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jueves, 3 de octubre de 2024

Ecos de la memoria

Cuba destaca en el panorama académico internacional por sus aportes en la especialización archivística…

Aleiny Sánchez Martínez en Exclusivo 03/11/2019
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Día del archivero
El 3 de noviembrese estableció como el día del archivero en Cuba en homenaje a Joaquín Llevarías Martínez, director del Archivo Nacional de Cuba desde el año 1922 hasta su muerte

Si sabemos de la revuelta entre el pirata Gilberto Girón y el Fray Juan de las Cabezas de Altamirano, en la ópera prima de la literatura cubana Espejo de Paciencia; del “hay sol bueno y mar de espuma”, de José Martí o dónde estuvo y cómo era el primer asentamiento de La Habana, es gracias a las personas que desde hace siglos dedican su tiempo a hacer que cada rastro de la historia del país permanezca.

Entre cartas de guerra o de amor traslúcidas, con las esquinas dobladas y tachones: entre libros cerrados, pasillos largos de estantes; entre mapas hechos a mano alzada, caricaturas, grabados, publicaciones periódicas y pactos, han estado siempre los archiveros.

A fines del siglo XX la actividad archivística se reconceptualiza a partir de un cambio de paradigma. El profesional de esta disciplina dejó de encargarse solamente del cuidado y conservación del patrimonio documental para convertirse en un agente mediador en la naturaleza de los archivos.

La nueva orientación tuvo influencias de la filosofía posmoderna, el desarrollo de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TICs) y los cambios metodológicos en la construcción de la ciencia histórica.

En palabras de Mayra Mena Mujica, profesora titular del departamento de Ciencias de la Información, de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, en la actualidad el archivero no solo es un “custodio” de fuentes para la investigación, también tiene un papel esencial en la gestión documental para la creación de capacidades en las organizaciones. Esto motiva procesos como “la toma de decisiones, la rendición de cuentas y la trasparencia de información de calidad, aquella que por sus valores puede considerarse veraz y confiable”.

Desde hace un tiempo en Cuba se potencia la formación de archiveros y a la par, se promueve la investigación en esta área académica. El pasado mes de octubre, el programa de cooperación entre países de Iberoamérica, Iberarchivo , otorgó el Primer Premio de Investigación Archivística al proyecto cubano Los modelos conceptuales de descripción archivística: un nuevo desafío para la representación, el acceso y el uso de la información de archivos.

La ponencia fue seleccionada entre 17 trabajos presentados de diferentes países. Según reseña el sitio web de la Secretaría General Iberoamericana, el estudio sobresale por mostrar, a través de un caso práctico, “los nuevos paradigmas de la descripción y normalización archivística, contribuyendo a identificar los puntos débiles o mejoras en la elaboración final del modelo conceptual”.

“Esta tesis aplica el estudio de los procesos de organización y representación de contenidos de valor histórico al fondo del Frente Cívico de Mujeres Martianas”, comentó Mena, quien además coordina el Grupo de Investigación de Gestión Documental en la Facultad de Comunicación.  

Resultados como estos reivindican las formas de preparación de los archiveros cubanos, quienes desde las sombras protegen y construyen la memoria de la nación. A ellos, que cargan con la cultura y el conocimiento de un país, que huelen el frío de las páginas húmedas, que son delicados y precisos en el arte de trasmitir las palabras, la vida de Cuba, a ellos se les celebra.

A raíz del Decreto Ley No.265, del Sistema Nacional de Archivos se estableció el 3 de noviembre como día del archivero en Cuba en homenaje a Joaquín Llevarías Martínez, director del Archivo Nacional de Cuba desde el año 1922 hasta su muerte.


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Aleiny Sánchez Martínez

Estudiante de Periodismo


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