Airbnb se une a otras empresas y comienza negocios en Cuba

Hace unos días un hombre vestido con un original disfraz de pizza contrastaba con la atmósfera grisácea del calles de Centro Habana. Independientemente de su colorida visualidad, el personaje llamaba la atención por su notable esfuerzo para nunca bajar los brazos y porque repartía, siguiendo el patrón de la nueva forma de distribución popular de propaganda, unos volantes que nos invitaban al gran acontecimiento del año según el curioso repartidor: La apertura del primer establecimiento de la marca McDonald’s en la Isla.

Imagino que la noticia no sorprendió a ninguno de los que la escuchamos a pesar de que llegaba en manos de un hombre-pizza. Aunque sospecho que la supuesta sucursal de una de las más reconocidas corporaciones de comida rápida del mundo no haya sido más que una broma o una imitación pues hasta el momento no existe ningún pronunciamiento oficial de la empresa respecto a su disposición instalarse en Cuba, no sería extraño que en futuro cercano veamos una M gigantesca en alguna esquina habanera anunciando la venta de hamburguesas y papas fritas.

De hecho, desde el llamado deshielo de las relaciones entre la mayor de la Antillas y EE.UU no ha sido raro escuchar rumores sobre la llegada o al menos el interés por el mercado cubano de exitosas empresas norteamericanas como la plataforma de videos Netflix o la de tarjetas de crédito American Express.

Luego del pasado 17 de diciembre es raro no ver algún crucero anclado en el Puerto de la Habana, del mismo modo que se ha vuelto habitual escuchar a cualquier amigo decir que sus familiares vuelven a Cuba después de muchos años de ausencia.

Así, desde aquel inolvidable mediodía una sensación de inexplicable ilusión se ha ceñido sobre la esperanza de muchos cubanos que ven en la entrada del capital y las empresas estadounidenses una oportunidad para mejorar su economía. Fundada o no, es necesario advertir que esta excesiva emoción no deja de ser en cualquier caso una peligrosa cuestión de fe que arrastra innumerables sugestiones pero que, como la propia fe, es siempre irrefutable.

Airbnb llega a Cuba

Con respecto a las relaciones Cuba-EE.UU en los últimos días la notica de moda en la web ha sido la declaración del portal de alquiler de viviendas online Airbnb de que comenzará a ofrecer servicios para la tramitación de hospedajes en la Isla a clientes estadounidenses.

Según datos de la propia compañía a partir de diciembre pasado los usuarios norteamericanos han incrementado la búsqueda online de casas particulares para el alojamiento en Cuba en un 70% a pesar de que tradicionalmente había sido difícil para ellos acceder a estas plazas. Dichas estadísticas dieron al traste con el hecho de que ahora más de mil viviendas de todo el país pueden ser reservadas desde la página del mencionado sitio.

Según un comunicado de la empresa con sede en San Francisco, como ya se sabía sólo las personas autorizadas a partir de alguna de las 12 categorías que validan los viajes a la Isla a saber visitas familiares o con fines académicos, culturales, deportivos o religiosos, tendrán acceso al servicio. En esta cuerda sus directivos alegaron que el otorgamiento de visas desde enero pasado ha sido sumamente flexible y esperan que dicha tendencia continúe en ascenso con los futuros diálogos.

Nathan Blecharczyk, cofundador de la compañía, afirmó en el comunicado su satisfacción por la llegada al mercado cubano y señaló que los más de mil propietarios que se han inscrito en el portal de Airbnb cuentan con viviendas de calidad para ofrecer un buen servicio a los turistas aunque manifestó la preocupación de la parte norteña con respecto al poco acceso a Internet de los arrendadores asociados.

Si bien la asociación favorece sobremanera a los cuentapropistas nacionales que podrían ver considerables mejoras en sus negocios, precisamente el bajo nivel de conectividad es lo que constituye hasta el momento el principal problema pues dificulta muchos de los procedimientos clásicos de la corporación como es el caso de la verificación de las reservas y el recibo de sus pagos.

A pesar de que todavía quedan cabos por atar es innegable que muchos dueños de casas de alquiler han encontrado en Airbnb grandes expectativas donde muchos verían escollos y con su actitud demuestran porqué las empresas norteamericanas nos ven con buenos ojos.

De esta forma, las recientes declaraciones de General Motors, Netflix y American Express no solo nos dan a entender que su interés en Cuba no es cosa de uno o dos consorcios sino que el acercamiento ora vertiginoso ora sosegado entre los dos países es una excelente oportunidad comercial para ambos. Airbnb ya se ha sumado al grupo. Quién vendrá después ¿Realmente McDonald’s?