Aún funciona el Acueducto de La Habana. Muchos pudieran pensar que no, hasta su propio creador. Pero a más de 100 años de su construcción la obra presta un invaluable servicio a la población capitalina al aportar el 10 por ciento del consumo de agua. Al ingeniero Francisco de Albear y Fernández de Lara, quien desde el siglo XIX solucionó el dilema del agua en la ciudad, se debe el origen de esta trascendental obra, considerada una de las siete maravillas de la Ingeniería Civil Cubana.
A ese valioso hombre, que dedicó 37 años de su vida a tal realización, rinden tributo los ingenieros cubanos al celebrar cada 11 de enero su efeméride. En esa fecha, pero de 1816, nació Albear como también se le denominó años más tarde a la obra, que no pudo ver terminada y le llevó a contraer un paludismo que le provocó la muerte.
Entonces, vale preguntarse qué sería de la humanidad sin obras como esas o de ingenieros que entregados en cuerpo y alma acometan tan singulares episodios. Los nuestros festejan su día convencidos de que elevar la calidad, profesionalidad, eficiencia y sustentabilidad constituye en la actualidad un reto a tono con las nuevas realidades que vive el país.
Se trata de que los más de 16 000 asociados de la Unión Nacional de Arquitectos e Ingenieros de la Construcción de Cuba (UNAICC) asuman, como aseguró su presidenta Mercedes Elesther Savigne, el compromiso de contribuir a mejorar la calidad del proceso inversionista y lograr un mayor vínculo con las entidades y organismos demandantes de su asesoría.
Elesther Savigne aseguró que hay que seguir fomentando la virtud profesional, trabajar por un futuro confortable y seguro, alcanzar niveles de excelencia laboral y atemperarse, aún más, al proceso de actualización económica y social de la nación. “En nuestras manos está la necesidad de construir y mantener obras que perduren”, dijo.
Enamorar a los más jóvenes por la Ingeniería y Arquitectura constituye otra divisa fundamental para este nuevo aniversario. Se debe fortalecer a diario el quehacer, la superación profesional y el intercambio con las nuevas generaciones para que se interesen por estas especialidades y se comprometan a construir obras valiosas.
Y para ellos, como estímulo a su labor, a partir de este año será convocado por la Junta Nacional de la UNAICC un Premio Especial para jóvenes, que se une así a los que año tras año en ocasión de la efeméride se entregan por la obra y la vida en el desarrollo de esta profesión.
PREMIOS A UNA VIDA
Otra vez están los Premios Vida y Obra de Ingeniería 2014. Un reconocido jurado, integrado por los ganadores de los reconocimientos anteriores, seleccionó entre los 12 nominados, uno de cada filial de la UNAICC, para entregarle el máximo galardón por sus aportes, apoyo a la formación de nuevas generaciones y de obras en la nación.
La Sociedad de Ingeniería Hidráulica reconoció con el Premio Diosdado Fernando Pérez Franco, la labor del villaclareño Carlos Andrés Aguilar López, quien comenzó a desempeñar sus labores en esa esfera mucho antes del triunfo de la Revolución y se destaca por sus innovaciones y proyectos, sobre todo en el área del riego y drenaje.
A José Alfonso Macías Mesa, de Matanzas, laureó la Sociedad de Ingeniería Civil. Destacan sus aportes al desarrollo científico-técnico del ramo e importantes contribuciones a la construcción en el país durante el llamado Período Especial. Además de su extenso desempeño en la docencia en la Universidad matancera.
Por su parte, la Sociedad de Ingenierías Mecánica, Eléctrica e Industrial aplicadas a la Construcción premió a Rafael Fernández de Alcanza Caso, de La Habana, quien dirigió el proyecto y montaje de 15 fábricas para el procesamiento de tomate, distribuidas por todo el país y desempeño un papel esencial en la puesta en marcha de las industrias alimentaria y farmacéutica.
Asimismo, Enrique Pablo Sánchez Hernández, también de la capital, recibió el mérito de la Sociedad de Ingenierías de las Geociencias y Química aplicadas a la Construcción.
ORIGEN DE LA CELEBRACIÓN
Cuentan que el 11 de enero de 1946 surgió, por iniciativa del ingeniero Luis Silva Savio, la celebración de este día como el del Ingeniero Cubano, honrando así la memoria de Francisco de Albear y saldando una deuda histórica con ese notorio profesional que había prestigiado a la ingeniería nuestra.
La conmemoración fue aplaudida por la Junta Directiva de la Sociedad Cubana de Ingenieros de entonces, ya que precisamente ese día se cumplía el aniversario 130 del natalicio del ilustre ingeniero. En esa primera ocasión se colocó una ofrenda floral en un monumento erigido a su memoria y situado en las calles de Obispo y O’Reilly, en La Habana Vieja.
Desde entonces, la Sociedad Cubana de Ingenieros acordó celebrar con actos similares todos los años para además de honrar su memoria, crear la idea de considerar al ilustre Albear como el símbolo de la ingeniería nacional; del cual los profesionales debían seguir su ejemplo.
Ismael Glez
21/1/14 11:13
Honrar honra, recordemos a Fco de Albear y Lara en este dia y todos los dias, asi como a todos ingenieros civiles o de otras especialidades y arquitectos cubanos, q dia a dia aportan su granito de arena en el mantenimiento, cuidado y construccion de todas nuestras obras. Q viva el dia de los ingenieros y arquitectos cubanos. Gracias a todos por aguantar la descarga !!
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