Vimos con indignación el espectáculo ridículo de Miami donde se anunciaron medidas adicionales.
Antes, el Secretario de Estado había anunciado la aplicación total del Título III que, como se sabe, permitiría demandar a las empresas cubanas, extranjeras o a las personas que supuestamente tengan relaciones económicas con lo que ellos llaman propiedades confiscadas, que trafiquen con propiedades confiscadas, a pesar de que estas fueron nacionalizadas con arreglo al derecho.
Más tarde sale el asesor de seguridad nacional Bolton y dice que están “decididos a terminar lo que comenzaron hace 58 años en las arenas” de Playa Girón, y es una estampa patética, ridícula, porque eso se lo dice a los restos de la Brigada 2506 que, por estos días, hace 58 años derrotamos en nuestra Patria y que cambiamos después por compotas y alimentos para los niños.
Es otra expresión de una política monroísta. Dijo el señor Bolton, con una desvergüenza tremenda, que la “Doctrina Monroe está bien y viva”. Confiesa totalmente el interés de recolonización, de dominación, de hegemonía sobre Nuestra América. Anuncian medidas que -por supuesto habrá que estudiar las regulaciones- pero que provocarán daños seguramente en nuestra economía, pero sobre todo que dañarán a las personas.
Habla incluso de restricción a los viajes de los ciudadanos norteamericanos a Cuba. La libertad de viajar de los ciudadanos norteamericanos es conculcada, tienen que pedir permiso, tienen que tener una licencia, no pueden hacer turismo, no pueden ejercer su libertad de viajar a este único lugar, precisamente.
Las restricciones adicionales tendrán efectos también en nuestra economía, en las personas que se relacionan con ello, en el sector de alojamiento, cuentapropista y tendrá efecto sobre todo en los ciudadanos norteamericanos que no podrán disfrutar de ese derecho. Habrá que esperar las regulaciones a ver qué alcance tienen.
Ha dicho de manera sorprendente que restringirán las remesas que puedan enviar las cubanas y cubanos que viven en los Estados Unidos y los norteamericanos a personas en Cuba y han fijado cuantías, plazos. Han anunciado que adoptarán medidas financieras adicionales que no se han descrito.
Han mencionado que sancionarán a otras cinco entidades cubanas que adicionarán a la lista que ellos llaman de “entidades restringidas”.
Es una declaración despreciable, llena de monroísmo, de macartismo, de odio.
En este acto, los trabajadores del MINREX ya se han expresado.
Estoy seguro que nuestro pueblo enfrentará con toda determinación, como en Girón, hace 58 años, el intento de “terminar aquello”.
Siempre tendremos disposición al diálogo, a conversar sobre bases de absoluto respeto, pero si el gobierno de Estados Unidos ha decidido un rumbo de confrontación no vacilaremos y defenderemos las conquistas de la Revolución al precio que sea necesario.
La Ley Helms-Burton está desde 1996, en vigor, en completa aplicación, con la excepción del Título III que es el que permite establecer demandas contra personas o empresas que se relacionen con intereses norteamericanos nacionalizados de manera totalmente justa y con pleno arreglo al Derecho Internacional y a nuestras leyes, como ha reconocido la propia Corte Suprema de los Estados Unidos.
De manera que la Ley Helms-Burton se ha estado aplicando, en toda su dureza, en toda su intensidad. Fue destinada a impedir cualquier evolución positiva en las relaciones entre ambos países.
Precisamente, usurpó facultades ejecutivas al gobierno norteamericano con la pretensión de evitar cualquier progreso. Pero ahora coinciden intereses nefastos en el gobierno de ese país, una política cada vez más monroista, más macartista contra Nuestra América y contra nuestro pueblo, basada en verdaderas calumnias.
Nosotros por supuesto, no renunciaremos a un ápice de nuestros principios. Continuaremos nuestra ayuda solidaria a la hermana República Bolivariana de Venezuela y seguiremos el curso que nuestro pueblo, ahora en referendo libre y universal, ha confirmado hacia un socialismo cubano cada vez más justo, avanzado, cada vez más inclusivo y la política exterior de la Revolución Cubana continuará siendo la misma, como la Constitución confirma. Nuestros principios son inamovibles e invariables.
Periodista: Ante las implicaciones económicas y materiales de esas nuevas medidas, Ministro, cómo se prepara Cuba para dar una respuesta.
El Primer Secretario de nuestro Partido y el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros en sus discursos del 10 y 13 de abril respectivamente advertían sobre ello. Tendremos todos que prepararnos, buscar medidas para hacer más eficiente nuestra economía.
Estoy seguro que los inversionistas extranjeros, como ya lo ha hecho la Unión Europea y otros reaccionarán fuertemente. Espero amparen y preserven los derechos de sus propias empresas que negocian, invierten o emiten turismo a Cuba y que defiendan también su propia soberanía frente a una embestida brutal de carácter extraterritorial como esta.
De manera que, sin perder el sueño, con toda serenidad, con todo entusiasmo, con toda certeza de que tenemos un rumbo seguro que depende de nuestros propios esfuerzos, enfrentaremos cualquier dificultad, sabiendo que, como en Girón, saldremos victoriosos otra vez.
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