Mucho se ha hablado y escrito sobre la crisis europea desde su estallido, a fines de 2009. Las más diversas opiniones pueden encontrarse al respecto. Sin embargo, en medio de tanta diversidad, son varios los elementos comunes, sobre todo en cuanto a impacto social se refiere. Específicamente en el aumento del desempleo encontramos la más “encumbrada” de sus consecuencias.
Miles de personas perdieron su trabajo en dicho tiempo. Cada mes, a lo largo de estos años, diferentes instituciones reportaron, en su mayoría, incrementos de los índices de desempleo y deterioro de la calidad de vida de las personas, con especial énfasis en los 17 países unidos por el euro.
El 2012 tampoco comenzó diferente. Según la oficina de estadísticas Eurostat, la tasa de desempleo de la población económicamente activa en la Eurzona alcanzó en enero un máximo histórico de 10,7 por ciento.
De tal forma, el paro afecta a 16,9 millones de personas, y sobrepasa en una décima el registro contabilizado en diciembre de 2011.
Una vez más la relación es liderada por España, con un índice del 23,3 por ciento, pero que en el caso de los jóvenes llega casi al 50 por ciento.
Grecia, Portugal e Irlanda son las otras naciones con mayores dificultades en el mercado laboral, resultando los estados más amenazados por los problemas de deuda.
España, Grecia y Portugal son responsables del 95 por ciento del aumento del paro desde finales de 2010 entre los 27 países que componen la Unión Europea.
ESPAÑA: UN CASO MÁS QUE PREOCUPANTE
El problema de la desocupación en la nación ibérica se ha caracterizado por tocar varios máximos históricos desde el comienzo de la crisis de deuda.
Además, el paro de larga duración (más de un año en el desempleo) se ha multiplicado por siete desde que comenzó, en 2008, la crisis económica, devenida global.
Como si fuera poco, el Ministerio de Empleo y Seguridad Social informó que en lo que va de este año se registraron algunos de los mayores aumentos mensuales en más de una década.
Gran parte de los sectores fueron impactados: servicios, construcción, agricultura, industria, entre otros. A dicha situación se unen los cálculos que esperan una tasa de desempleo sobre el 24 por ciento.
Por consiguiente, se prevé además una caída del Producto Interno Bruto, debido a la disminución del gasto público y del consumo de los hogares.
Y SIGUEN LOS PRONÓSTICOS POCO ALENTADORES PARA LA EUROZONA
Más allá de las cifras actuales, los pronósticos resultan poco alentadores.
De acuerdo con la Comisión Europea, el desempleo seguirá aumentando en la zona del euro durante 2012, a causa de la recesión a la que apuntan las previsiones de algunos analistas.
He aquí una de las principales consecuencias de los rígidos planes de austeridad, seguidos ya de contracciones económicas.
La caída del crédito, las políticas de austeridad y la pérdida de confianza en el futuro por parte de las familias, empresas e inversores sumergen a Europa en una recesión, opinan expertos.
Unido a ello, la fragilidad de la demanda interna y el deterioro de las condiciones de financiación, por el aumento de la incertidumbre relacionada con la crisis de endeudamiento, contribuirán a un crecimiento económico pobre.
Y como ya es usual, mujeres, jóvenes e inmigrantes estarán entre los primeros perjudicados. Nuevas cifras llegarán para evidenciar las crecientes dificultades, sobre todo en materia laboral, de una unión monetaria en creciente cuestionamiento.
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