Impulsada por el proceso previo de discusión pública y los resultados del Sexto Congreso del PCC, la sociedad cubana ha vivido en el 2011 la profundización de los cambios que requiere la actualización del modelo económico nacional.
Los Lineamientos, aprobados en abril en la reunión comunista, son la hoja de ruta con la que el país se mueve, y se moverá, en los próximos cinco años.
Con la llegada de la pasada primavera, múltiples medidas comenzaron a ser efectivas para trasformar la realidad cubana que vivió la ampliación del trabajo por cuenta propia, el inicio de la venta agrícola directa a hoteles e instalaciones de la red gastronómica del turismo, una nueva política crediticia y el comienzo de una zafra planificada como nunca y que abre un discreto optimismo productivo.
Esas medidas son solo una muestra de los cambios que vivió la Nación, una transformación inexorable que se hace, como ha reiterado Raúl, sin apresuramientos, pero sin pausa.
Con la intención de eliminar trámites engorrosos y absurdos, este año también se aprobaron nuevas regulaciones que flexibilizan la compraventa de vehículos y viviendas.
Esas dos medidas, llegadas hace apenas unas semanas, no tienen un gran calado económico, pero sin dudas aligeran la vida de los cubanos, al tiempo que constituyen un golpe a prácticas ilegales incubadas al calor de anteriores prohibiciones.
En el Sexto Congreso, Raúl había advertido que el estado regulará los vínculos con los ciudadanos, pero que no intervendrá en las relaciones entre las personas, y esa filosofía es la que prima.
Ahora, todos, de manera libre y consciente, pueden establecer relaciones de compra y venta partir de sus viviendas o vehículos. El único requisito será cumplir con lo establecido por las nuevas regulaciones legales recién aprobadas.
Hace unos días, en la más reciente Sesión del Parlamento cubano, se conoció que la economía nacional creció este año un 2,7 por ciento, una cifra ligeramente inferior al tres por ciento previsto.
Los problemas llegaron con el incumplimiento de los planes de la construcción y montaje para las inversiones, y la producción de fríjoles, plátano, carne de cerdo o leche fresca.
Los precios internacionales de los alimentos y del petróleo, dos rubros de cuya importación depende el país, tienen una tendencia ascendente, lo que activa una señal de alarma para la nación.
Ya se sabe que el año próximo, aunque se reduzca la importación de comida por el alza de la producción doméstica, no disminuirán los gastos en ese concepto como consecuencia del aumento de los precios.
Por eso, la ministra de Finanzas y Precios, Lina Pedraza, advirtió que el presupuesto estatal para 2012 estará regido por los principios de productividad, eficiencia y ahorro.
“Se trata de no gastar lo que no ha sido creado, pauta derivada de los lineamientos del Congreso del Partido”, comentó Pedraza quien reiteró que las políticas macroeconómicas, tributarias y fiscales cubanas estarán marcadas por ese escenario en el año nuevo.
No obstante, Pedraza aclaró que no se dejarán de priorizar sectores como la educación, la salud, la cultura y el deporte, a los cuales en el año que concluye el Estado destinó más del 50 por ciento de los gastos presupuestados.
Para el año venidero se pronostica un crecimiento de la economía nacional de 3,4 por ciento, una cifra superior que obliga a tensar las fuerzas y sobre todo a trabajar duro para continuar en el camino de la transformación de Cuba.
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