Tanto Cuba como Venezuela son celosas a la hora de brindar información sobre sus relaciones comerciales y de colaboración —y no por gusto— pues durante más de una década las campañas mediáticas de la oligarquía suramericana han tratado de sembrar dudas y confusiones en cuanto a los términos del Convenio Integral —base de sustentación de la unión económica bilateral— suscrito para el período 2000-2010 y relanzado para el 2010-2020.
Justamente cuando se cumplían los diez años de la firma del Convenio Integral, en La Habana los mandatarios Raúl Castro y el recién fallecido Hugo Rafael Chávez Frías acordaron extenderlo una década más con énfasis en los sectores económicos.
De suma trascendencia es que, con los proyectos de este Convenio Integral, Venezuela ha mitigado los negativos efectos que ejerce sobre la economía de Cuba, con poco más de 11 millones de habitantes, el internacionalmente repudiado bloqueo económico, financiero y comercial impuesto por Estados Unidos al archipiélago durante más de cinco décadas. Cuba, en reciprocidad, puso en manos del pueblo venezolano durante los últimos 14 años, de manera desinteresada, su personal y su capacidad en diversas esferas —como la educación, la salud, la cultura y el deporte— para elevar la calidad de vida, en especial en los grandes bolsones de pobreza existentes cuando Chávez asumió el gobierno.
Poco antes de su llegada a La Habana en 2010, el líder bolivariano había destacado en un Consejo de Ministros en el Palacio de Miraflores, en Caracas, la importancia de los proyectos suscritos con Cuba para afianzar la complementación económica entre las dos naciones, bajo la premisa del desarrollo soberano y socialista. “Hemos sido ejemplos —dijo— de iniciativas propias e independientes de la hegemonía financiera mundial”.
Informó, en ese contexto, sobre la ejecución de 20 nuevos proyectos hasta el 2020 para sumar 50, los cuales serán desarrollados con Cuba mediante el fomento de la alianza socio-económica. Mencionó, entre ellos, la construcción de un complejo industrial farmacéutico en Venezuela con el propósito de convertir al país en un polo científico del sector, “con el infinito apoyo cubano, por su gran experiencia y capacidad en el tema”, una empresa mixta para la recuperación e instalación de tanques de combustible y otra para el mantenimiento y perforación de taladros petroleros.
Asimismo, una plataforma de suministro de combustible a buques de instalaciones conexas, una empresa mixta para la administración de diques y astilleros, y formación y adiestramiento de venezolanos en especialidades navales, en esta área. En Cuba, la construcción de cuatro plataformas petroleras para la búsqueda del crudo en aguas del archipiélago.
También habló sobre la instalación de empresas agroindustriales para desarrollar la industria cañicultora en los dos países, otra de producción de biofertilizantes, bioestimulantes y biofertilizantes para fortalecer el sector agrícola binacional, y tres plantas de cal hidratada, la cual se utiliza para condicionar el suelo para la siembra, repotenciación de la fábrica de sorbitol, derivado de la caña utilizado en la industria alimenticia, farmacéutica y química como humectante, así como una empresa para reparar y construir transformadores de potencia para la industria eléctrica.
En esa reunión, ambos Gobiernos establecieron un programa de colaboración para 2011 que comprendió la firma de 100 contratos para la ejecución de 116 proyectos, con un valor estimado en 1 300 millones de dólares. Los puntos establecidos en el relanzamiento del convenio forman parte del plan quinquenal de la economía cubana y el trienal de la venezolana.
Actualmente, Cuba recibe unos 115 mil barriles diarios de petróleo desde Venezuela, destinados a satisfacer una porción de su demanda interna, mientras el resto se procesa para ser enviado a países del Caribe y de América Central, en virtud de acuerdos regionales como Petrocaribe, según medios internacionales de prensa.
Es destacable como, con la colaboración de Venezuela, la refinería de petróleo de Cienfuegos completó en el 2012 los 100 millones de barriles de crudo procesados desde su reactivación, el 21 de diciembre del 2007. El plan anual de la planta es de unos 20 millones de barriles de alta calidad. El diésel comprende el 22 % de la producción de la planta, ubicada en la sureña provincia cienfueguera, 48 % fueloil, 14 % gasolina, 10 % turbocombustible y el resto gas licuado, informó el semanario Trabajadores.
Administrada por la empresa mixta cubano-venezolana Cuvenpetrol S.A., la refinería “corre” diariamente 65 mil barriles, aunque se prevé incrementar la cifra hasta 150 mil, para lo cual está concebido un programa de mejoramiento tecnológico, la incorporación de nuevas plantas y notables inversiones portuarias.
DOS AÑOS DESPUÉS, SE FORTALECE LA UNIÓN ECONÓMICA
El relanzamiento del Convenio Integral, ya con dos años en funcionamiento, más los acuerdos vigentes del anterior, han permitido un salto en la calidad de vida de las poblaciones de los dos Estados que asumieron fórmulas humanistas de nuevo tipo en la complementación de sus economías. “Lograr grandes metas con pocos recursos económicos y financieros, pero con el inmenso recurso de la voluntad y el amor” es el propósito, afirmó el líder bolivariano.
Desde el 2011 se pasó también a otro tipo de programas más vinculados al área económica, lo que el ministro venezolano de Petróleo y Minas, Rafael Ramírez, calificó de “un salto cualitativo” en los trabajos de la Comisión Intergubernamental que se reúne de manera periódica. En esas reuniones, los ministros y altos funcionarios de las dos naciones han reforzado los acuerdos bilaterales, y estudiado posibilidades de desarrollar cooperaciones futuras.
Luego de la celebración de una cita bilateral en La Habana, a fines del 2011, Ramírez informó que el saldo de la colaboración en el marco de la Comisión Intergubernamental Cuba-Venezuela asciende a 12 mil millones de dólares, un hecho sin precedentes que, afirmó, más bien ha sido la base para establecer después proyectos de más alcance como los logrados en el marco de esquemas integracionistas como el ALBA-TCP (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos) y Petrocaribe.
“Hemos identificado más de 54 proyectos que se confirman en lo que llamó tres categorías: de complementariedad, con réplica en los dos países, y en empresas mixtas. Ello —dijo— nos permite planificar de conjunto proyectos estructurales entre ambas naciones”.
La colaboración cubano-venezolana sigue en ascenso y constituye un ejemplo de las nuevas fórmulas económicas alejadas del capitalismo, que sumió en la mayor pobreza a América Latina y el Caribe en las llamadas décadas perdidas de 1980 y 1990.
Alba Arias desde FB
20/3/13 11:30
chevere por cuba, así se hace Venezuela.hermandad.
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