Uno de los pilares del proceso de construcción de una nación es la memoria. Esta debe entenderse como el relato colectivo que se elabora en torno al decurso histórico y que funciona como filtro que conecta el pasado con el presente. Los recuerdos que un pueblo hace suyos parten del accionar de agentes diversos procedentes de disímiles escenarios. La espontaneidad y lo intencionado convergen en este complejo fenómeno que no escapa de la conflictividad inherente a lo social.
La jornada de hoy es para Cuba bien emotiva. La conmemoración del Día de los Mártires de la Patria sirve para rendir tributo a los muchos cubanos que entregaron su vida en la lucha por la libertad, la justicia social y la soberanía. Es el esfuerzo de generaciones de compatriotas lo que honramos.
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Una fecha como esta permite reflexionar en torno a cómo nos relacionamos con nuestro pasado heroico, cómo dialogamos con el accionar de esos hombres y mujeres a los cuales la Historia ha colocado en sitial de honor. Es bien conocido que en muchas oportunidades la evocación a los héroes y mártires no logra superar la frialdad de lo mecánico. Se repiten una y otra vez las viejas fórmulas de siempre y se echan a un lado los códigos comunicativos actuales. A su vez, el ayer es representado como plano acontecer dentro del cual todo estaba definido. La simplificación prevalece en muchos casos.
Debe reconocerse que esta manera de proceder es un callejón sin salida, pues solo nos conduce a lesionar el nexo orgánico que da vida al recuerdo popular. Nos toca pues, eludir el esquema, evitar los tópicos manidos y subrayar la humanidad en esos personajes que de tanta insistencia en hacerlos mármol a veces no parecen humanos.
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Solo con un relato desprejuiciado ajeno a la hagiografía machacona podremos establecer la verdadera conexión entre el pueblo y sus héroes. Necesitamos abordar la historia de manera fresca, sin huirle a la polémica, al abordaje de los tópicos más complejos. La riqueza del devenir patrio requiere de profundidad en la mirada. Solo desde tal perspectiva conservaremos vivo el legado de aquellos que nos antecedieron en la hazaña de hacer cierta la nación. Con ellos a nuestro lado, los sueños anclados al futuro estarán siempre un poco más cerca.
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