Animalistas de la tierra donde hay un río

En la tierra de Ariguanabo, San Antonio de los Baños, provincia de Artemisa, nació, en noviembre de 2019, el Equipo de Protección Animal (EPA). Actualmente tiene menos de diez miembros, en su mayoría muchachas que dividen sus jornadas entre el estudio, el trabajo y el cuidado a las mascotas vulnerables.

EPA cuenta con una red de apoyo integrada por un centenar de personas, de las cuales una treintena es la que más contribuye con la causa de la protección animal en Cuba. Además han tenido la colaboración de otras asociaciones ambientalistas como CEDA, BAC, HOPE, PAC así como de personas de otros municipios de la provincia y de La Habana.

También han contado con el soporte de la Organización No Gubernamental ambientalista Fundación Ariguanabo, constituida en septiembre de 2018 en el Ministerio de Cultura.

La organizadora de EPA, es Tesabel Macías González, graduada de Técnico Medio en Bibliotecología y Documentación. Me pide que mencione a su equipo formado por: Claudia Díaz, Wendy Espinosa, Rafael Milanés, Talianet Macías, Bárbara Liane Díaz, Oamaily Caldevilla, Nairobi García y Jeidy Mazola, entre otros.

Explica Tesabel que al principio el grupo llevaba por nombre Ellos son la razón. Y es que la esterilización de mascotas, la ayuda a los animales callejeros, el rescate, la búsqueda de hogares temporales para acogerlos antes de que sean entregados en adopción responsable son algunas de las razones que los mueven a realizar esta labor altruista y totalmente voluntaria.

En el mes de enero construyeron ocho casitas con papel y cartón que colocaron en lugares frecuentados por perros expuestos a la hipotermia (Cortesía de Tesabel Macías González)

HISTORIAS PARA CONTAR

Tesabel guarda en su memoria, y en los archivos de la joven organización, fotos de muchos animalitos a los que ha salvado. Uno de ellos, recuerda, es Calderón, un callejero que hace un año falleció pero al que los jóvenes de EPA lograron darle mayor calidad de vida al final de su existencia.

De igual manera me envía la instantánea de Pinto, el callejero que vive en un centro de trabajo y de algunos perros que deben usar culeros desechables, debido a enfermedades o a la vejez.

Una de las historias más bellas escritas por la organización no ocupó titulares en la prensa pero si se conoció a través de las redes sociales. En el pasado mes de enero, cuando el Instituto de Meteorología anunció condiciones invernales atípicas en la mitad occidental de la Isla, debido a una masa de aire de origen polar ártico que llegó desde el sur del Estrecho de La Florida, varios animalistas cubanos, entre ellos los de EPA, lanzaron por las redes sociales convocatorias para ofrecer ayuda y cobijo a perros y gatos callejeros, expuestos a la hipotermia.

En el mes de enero construyeron ocho casitas con papel y cartón que colocaron en lugares frecuentados por perros expuestos a la hipotermia (Cortesía de Tesabel Macías González)

Los integrantes de EPA construyeron ocho casitas con papel y cartón que colocaron en lugares frecuentados por perros sin hogar, a lo largo de la calle Real, en el parque de la Iglesia, cerca de la estación del tren y algunas zonas del Palenque. Durante el recorrido, los ambientalistas aplicaron la llamada línea azul, medicamento contra pulgas y garrapatas, a varios canes que encontraron a su paso.

A través de su perfil de Facebook, solicitaron a los ariguanabenses que se sumaran a la iniciativa, les colocaran pullovers a los perritos o realizaran donativos de mantas, ropas y dinero.

Así son los animalistas cubanos, personas de noble corazón que muchas veces dedican más tiempo del humanamente posible, sin apenas recursos materiales, para salvarles las vidas a los perros y gatos vulnerables que pululan por nuestras calles.