El jefe de la invasión mercenaria de Bahía de Cochinos, José Pérez San Román, dicen se arrodilló y besó la arena con alegría cuando desembarcó en Playa Girón, en la costa sur de Cuba. Dos días después, sus 1,500 hombres habían sido derrotados
San Román salvó la vida y fue devuelto al país que los organizó y entrenó para atacar a su Patria original. Con otros mil cien prisioneros, fue canjeado por alimentos, medicinas y algunos equipos agrícolas para compensar en algo a la población cubana, a la cual causaron centenares de víctimas y daños materiales.
Cuentan que, durante el resto de su vida, San Román sufrió de prolongados ataques de depresión, hasta que finalmente se suicidó en un parque de casas móviles de Hialeah (Miami) en 1989. Un amigo del jefe mercenario le dijo a un reportero en ese momento:
“Él murió el 19 de abril de 1961. Nunca se sobrepuso a esa pérdida”.
La Revolución cubana tomó aquella fecha (19 de abril) como el símbolo de su victoria militar y moral en el enfrentamiento que los gobiernos de Estados Unidos habían emprendido contra el proceso de recuperación de la soberanía nacional y la justicia social que el triunfo del Primero de Enero acarreó para Cuba.
Conocido es que, desde marzo de 1960, el entonces presidente D. Eisenhower decretó la muerte de la Revolución y la desaparición de sus líderes por vía de órdenes secretas a la CIA para iniciar el sabotaje económico y el terrorismo interno con la creación de bandas integradas por ex militares del antiguo régimen y traidores a la Revolución.
Simultáneamente, comenzó el reclutamiento y entrenamiento de la brigada de mercenarios que debían desembarcar en la mayor de las Antillas, para ocuparla y reimplantar un régimen dócil al dominante vecino del norte. La responsabilidad de acometer esta tarea, apoyada por fuerzas de aire y mar del aparato militar de Estados Unidos, recayó en el posteriormente asesinado presidente Kennedy.
COMBATE POR EL SOCIALISMO
Fidel Castro y el Estado Mayor de las nacientes Fuerzas Armadas Revolucionarias se mantuvieron alertas, movilizaron y prepararon al pueblo para que la contingencia invasora no los sorprendiera. Denunciaron a tiempo a la nación y a la comunidad internacional lo que se estaba fraguando, pero no pudieron entonces contener la arremetida traicionera al amanecer del 15 de abril de l961 con los ataques arteros a las bases donde se desplegaba la escasa aviación de combate con que contaban para su defensa.. .
“El 16 de abril de 1961 nuestra clase obrera, cuando marchaba a enterrar a sus muertos con los rifles en alto, vísperas de la invasión, proclamó el carácter socialista de nuestra Revolución y en su nombre combatió y derramó su sangre, y todo un pueblo estuvo dispuesto a morir”, señaló el líder histórico de la Revolución al valorar la respuesta popular a la invasión.
Años después, ese día sería tomado como símbolo para el nacimiento del nuevo Partido Comunista de Cuba, fruto de la historia heroica de nuestro pueblo, de la unidad de todas las fuerzas de la sociedad en el propósito de preservar la independencia y soberanía nacional, costosamente alcanzada y siempre amenazada con arrebatarla por cualquier medio
El pueblo patriota y heroico, que había madurado extraordinariamente en apenas dos años de enfrentamiento al poderoso imperio, sin temor ni vacilación alguna combatió por el socialismo.
Según el juicio del Comandante en Jefe, que dirigió personalmente la batalla de Girón por parte de las fuerzas cubanas, aquella victoria tenía y conserva una enorme trascendencia histórica.
“Un decisivo salto en la conciencia política se había producido desde el 26 de Julio de 1953. Ninguna victoria moral pudiera compararse a esta en el glorioso camino de nuestra Revolución. Porque ningún pueblo en América había sido sometido por el imperialismo a un proceso tan intenso de adoctrinamiento reaccionario, de destrucción de la nacionalidad y sus valores históricos; a ninguno se le deformó tanto durante medio siglo. Y he aquí que ese pueblo se yergue como un gigante moral ante sus opresores históricos y barre en unos pocos años toda aquella lacra ideológica y toda la inmundicia del maccarthismo y el anticomunismo.”(XX Aniv.del 26 de Julio)
.. “Atrás quedó aplastada para siempre la peregrina idea de que los sufrimientos soportados, la sangre y las lágrimas derramadas durante casi cien años de lucha por la independencia y la justicia contra el colonialismo español y su modelo esclavista de explotación, y más tarde contrael dominio imperialista y los gobiernos corruptos y sanguinarios impuestos a Cuba por Estados Unidos, eran para reconstruir una sociedad neocolonialista, capitalista y burguesa. Se hizo indispensable la búsqueda de objetivos mucho más elevados en el desarrollo político y social de Cuba. Era necesario y era posible. Lo hicimos en el momento histórico exacto y preciso, ni un minuto antes ni un minuto después, y fuimos lo suficientemente audaces para intentarlo”(XL Aniv. del 16 de abril)
SENDA DE LUCHA
La hazaña protagonizada en la primavera de 1961 por milicianos, combatientes del Ejército Rebelde y la Policía Nacional Revolucionaria fue apoyada por miles de trabajadores, campesinos, estudiantes, amas de casa e intelectuales que integraron desde entonces el gran ejército del pueblo.
Fue la primera y significativa victoria, pero no la única que ganaron con dignidad, estoicismo y sacrificio, dentro y fuera de su Patria, en defensa de la justicia, y en prueba de solidaridad y cooperación con las causas más justas de la Humanidad.
La sangre y el sudor de los cubanos marcan una senda de lucha y enfrentamientos con indelebles trazas, que van desde la resistencia a seis décadas de subversión ideológica y bloqueo total, combates al colonialismo y racismo en otros continentes, batallas no menos heroicas contra calamidades y enfermedades en decenas de países y mucho desprendimiento individual y colectivo para ayudar a vencer el oscurantismo y subdesarrollo.
Como ha dicho el propio Fidel Castro, las pruebas vencidas por el pueblo de Cuba no parten de ideas mesiánicas ni de apego a tendencias de predominio mundial.
“No se trata de un gran pueblo de por sí, sino de un pueblo engrandecido por sí mismo, y su capacidad de hacerlo nace de la grandeza de las ideas y la justeza de las causas que defiende…No se trata hoy de defender con egoísmo una causa nacional; una causa exclusivamente nacional en el mundo de hoy, no puede ser por sí sola una gran causa; nuestro mundo, como consecuencia de su propio desarrollo y evolución histórica, se globaliza de manera rápida, incontenible e irreversible. Sin dejar a un lado identidades nacionales y culturales, e incluso los intereses legítimos de los pueblos de cada país, ninguna causa es más importante que las causas globales, es decir, la causa de la propia humanidad”(XL Aniv. del Primero de Enero)
Esas son las motivaciones y glorias innegables de un pueblo que ha soportado de pie, sin lágrimas ni ruegos indecorosos ante sus adversarios históricos, a quienes ahora y siempre les ha tendido la mano del amigo sincero de la rosa blanca, quien nos enseñó que Patria, Dignidad y Justicia son valores sagrados que no se venden ni intercambian.
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