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lunes, 25 de noviembre de 2024

Cooperativas para trasformar economía

El cooperativismo, junto a los trabajadores por cuenta propia y la empresa estatal socialista, contribuyen a transformar el escenario económico cubano...

Yuniel Labacena Romero en Exclusivo 09/07/2014
4 comentarios

Parece “extraño”, pero las Cooperativas no Agropecuarias —como nueva forma de gestión para nuestra economía y ampliar el diapasón de ofertas para satisfacer las necesidades de la población—llegaron este primero de julio a un año de su entrada en funcionamiento. Aun con sus altas y bajas en los diferentes sectores que se implementan de manera experimental demuestra que esta oportunidad representa un nivel superior de ingresos y que exige en su construcción sentido de pertenencia.

Fue en abril del pasado año cuando Cuba autorizó la formación de las primeras 498 cooperativas, de las cuales hasta mayo de este año han sido constituidas 249, según se precisó en la más reciente reunión del Consejo Ministros. Actualmente están presentes en todo el país y vinculadas a actividades del transporte, la construcción, la recogida de materias primas, los mercados agropecuarios, los servicios técnicos y del hogar, la gastronomía, la industria, entre otros.

Aquellas nacientes 124 cooperativas que comenzaron a andar en julio del año pasado, de las cuales 112 se desprendieron del sector estatal y el resto surgieron esencialmente de trabajadores por cuenta propia, despertaron —o provocan todavía— inquietudes entre el pueblo y quienes se deciden a fundarlas, sobre todo en cuanto a su concepción, procedimientos legales de creación y aprobación, adquisición de materiales para hacerlas funcionar, formas de pago y desenvolvimiento.

Sin dudas, el cooperativismo junto a los trabajadores por cuenta propia y la empresa estatal socialista contribuyen a transformar el escenario económico cubano, benefician a todos porque aportan a la economía del país, a la de cada asociado y a la población que recibe los productos y servicios.

En ello coincidíamos luego de un diálogo extenso y profundo con el Doctor Hiram Marquetti, investigador del Centro de Estudios de la Economía Cubana, quien señaló que fundar las cooperativas fue un paso de avance, pues genera una dinámica de trabajo colectivo y de socialización de los recursos y medios de producción que hasta la fecha se había desestimado.

“Por tanto es valioso en el contexto que vive el país, que busca una base económica y empleo de los recursos. Sin embargo, no se deben ceñir a una simple forma de gestión sino que hay que ver hacia el futuro la perspectiva de que sean parte del arsenal de las formas de producción típicas de la construcción socialista”, explica.

Asimismo, destaca el atraso que significó no ampliar antes el cooperativismo fuera del sector agropecuario. “Nosotros aceptamos de los años 70, que esta opción era válida para organizar ese sector, sin embargo, como esta experiencia no tenia tanta fuerza en el momento que tuvo esta decisión, lo restringimos al hábito agropecuario, y de uno u otra manera nos rezagamos en este tema.

”Esta posibilidad demuestra que es mucho mejor la forma colectiva que la individual en materia de economía. Igualmente, genera una suerte de compromiso a nivel de las instituciones de Gobierno desde lo local y en los propios trabajadores, quienes ahora poseen más sentido de pertenencia hacia su trabajo, por las ganancias y beneficios que esto implica”, comenta.

Igualmente, explicó que estas no están ubicadas en ámbitos estratégicos de la economía, sino en sectores que tienen importancia desde el punto de vista de la población. “Quizá se deba esto a la gradualidad que acompaña este proceso y la experimentación que regula cada paso. No podría, desde el inicio aceptarse, en otros sectores más importantes”.

Hiram Marquetti advierte que son imprescindibles las cooperativas en el sector de los servicios, pues contribuyen a modificar la imagen que tienen muchos sectores vinculados a la población, sobre todo en calidad y opciones. Además, valora de positivo que surjan sobre la base de arrendamiento de inmuebles del Estado, lo que resulta novedoso y denota que los debates con anterioridad vinculados a esta forma de gestión van teniendo resultados para mejoras económicas y sociales.

“Es importante también su registro desde el punto de vista jurídico, porque ello fortalece la capacidad de acción de incidencia del Estado, que es quien las aprueba. Es muy trascendental este paso que se puede visualizar de forma muy atinada y en los principales sectores que necesitamos.

”En un futuro, las cooperativas pueden llegar y deben convertirse, en un proceso de maduración y desarrollo para la producción socialista. Esta nueva forma de gestión va a incrementarse porque es más sólido el trabajo colectivo, conciliar determinados mecanismos y la capacidad negociadora”.

ANDAR DE COOPERATIVAS

El desarrollo del cooperativismo en Cuba alcanza resultados notables a partir de 1959, con el triunfo de la Revolución. Anteriormente, las carencias legales y reales no posibilitaron la introducción de una cultura cooperativa, concierto societario o voluntad asociativa que las hicieran asentarse y progresar, aun cuando la Constitución de 1940 estableció que el Estado cubano debía apoyar su creación.

En su artículo Las cooperativas cubanas. Una mirada desde dentro, el economista Reynaldo Jiménez Guethón destaca que el programa revolucionario de los años treinta, liderado por la Joven Cuba y Antonio Guiteras, la reconoció como una alternativa de organización social productiva. También Fidel se refiere a ellas en La historia me absolverá.

Refiere que en ese entonces, la distribución de la tierra se caracterizaba por el latifundio y la concentración de las mejores parcelas dedicadas al monocultivo en manos de unos pocos propietarios nacionales y extranjeros. Otra gran parte cultivable se encontraba ociosa. Asimismo, relata que la Revolución reconoció al cooperativismo agrícola como una forma de cooperación que permite ventajas para la modernización de los cultivos y como una vía para explotar la tierra de forma colectiva.

Como antecedentes, en octubre de 1960 se crearon las cooperativas cañeras y en 1962 las sociedades agropecuarias, que se constituyeron sobre la base de la voluntariedad de los campesinos de unir sus tierras, equipos y animales de labor para usar la tierra de forma colectiva. Ambas formas fueron efímeras, ya que en ese entonces aún no existían las condiciones necesarias para el desarrollo enérgico de la cooperación entre ellos.

Explica Jiménez Guethón que los años sesenta llegaron con la organización de los agricultores pequeños en bases campesinas para coordinar la distribución de insumos, sus producciones agrícolas, recursos materiales y para recibir centralizadamente los créditos y así nacieron las Cooperativas de Créditos y Servicios (CCS).

En 1974, fecha del aniversario 15 de la promulgación de la primera Ley de Reforma Agraria, se evidenció la necesidad de buscar nuevas y superiores formas de producción agrícola. Ello se debía realizar lentamente, por un camino progresivo y sobre la base de la voluntariedad. En esa búsqueda de nuevas formas de producción agrícola se llega en 1976 a la creación de las Cooperativas de Producción Agropecuaria (CPA).

Tras el derrumbe del campo socialista, las nuevas cooperativas agropecuarias llegan como forma de Unidades Básicas de Producción Cooperativa (UBPC), entidades de nuevo tipo en las que se entregan las tierras estatales a los trabajadores como usufructo indefinido y estos se convierten en dueños de los medios de trabajo y de la producción.

Las cooperativas agropecuarias, a partir de su desarrollo en el sector rural, han logrado una condición social muy superior. La adopción de tecnologías más modernas en la producción agropecuaria, una optimización superior en la organización de las fuerzas productivas en el campo y la mayor productividad del trabajo, son consecuencias directas de esta forma de gestión.

Se impone atender como importantes rasgos que perfeccionen su estrategia, y como alerta a las no agropecuarias nacientes: el logro de la eficiencia en todas las gestiones, la estabilidad en la fuerza laboral, el conocimiento económico-financiero y una mayor identificación con el medio. Todo ello conduciría a aumentar el sentido de pertenencia de los socios.

En esta segunda parte de la historia, como continuación de un mecanismo que ha traído buenos resultados, el Decreto Ley 305 de las Cooperativas no Agropecuarias, recogido en la Gaceta Oficial de la República de Cuba, dicta los principios de las cooperativas.

Establece que estas se sustentan en la voluntariedad, cooperación y ayuda mutua; decisión colectiva e igualdad de derecho de los socios; autonomía y sustentabilidad económica; disciplina; responsabilidad social, contribución al desarrollo planificado de la economía y al bienestar de sus socios y familiares; y colaboración y cooperación entre cooperativas y con otras entidades.

Todas estas definiciones caracterizan un modelo de gestión en el que los socios se ayudan entre sí, deciden de forma democrática la realidad de la cooperativa y luego de pagar tributos y crear fondos y utilidades, reparten el resultado de acuerdo al trabajo de cada cual.

Se especifica también que nunca las cooperativas pueden olvidar que su objetivo es contribuir al desarrollo económico y social sostenible de la nación y que en el desarrollo de sus actividades no puede haber ánimo especulativo. Las necesidades de los socios y sus familiares, sean de tipo material, social, moral, cultural, espiritual o de capacitación, deben satisfacerse por los asociados.


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Yuniel Labacena Romero

Se han publicado 4 comentarios


qbano
 22/8/14 9:56

yo coincido co el criterio expuesto por "yo"  

creo que no todo será resuelto con cooperativas! ello sería un visión simplista! en mi opinión creo que deben ser esccuhadas las criticas y para ello debe existir ese espacio donde exponerlas... a partir de allí -luego haber permitido que la sociedad descompresione etc- y mas adelante pasar las propuestas! pero para ello nuestra prensa debe ocupar su lugar! las criticas a nuetra prensa "llueven bajo el techado" o sea nuestra prensa debe ganar en profundidad de sus anlaisis para propiciar que nuestra sociedad gane en cultura del debate cultura economica etc ademas nuestra prensa de dar mejor seguimiento de los temas que expone ganar en inmediates etc con el objetivo de convertirse en la voz de la sociedad y así de algún modo ejercer la preción necesaria en pos de resolver los problemas que pudiesen ser resueltos con nuestros medios y posibilidades!

senelio ceballos
 31/7/14 14:19

Saludos YANIEL!!..PRIMERO DEBEMOS HACER - DECLARAR- PROMULGAR..amnistia economica para todos los cubanos que viven en el exterior...para que comience  a regresar el capital... `menos el que tienen las manos  con sangre!!

Angela Cadaia desde FB
 10/7/14 12:03

Y lo transformaran y mejoraran las condiciones de la transportacion.

yo
 9/7/14 7:39

No se puede seguir soñando que las cooperativas van a resolver el problema de este  pais , que dan empleo si , peor la mayoria de las formadas hasta ahora al igual que los TCP no crean valores ni aumentan el PIB del pais.

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