sábado, 21 de septiembre de 2024

Cuba: una vez más, mortalidad infantil por debajo de 5

Durante cinco años consecutivos, Cuba ha mostrado una mortalidad infantil que la sitúa entre los países de América Latina con más bajos indicadores...

María del Carmen Ramón en Exclusivo 04/01/2013
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Cuba exhibe una de las más bajas tasas de mortalidad infantil por defectos congénitos del mundo.

En el año 1960, Cuba registraba una tasa de mortalidad infantil de 37,3 por cada mil nacidos vivos. Cincuenta y tres años más tarde, el país ha alcanzado por quinto año consecutivo un índice por debajo de 5, lo que lo sitúa entre las naciones de América Latina con más bajos indicadores.

Los datos son elocuentes: 2008 (4,7); 2009 (4,8), 2010 (4,5), 2011 (4,9) y en 2012 (4,6). En esta ocasión, la provincia de Sancti Spíritus logró la más baja tasa (2,8), otros cinco territorios mostraron indicadores menores que la tasa nacional y veintiséis municipios reportaron cero mortalidad.

El 2012 también llegó a su fin con otro gran regalo para la familia cubana: se obtuvo la segunda más baja mortalidad materna en la historia: 21,5 por cada 100 000 nacidos vivos, lo que representa 15 muertes maternas menos que en 2011.

Cuando se comparan estas cifras con las de otros países, encontramos que, por ejemplo, Estados Unidos registra una mortalidad infantil de 7, mientras que otras naciones de América Latina muestran indicadores elevados: Paraguay (21), República Dominicana (22), Nicaragua (23), Guatemala (25) y Haití (70).

En Cuba, se considera que la principal causa de muerte en infantes menores de un año se debe a problemas durante el parto, fundamentalmente asociados con la prematuridad en bebés nacidos antes de las 34 semanas. Otras de estas razones responden a defectos congénitos y otras anomalías de origen genético, así como infecciones adquiridas, como influenza y neumonía.

Cuba exhibe una de las más bajas tasas de mortalidad infantil por defectos congénitos del mundo. Mientras en los territorios más desarrollados, el porcentaje de fallecidos por esta causa ronda el 40 por ciento, en nuestro país este representa el 25,6 por ciento del total.

TRAS LAS CIFRAS

Las razones de una baja mortalidad infantil se sustentan en varias causas de las cuales cada cubano se enorgullece: salud gratuita, calidad científica de los médicos y otros trabajadores del sector, existencia de los Hogares Maternos, la tecnología incorporada a las neonatologías y terapias intensivas pediátricas, así como la existencia de un programa de vacunación que abarca 13 enfermedades, que ha conducido a la erradicación y control de varias afecciones prevenibles.

Con apenas unas semanas de gestación, la embarazada cubana comienza a contar con un seguimiento mediante las consultas prenatales. Todas las futuras madres son sometidas inicialmente a exámenes de laboratorio, entre ellos los de serología (sífilis) y VIH (sida) y se realizan como promedio 12 controles de salud.

Es casi un paso de rutina que todas las mujeres que van a dar a luz se sometan a un diagnóstico de malformaciones congénitas (Ultrasonido en el primer trimestre y luego entre las 20 y 22 semanas, el de Alfafetoproteína). A las embarazadas mayores de 37 años se les indica, además, la amniocentesis, para la detección del Síndrome de Down.

En el caso de que existan riesgos de tener niños prematuros, se les administra entre las 28 y 34 semanas un “madurante pulmonar”, que previene la enfermedad de la membrana hialina —genera dificultades respiratorias en el recién nacido—.

Por otro lado, las mujeres con determinados problemas reciben atención diferenciada, algunas son ingresadas en un hogar materno para garantizarles apoyo nutricional; otras, con riesgo de tener anemia, reciben gratuitamente un suplemento de hierro y ácido fólico (Mufer) y uno vitamínico (Prenatal); mientras que en las diabéticas los esfuerzos van encaminados a lograr la compensación de su enfermedad antes del parto.

Una vez nacido el niño, en ese primer año de vida recibe un grupo de vacunas, así como constantes consultas médicas, que permiten el diagnóstico y prevención de posibles enfermedades. Todo esto asegura que el niño vaya desarrollándose de acuerdo con las exigencias de su edad.

A los recién nacidos se les extrae sangre del cordón umbilical y del talón, para determinar la existencia de enfermedades endocrino-metabólicas y genéticas, que diagnosticadas a tiempo pueden ser tratadas: fenilcetonuria, hipotiroidismo congénito, galactosemia, déficit de biotinidasa e hiperplasia adrenal congénita.

En doce meses, los pequeños son inmunizados contra enfermedades como: tuberculosis, hepatitis B, difteria, tos ferina, tétanos, meningocóccica B y C, parotiditis, rubeola, sarampión, poliomielitis, las causadas por haemophilus influenzae. Además, los niños saludables son vistos enla Consultade Puericultura, como promedio 12 veces en el año y examinados por un genetista.

Según explicaron al diario Granma autoridades de la salud al frente del Programa de Atención Materno-Infantil, aún existen enormes potencialidades por explotar, para disminuir la mortalidad infantil.

Entre los consejos ofrecidos por los expertos se encuentran: 1) que las mujeres en edad fértil acudan con su pareja a los servicios de Planificación Familiar, para conocer los métodos de anticoncepción temporal, a fin de evitar embarazos no deseados; 2) La anticoncepción temporal debe ser ofrecida hasta tanto se modifiquen otros riesgos preconcepcionales asociados a complicaciones que ponen en riesgo la vida durante el embarazo, parto y puerperio. Entre ellas, las afecciones cardiovasculares, hipotiroidismo, asma, diabetes mellitus, y los conocidos como accidentes tromboembólicos; 3) La edad biológica ideal para ser madre es la comprendida entre los 20 y los 29 años, 4) Identificación y modificación de riesgos en el hogar, tener extremo cuidado con los accidentes.


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María del Carmen Ramón

Se han publicado 1 comentarios


Mily
 4/1/13 7:22

Que deliciaaaaaaaa, yo quiero ser madre en Cuba, pero caramba qué caros los culeros desechables.

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