Colores desde la esperanza (+Fotos)

Ellos llegan con muchas ideas cual alquimistas de un pueblo. Toman el barro de las memorias locales, los hilos de las tradiciones y comienzan a pintar, tejer, construir desde los más disímiles colores. No el arcoíris, sino los colores de la gente en una obra por el bien común y la inclusión. Estos soñadores van directo al “motor que enciende la luz”, donde los infantes empiezan a descubrir un mundo lleno de maravillas creativas que los ayuda a crecer como mejores seres humanos. Así se va convirtiendo todo un patrimonio en futuro. Enseñando a los pequeños a escuchar historias, a cantar, a crecer. Pero también a amar, sí, amar lo propio para poder defenderlo mejor y en beneficio de quienes habitan las diferentes comunidades.

Se trata de los proyectos de desarrollo local y emprendimientos que integran la Zona Creativa de Habana del Este, cuya actividad se insertó en el cierre de la jornada por la cultura italiana y tuvo su escenario en Cojímar. Esta iniciativa es apoyada por COSPE, una organización italiana de Cooperación para el Desarrollo de los Países Emergentes y que lleva varias décadas colaborando con la cultura cubana. Dentro de las principales actividades estuvo la presentación de los coros infantiles Coraleando y Voces de Coral, la payasita Marlín La Famosa con diferentes momentos divertidos y la presentación del libro “Las mil maravillas azules” de Gerónimo Stilton. También estuvo una representación de artistas y artesanos que mostraron habilidades a los niños como el dibujo, técnicas de papel, construcción de títeres y otras manualidades.

Así la mañana se trastocaba de su acostumbrada quietud a una fiesta diferente para los pequeños que acudieron a este espacio. Y aunque la labor parece local, su impacto resuena más lejos. En cada rincón del territorio comienza a emerger todo un movimiento por salvaguardar el alma de cada lugar y la entregan, suave y poderosa, en las pequeñas manitas que aprenderán a sostenerla, amarla y reinventarla. Entonces el verdadero aporte no es un objeto, sino un sentido de pertenencia que florece en cada corazón joven, provocando la transformación a partir de adentro, devolviendo el esplendor a las comunidades y esparciendo todo el espectro de los colores desde la esperanza.