Cubahora, un medio “sui géneris”

Quizás no sea la publicación online más leída en el país y, de seguro, no es la más publicitada. Su redacción física es diminuta: apenas un salón, perdido en el quinto piso de la enorme geografía del edificio “Poligráfico Granma”, sede de otros medios de comunicación.

Los que trabajan y sueñan allí con un mejor periodismo hipermedia no cuentan con grandes avances tecnológicos. Nada de tabletas, teléfonos inteligentes, ni conexiones de banda ancha; pero ellos se resisten a que el determinismo tecnológico, ese que utilizan tantos como argumento para ocultar desinterés o desconocimiento, les impida avanzar en la consolidación de Cubahora como uno de los medios cubanos más interesantes y, probablemente, “sui géneris”.

He tenido la posibilidad de colaborar con Cubahora desde septiembre de 2007. En estos cinco años y medio de trabajo continuo, cerca de 300 artículos escritos por mí, sobre diversas temáticas, han ingresado en una de las mayores bases de datos de la prensa cubana.

Los internautas que ahora comparten estas líneas tal vez puedan pensar que mi comentario relatará anécdotas, agradecerá a un amplio número de personas y exhortará a continuar trabajando en pos de acercar cada vez más la agenda pública de los cubanos a la agenda mediática. Puede que haya un poco de todo esto en las siguientes líneas; aunque, en realidad, mi idea es explicar por qué considero a Cubahora una revista “sui géneris” en el panorama actual de los medios cubanos online.

1) Contenido propio. En la “era del refrito”, donde muchos medios copian de otros —a veces sin citarlos—, porque creen que reproduciendo un mismo contenido “ayudan a su visibilidad”, o tal vez porque esta “estrategia” les resulta más fácil, Cubahora ha apostado exactamente por lo contrario. El perfil del medio privilegia artículos, crónicas, comentarios y entrevistas exclusivos para la revista. A través de un diverso grupo de colaboradores —conformado por diferentes generaciones de periodistas—, cada día la portada del medio se renueva con materiales donde prima el análisis de disímiles acontecimientos, por encima de la mera noticia.

2) Trabajo hipermedial. Cubahora es una de las publicaciones cubanas que ha logrado finalmente acercarse, con un mayor tino, al enriquecimiento hipermedial de los contenidos online. La documentalidad presente en cada trabajo —mediante enlaces dentro del texto, explicaciones o sugerencias realizadas por el autor o el equipo editorial de la revista— demuestra que existe una comprensión mayor de cómo se produce y consume el periodismo hipermedia en la segunda década del siglo XXI.

Uno de los elementos que no puede faltar en un medio online es la concepción multimedial. Cubahora también ha avanzado notablemente en este aspecto, a partir del rediseño de la revista, en 2011. El texto periodístico convive —casi siempre en armonía— con galerías de imágenes y, en ocasiones, videos. Aunque para un internauta cubano observar un video es casi una “tarea imposible”, por causa del “estrecho de banda”; Cubahora no puede renunciar a la utilización de este formato. Tal vez la mayor contradicción no radique allí, sino en la titularidad de los contenidos multimediales. Una revista que se caracteriza por colocar materiales propios podría avanzar más en la creación de videos filmados, editados y subidos por los propios colaboradores.

3) Intercambio con los internautas. Tal vez el número de comentarios que reciba Cubahora cada día sea inferior al de otros medios cubanos; pero, más allá de cuantificaciones, es interesante resaltar la concepción que existe en la revista ante cada línea escrita por los visitantes. Los colaboradores y el equipo editorial tienen la responsabilidad de responder cada comentario, de manera directa o con nuevos artículos que profundicen en el tema.

4) Diálogos en las redes sociales. Todos los medios cubanos están en las principales redes sociales, especialmente en Facebook y Twitter; aunque es triste comprobar que todavía no todos entienden qué significa dialogar con las personas a través de estos espacios de socialización. Existen demasiados enlaces republicados y pocas interacciones. Cubahora ha tratado de ser diferente y no es casual que tenga más de 9 700 seguidores en Facebook y más de 13 500 en Twitter. No obstante, es imprescindible trascender las cuantificaciones y comprender esos perfiles no solo como “puertas de acceso” al sitio Web de la revista, sino también como espacios autónomos, donde el contenido de Cubahora se enriquece con los comentarios de los internautas.

5) Espacio abierto para los estudiantes. Ya sabemos que no tienen las mejores condiciones tecnológicas, ni un amplio personal; pero esto no ha impedido que, históricamente, Cubahora haya servido como centro formador de las más jóvenes generaciones de periodistas, comunicadores sociales y cientistas de la información. Esta responsabilidad es compartida con otros medios, donde los alumnos tratan de poner en práctica los conocimientos teóricos recibidos en las aulas de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana.

La combinación de todas estas características me lleva a afirmar que Cubahora es un medio “sui géneris” en el panorama actual de los medios cubanos. Originales, interactivos, hipermediales, formadores… son algunos de los adjetivos que califican a una publicación que celebra, sin dudas orgullosamente, sus primeros 15 años de “vida online”.

Ojalá este aniversario cerrado también sirva para que colaboradores, periodistas, editores, gestores de información y directivos, además de “soplar las velitas” y “pedir un deseo”, analicen y corrijan aquellos elementos que frenan, en alguna medida, el desarrollo de una revista que intenta —y logra— diferenciarse del resto.