Cuba acogerá, por tercera ocasión desde su fundación, la reunión de partidos, organizaciones y movimientos del amplio espectro de la izquierda latinoamericana. El XXIV Encuentro del Foro de Sao Paulo, al que asistirán personalidades y líderes políticos y sociales, fija la mirada en el horizonte de la región.
Esta agrupación de fuerzas que buscan consensuar su estrategia frente a las políticas de la derecha, el neoliberalismo y el embate de los halcones de la Casa Blanca, fue fundada en 1990 a instancias del líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro, junto a Luiz Inácio Lula Da Silva, en la ciudad que le da nombre en Brasil. Desde entonces, este Foro con más de 111 miembros ha pasado por diferentes etapas hasta este encuentro de La Habana, de forma paralela a la trayectoria de la izquierda latinoamericana.
La celebración en Cuba envuelve una significación especial para toda la izquierda continental; al país sede se le ofrece la oportunidad de utilizar un espacio de discusión y debate sobre los temas que se mueven hoy en América Latina y El Caribe. La gravedad de la contraofensiva de la derecha local apoyada por la estrategia de la administración de Trump de enfilar sus acciones sobre los actuales gobiernos de corte popular en Venezuela, Bolivia y Nicaragua, serán temas cruciales para diseñar y reconducir las luchas por la unidad de todas las fuerzas.
Diversos y muy peligrosos escenarios se dibujan en la región: el ataque al gobierno legítimo de Nicaragua, con la intentona de una potencial guerra civil interna que pueda propiciar la intervención de fuerzas externas con el claro objetivo de desestabilizar y demeritar la gestión del presidente Daniel Ortega; los desmedidos y continuados intentos de derrocar a la Revolución Bolivariana; de aislar al Gobierno boliviano de Evo Morales y el recrudecimiento del bloqueo económico a Cuba; son algunos de los más marcados momentos de esa ofensiva.
Resalta por su peligro para la estabilidad de la región, la maniobra judicial de condenar y encarcelar al líder legítimo del Partido de los Trabajadores de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, fundador del Foro de Sao Paulo, en intentos desesperados por evitar que pueda ser candidato a la presidencia del país y ganar las elecciones.
En Ecuador se utilizan de manera ilegítima herramientas del Estado para perseguir a un expresidente tan importante en los últimos años del ciclo progresista como ha sido Rafael Correa.
El contexto de este encuentro está marcado por su extrema complejidad. Avances, crisis y retrocesos, así se señala en el mapa, pero la voluntad de todas las fuerzas progresistas del continente es buscar el mayor consenso posible.
Quienes han proclamado que el Foro de Sao Paulo ya no tiene sentido, se equivocan. Es urgente en estos tiempos no callar, está prohibido conformarse y aceptar cabizbajos toda la maquinación que nos presentan; por el contrario, se precisa de la unidad de todos los partidos, fuerzas y movimientos sociales actuando en una misma dirección en pos de la unidad, de la solidaridad, defendiendo causas justas y batallando contra los intentos de desestabilizar nuestros países.
El triunfo de Andrés Manuel López Obrador en México y cuyo Movimiento de Regeneración Nacional es ya miembro del Foro de Sao Paulo, marca un viraje significativo no solo para ese país sino para toda la región.
La vigencia de estos encuentros se renueva en esta ocasión y se levanta el Foro como una tribuna, pero también como un haz de la unidad que América necesita en esta hora crucial.
Viriato
17/7/18 9:48
Lula não é um político preso.
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