La ciudad internacional de Mariel

Mariel se ha convertido en la gran puerta de Cuba abierta al mundo. En 465,4  kilómetros cuadrados comienza a levantar una ciudad internacional, llena de oportunidades para la inversión extranjera directa. Allí se yergue la Zona Especial de Desarrollo, cuya cartera de 32 proyectos fue presentada esta semana en la Feria Internacional de La Habana.

Ana Teresa Igarza, directora general de la Oficina de la ZEDM, compartió su optimismo respecto al interés de empresarios de varias naciones, especialmente a partir de tener en sus manos la nueva Ley de inversión extranjera, las normativas de la Zona, la guía del inversionista y la cartera de proyectos.

Un considerable número de empresarios acudió al foro de negocios y conoció sobre las potencialidades de la terminal de contenedores (ya a cargo de todo el mercado de la antigua terminal de La Habana) y la creación de condiciones para, una vez aprobada cada inversión, esté lista la parcela donde se ubicará.

Igarza aseguró que han recibido propuestas de compañías de más de 36 países, como China, España, Italia, Francia, Holanda, Canadá, Vietnam, Brasil y México.

Prometedoras industrias

La Zona Especial de Desarrollo Mariel puso sobre la mesa un sugestivo paquete de proyectos. Ofrece un régimen especial con apreciables incentivos y, desde luego, insiste en que se conjugue la producción con altas tecnologías, sostenibilidad ambiental y la formación y superación de la fuerza de trabajo.

Con la Ley 118 de 2014, la inversión extranjera disfruta de un marco más atractivo que con la 77 de 1995. Tan pronto entró en vigor ha habido una aceleración en el progreso de varios proyectos en tramitación.

¿En qué consisten las propuestas de la ZEDM? Principalmente, en el establecimiento de un grupo de industrias capaces de exportar sus productos y de sustituir importaciones, así como la instalación y operación de parques fotovoltaicos solares.

Uno de los proyectos pretende identificar un socio para constituir una empresa mixta con el Grupo Empresarial de la Industria Química (GEIQ): ese inversionista garantizaría financiamiento para el montaje de una nueva planta —con tecnología limpia y de punta— para la producción de 1,2 millones de neumáticos radiales.

Fabricaría el 56 por ciento para autos ligeros y el 44 para transporte pesado, con vistas al mercado interno y 400 000 unidades destinadas a la exportación.

Asimismo, la Zona Especial confía hallar un socio al Grupo Empresarial de la Industria Sidero Mecánica (GESIME), que aporte financiamiento y mercado para montar una nueva planta —siempre con tecnología limpia y de punta— en la cual ensamblar y producir como mínimo 10 000 autos ligeros anualmente, rumbo al mercado nacional y las exportaciones.

Se prevé una asociación con industrias en La Habana, para la fabricación de partes, piezas y accesorios, así como una red de servicios técnicos a nivel nacional.

Igualmente se busca un socio para GESIME, que abone 40 millones de dólares para el montaje de una nueva planta con tecnología limpia en el Occidente del país, cuya misión principal consistiría en sustituir importaciones de envases de aluminio para bebidas (cerveza, refrescos, maltas, jugos y otros), en más de 600 millones de unidades anuales.

Mientras, el Grupo Empresarial GEIQ participaría de una empresa mixta, en la cual el socio aportaría un monto de 70 millones de dólares, y cuya encomienda sería la producción de envases de vidrio para bebidas (cerveza, refrescos, rones), así como para medicamentos y conservas de alimentos, a fin de sustituir importaciones y cubrir el 95 por ciento del mercado nacional.  

De la misma manera, la cartera de proyectos incluye la confección de 47 millones de pares de calzado comercial al año. El socio extranjero de una empresa mixta con el Grupo Empresarial de la Industria Ligera (GEMPIL) asumiría el financiamiento para montar la planta en la propia Zona Especial, y evitar al Estado la compra de este calzado en el exterior.

Otras propuestas aluden a la producción de líneas diversas de vajillas de vidrio; de equipos de clima; de válvulas para cuerpos a presión, como extintores, cilindros para gas, tanques para oxígeno y acetileno; de tejidos de rafia, grandes bolsas y otros envases y embalajes; o van dirigidas a crear una empresa de ingeniería y proyectos tecnológicos.

Vegetales, aceite, vacunas…

La famosa fertilidad de los suelos de Artemisa deparó a la Empresa Cítricos Ceiba emprender un proyecto para obtener vegetales frescos, comercializarlos y también exportar, mediante el montaje de dos módulos de casas de cultivo tapado.

Sin embargo, destaca aun más la idea de instalar  una planta con tecnología limpia, productividad y eficiencia competitivos a nivel internacional, para molinar 500 000 toneladas de frijol de soya al año, a fin de obtener 85 000 toneladas de aceite refino y 375 000 toneladas de harina de soya para consumo animal.

Cuba produce actualmente 28 000 toneladas de aceite refino e importa 87 000 y, en el caso de la soya, la diferencia va de 85 000 a 360 000 toneladas.

Está incluida en la cartera la producción porcina; de levadura seca instantánea; y de confituras, caramelos, sorbetos, galletas finas, dulces, de soda, con crema y cereales para desayuno.

El Grupo de las Industrias Biotecnológica y Farmacéutica (BioCubaFarma) produce y exporta 1 099 productos entre genéricos e innovadores. Dispone de más de 800 aprobaciones de comercialización en el exterior y exportaciones a más de 50 países. No obstante, promueve la inversión extranjera directa, y busca expandir sus capacidades de producción mediante empresas mixtas en la ZEDM.

De modo que confía en hallar inversionistas para montar 15 plantas: de producción de vacunas, anticuerpos monoclonales y biofármacos, medicamentos antirretrovirales, anticonceptivos, hemoderivados, medicamentos inyectables y aerosoles, entre otros. Y planea constituir asociaciones para inversiones que brinden los servicios auxiliares.

El Estado cubano también se ha propuesto el ambicioso objetivo de tener un 25 por ciento de energía renovable para el año 2030, y la Zona Especial resulta atractiva para que una empresa de capital totalmente extranjero pueda instalar y operar parques solares fotovoltaicos.

Son tantas las oportunidades y los proyectos atractivos que los ojos del mundo se posan en el costero poblado de Mariel.