienes metas para 2013?

—Sí, siempre hay que pensar en superarse, por eso quisiera ampliar la cadena de victorias, ayudar a que mi equipo avance, ganar más de 20 juegos y lograr mantener el título. Como ves, son metas altas, pero con esfuerzo y compromiso todo es posible.

—¿Qué bateador (o bateadores) se te hace más difícil enfrentar?

—Ramón Tamayo (provincia de Granma) y José Dariel Abreu (Cienfuegos). Se me hace bastante difícil dominarlos.

—Y los pelotazos, ¿son siempre tan “accidentales”?

—Sí, casi todos son ocasionales.

—¿Cómo ves la salud del pitcheo cubano hoy?

—Creo que vivimos un buen momento. Hay lanzadores jóvenes y de mucha calidad.

—Algún mensaje para el pueblo que te sigue.

—Pues agradecerle por el apoyo, y que tengan confianza en Vladimir García; no los defraudaré. Todavía me quedan muchas metas que alcanzar y las saldaré con resultados para todos. Realmente es importante el apoyo que se recibe, es un impulso para superarme cada día.


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Alexandra Duncan


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